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Flamenco y patrimonio: una nueva propuesta para los teatros romanos

Junta lleva a Itálica la primera edición del ciclo 'Flamenco Patrimonio en los Teatros Romanos'

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Entre julio y agosto está teniendo lugar el ciclo Flamenco y Patrimonio, organizado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. El programa nace con la intención de incluir al flamenco en las actividades escénicas que desde 2013 viene proponiéndose en los Teatros Romanos de nuestra comunidad.

Entre el 1 y el 7 de julio se desarrollaron las actuaciones en Málaga, del 17 al 22 lo han hecho en Itálica, y concluirán en Baelo Claudia hasta el 5 de agosto. Las propuestas mantienen un equilibrio entre cante (seis espectáculos), toque, (cinco) y baile (siete).  También pretenden combinar la presencia de artistas veteranos (Diego Carrasco, Carrete), figuras consolidadas (Miguel Ángel Cortés, María del Mar Moreno, Antonio Rey) y jóvenes pujantes (María Moreno, El Choro, Eduardo Guerrero). En la misma línea, la programación aspirar a ser reflejo de los distintos estilos y formas de lo flamenco, pero para ello tendría que asumir alguna propuesta de mayor riesgo artístico y que tratara de ampliar y cuestionar los lenguajes tradicionales: por ese camino están ocurriendo alguna de las experiencias más enriquecedoras de este arte. Por otra parte, cuesta entender la exigencia de que las propuestas teatrales que completan el programa de actividades escénicas tengan que ajustarse  a la temática grecolatina y, sin embargo, haya absoluta libertad en las propuestas vinculadas a lo jondo: ¿es más grecolatina una seguiriya que Romeo y Julieta o Rodrigo García?

El pasado viernes tuvo lugar el concierto del guitarrista Dani de Morón. El título del espectáculo coincidía con el de su último trabajo discográfico, “21”,  en el que el de Morón y su guitarra dialogan con algunas de las voces más importantes del flamenco actual: El Pele, Miguel Poveda, Duquende, Estrella Morente y así hasta un total de once intérpretes. De entre todos ellos, acompañaron al guitarrista para la ocasión Marina Heredia y Jesús Méndez. Los tres estuvieron arropados por las palmas de “Los Mellis”. Combinando los toques en solitario con las intervención de los cantaores, Dani de Morón demostró su profundo dominio técnico y su personalidad tocaora. Partiendo de la tradición de su pueblo, con raíces anteriores pero encarnada en Diego del Gastor, y dejándose contaminar por otras formas y estéticas, el guitarrista ha ido componiendo su personal manera de entender y expresar el toque, que lo han hecho uno de los más solicitados y prestigiosos intérpretes de la sonanta flamenca. En el concierto destacó especialmente en una farruca lírica y contundente, y una rondeña que combinaba un gozoso ensimismamiento con la transparencia y la calidez.

Un toque que da vida

Jesús Méndez, con elegante traje de chaqueta azul oscuro, emocionó en sus tientos-tangos y se entregó generoso en la seguiriya. Marina Heredia, que compareció con hermoso vestido verde espuma de mar, demostró su carisma en las cantiñas y se gustó en una soleá muy rítmica. En todos esos cantes brilló el personal acompañamiento del protagonista de la noche: su juego con el compás, el silencio, la armonía y las afinaciones para reforzar el diálogo guitarra-cante. Se agradece que, en estos tiempos en los que cada cantaor o cantaora lleva su propio guitarrista con el que casi siempre tiene pactado, ensayado y medido todo, los cantaores se expusieran al toque del moronense, que les ayudó a mantenerse alerta y vivos en su interpretación. En la confección del repertorio, llamó la atención que la cantaora hiciera dos palos casi idénticos rítmicamente (alegrías y soleá) y que, sin embargo, los palos libres se reservaran para el toque en solitario (granaína y rondeña). Si alguno hubiera ido acompañado de cante la propuesta habría estado más equilibrada en lo musical.

El concierto concluyó con el inevitable cierre por bulerías en el que cada uno de los cantaores regaló al respetable una pincelada de baile. El público que casi llenaba el teatro, aplaudió con fuerza al finalizar el espectáculo.  

   

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