La vida en memes feministas (como antídoto contra el patriarcado)

Una mujer dice a un hombre: “tú ve limpiando el baño, que si quiero la Luna ya me la traigo yo”. La imagen, si está colgada en internet y se hace viral, es un meme feminista. Y sirve como antídoto contra el patriarcado. Porque “en el mundo de los memes”, también, “impera el machismo” y cualquier espacio sirve para “dar una patada en el suelo y quejarnos de lo que nos toca… las narices”, apuntan en la Asociación Colaboratorias.

Es una incisiva manera de retratar micromachismos y de denunciar las más arraigadas actitudes patriarcales. Pero no ha sido el único enfoque del encuentro coral Tejiendo Redes Feministas, en el que caben películas, documentales, debates, teatro, música, poesía… La jornada, que surge de la Plataforma Feminista contra las Violencias Machistas de Sevilla –integrada por unas 25 organizaciones–, ha servido como antesala del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

“Aquí, diseccionando el patriarcado”. Un 'taller de memes' puede dar mucho de sí. Aunque sea “analógico”, como bautizan la experiencia Loreto Pizarro y Anabal Caballero, del Laboratorio de Iniciativas Sociales Colaboratorias. “Aquí no hay medios para tener una sala con ordenadores y hemos decidido imprimir las fotos, recortarlas y escribir los textos con bolígrafos y rotuladores. Y mucha tijera y mucho pegamento”, sin complejos digitales.

“La vida en memes”

“Toma nota de cómo lucha el sexo débil”, apunta otra frase. “Jartita de tu machismo”, “¿Quieres una princesa?, pues cómprate un cuento”, “Yo tan superwoman y tú tan antiman”, expresan varios memes. Uno más directo: “Hasta el coño de tanto fregar”. Otro más: “Hola, machito de izquierdas… sí, ilústranos sobre feminismo”.

O “al patriarcado, calvo asegurado”. Con el taller, refiere Anabel Caballero, “pretendemos hacer que las mujeres expresen aquello que les importa, molesta y forma parte de nuestra cotidianeidad y pone de manifiesto que todavía existe una cultura patriarcal fuertemente arraigada en nuestra sociedad”. Acercar “con más sentido del humor, combativo, eso que está en la red a mujeres que están a pie de calle”, según Loreto Pizarro.

“La vida la pienso en memes”, dicen. Y los que no son abiertamente feministas, “muchos están cargados de imágenes estereotipadas, degradantes hacia las mujeres y buscan provocar desde un humor muy sexista”. De situaciones cotidianas, entonces, seleccionan contenidos, cogen una imagen, ponen un texto encima y… meme feminista listo para combatir.

¿Qué es un meme feminista?

El término meme describe una idea, pensamiento o concepto que se difunde por internet. Suele ser una imagen acompañada de texto aunque también vídeos, frases, palabras... Un meme es la “unidad mínima de información que se puede transmitir”, como diría el creador del nombre, el zoólogo y científico Richard Dawkins, en su libro The Selfish Gene (1976), donde expone la hipótesis memética de la transmisión cultural. Meme, por cierto, que deriva de la palabra griega mimema, 'algo que se imita'.

“Ya nos han preguntado dos mujeres, ¿y eso de memes feministas qué es?”, alude Pizarro. Además de la mezcla visual descrita, un meme feminista debe tener un objetivo que suena casi apocalíptico: “apropiación del ciberespacio”. Que es, a la postre, la necesidad de construir un “internet feminista, de visibilizar nuestros mensajes, viralizándolos”. Denunciar el machismo y el sexismo, continúan, y esa “censura” a demandas, espacios y colectivos feministas.

Con el caso práctico queda más claro. Y participativo, en un taller que adapta “el proceso de creación de memes a un entorno no virtual”. Las claves de un buen meme atienden a un lenguaje corriente, la contradicción entre imagen y mensaje o el juego de palabras y el doble sentido. Debe ser creativo, cargado de humor, ironía, sarcasmo, a veces usan mayúsculas, intersecciones, onomatopeyas… y –memoria básica activada–, si es un meme feminista, ha de servir para “hacernos oír en internet”.

“Cada vez, más concienciación”, más igualdad

“Cada vez hay más concienciación de que hay que trabajar por la igualdad”, sostiene Olga Gómez (Ustea Sevilla). Las participantes (y los, muchos, “hay muchos hombres y mucha gente joven”) del encuentro Tejiendo Redes Feministas lo subrayan. Son jornadas “muy importantes, cuando la gente está aquí pregunta y se anima a participar”. Crean conciencia colectiva.

De esta forma describe las aspiraciones feministas, igualitarias, el Decálogo de la Declaración de Derechos para una Igualdad Real de las Mujeres:

1. Una vida digna, con bienestar y libre de violencias machistas.

2. No sufrir discriminación o acoso por ser mujer.

3. Recibir una educación no discriminatoria que promueva valores de solidaridad, igualdad y respeto.

4. Participar en igualdad de oportunidades en todos los ámbitos de la vida.

5. Empleo en igualdad de condiciones: igual trabajo, igual salario.

6. Un reparto igualitario de las obligaciones familiares y laborales.

7. Acceder en igualdad de condiciones a los cargos públicos y empresariales.

8. Un servicio de salud que brinde atención integral, tomando en cuenta las diferencias biológicas.

9. Una vida sexual y reproductiva plena y sana.

10. La visibilización de las mujeres en todos los ámbitos de la comunidad.