Ciudadanos juega al despiste sin aclarar su apoyo a PP o PSOE para la alcaldía de Granada

La noche tras las elecciones municipales del 26 de mayo parecían dejarlo claro: el PP volvería a gobernar en Granada capital tres años después. Para que esa situación se diera se contaba con el apoyo de Vox que había logrado tres concejales y de Ciudadanos, que había hecho lo propio con cuatro. Sin embargo, una semana después, esta suma que arroja una mayoría absoluta de 14 concejales (siete del PP, cuatro de Ciudadanos y tres de Vox) parece estar en el aire mientras la formación naranja juega al despiste.

Luis Salvador, su cabeza de lista, asegura de cara a los medios que la decisión final de lo que pase el 15 de junio cuando se constituya el Ayuntamiento de Granada dependerá principalmente de Madrid, del comité ejecutivo nacional de Ciudadanos. Sin embargo, el líder granadino del partido está siendo presa de sus propias palabras en campaña y de un acuerdo que en los mentideros políticos de la ciudad se daba por sentado con el Partido Popular de Sebastián Pérez.

De mentiroso a opción

El tiempo corre en contra de las aspiraciones del Partido Popular y de la derecha granadina para volver a dirigir el futuro de su capital. Dado que la izquierda municipal logró 13 concejales (10 del PSOE y tres de Unidas Podemos-IU) y por tanto no suma por sí misma para una mayoría absoluta, el PP abona su suerte para que Sebastián Pérez alcance la alcaldía a lograr un acuerdo con Luis Salvador y Ciudadanos. Un hecho que aún no se ha producido tras las elecciones y que de momento da el bastón de mando al actual alcalde socialista, Francisco Cuenca, por haber sido el más votado en las elecciones locales.

Pero Cuenca no solo sería el alcalde en esa tesitura sino que no se pueden descartar otros escenarios habida cuenta del funambuslimo que Luis Salvador está utilizando en sus declaraciones ante los medios recientemente para no aclarar su apoyo. No en vano, el líder de Ciudadanos Granada ya no descarta como opción darle la alcaldía a Francisco Cuenca pese a que durante la campaña llegara a sugerir un cordón sanitario contra él por, entre otros motivos, acusarle de engañar a los ciudadanos “con su política de gestos”.

Si bien a nivel nacional Ciudadanos, en boca de su secretario general, José Manuel Villegas, ha admitido que el socio preferente que buscan es el Partido Popular, también han dejado claro que no negociarán con Vox cuando de la formación de extrema derecha dependa un gobierno. Algo que sucede en Granada y que abre la puerta a que los socialistas mantengan el sillón del alcalde durante cuatro años más con el apoyo de los naranjas pese a que la cúpula granadina se ha mostrado más que favorable a permitir la alcaldía del Partido Popular.

Cálculo político

Con un panorama tan complejo por delante, hay otro ingrediente encima de la mesa que no se puede dejar pasar. Los dos principales candidatos a la alcaldía, Francisco Cuenca del PSOE y Sebastián Pérez del PP, tienen problemas con la justicia. El primero permanece imputado por dos supuestos delitos de usurpación de funciones públicas, prevaricación y malversación de caudales públicos y el segundo renovó su presidencia en el Partido Popular en un proceso de primarias que hasta ahora la justicia considera que fue manipulado y cuyo caso podría quedar ratificado en julio.

Ambas situaciones judiciales obligan a Ciudadanos a hacer cálculo político de qué opción puede resultarle más interesante a la hora de dar sus cuatro votos. Y en cuanto a hechos que pueden decantar esa balanza, el más próximo en el tiempo parece ser el de Sebastián Pérez. Dado que este verano podría ratificarse que Pérez y su equipo manipularon aquel proceso de primarias, los estatutos del PP dejan claro que por un hecho así el político tendría que ser expulsado del partido. De suceder como indica el reglamento, si Pérez llegara a ser alcalde, tendría que ser despedido del partido solo un mes más tarde.

No obstante, Luis Salvador ya se vio en una situación parecida hace cuatro años cuando le tocó ser de nuevo la llave que abriera la alcaldía de Granada. En aquel momento puso como condición que José Torres Hurtado, por entonces líder del PP y alcalde de la ciudad, diera un paso a un lado para que Ciudadanos le ofreciera los votos necesarios para gobernar. Salvador argumentaba que los problemas que había en “todas las áreas del Ayuntamiento” obligaban a que Torres Hurtado se fuera.

Lo que Salvador no contaba de cara a los medios es que ya entonces tenía una estrecha relación con Sebastián Pérez que iba en aquellas listas como número 2 por detrás del alcalde y que aquella exigencia a Torres Hurtado escondía más un intento por darle el bastón de mando a Pérez que por clamar por una renovación democrática como tal. Por eso, lo sucedido en 2015 gana importancia ahora que Salvador parecía tener acordado su apoyo a Sebastián Pérez antes de los resultados electorales y sin embargo su partido a nivel nacional no descarta investir alcalde al socialista Cuenca.

La sombra del pasado

La decisión final que se tome se llevará a cabo, según argumenta Salvador, tras haber realizado un informe que la cúpula granadina de Ciudadanos ha enviado al comité nacional. De ser así, el peso de la estructura se impondría sobre el deseo del candidato local cuya enemistad con Francisco Cuenca es notoria pese a que en 2016, tras el estallido de la 'Operación Nazarí', le otorgara los votos necesarios para convertirlo en alcalde en minoría.

No en vano, el pasado y las peleas enconadas entre los diferentes líderes de los partidos jugarán un papel capital al momento de decantar el apoyo hacia Cuenca o hacia Pérez. Porque aunque Ciudadanos decidiera apoyar a Pérez, este no tendría seguro ser el alcalde ya que el líder de Vox, Onofre Miralles, tampoco tiene una buena relación con el popular por desencuentros en el pasado y ya ha deslizado que hay que hablar de personas de cara a un posible pacto.

En el otro lado, Unidas Podemos-IU solo se limita a hacer de espectador de un juego en el que sus tres concejales no tienen poder de decisión más que para mantener una cierta estabilidad en la eventual alcaldía socialista. Porque lo único que está seguro es que, pase lo que el 15 de junio, Ciudadanos tiene la llave para decidir quién será el próximo alcalde de Granada.