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Un refugio del camaleón junto a la playa de Chipiona

Centro de Interpretación de la Naturaleza y el Litoral 'El Camaleón', en Chipiona (Cádiz).

Francisco J. Jiménez

Chipiona es un punto importante del turismo andaluz por la gran cantidad de visitantes que recibe en verano. Pero más allá del conocido Santuario de Regla ofrece elementos interesantes que ya son valorados por muchos. Para conocer mejor esta tierra es interesante acudir al Centro de Interpretación de la Naturaleza y el Litoral 'El Camaleón'. Allí se profundiza en este reptil, pero la ubicación del centro, junto a la playa de Camarón, no es casual y se tratan también dos elementos básicos de Chipiona: el sistema dunar y los corrales de pesca.

El edificio está adaptado a su entorno y se forma por tres cabañas que constan de aulas para recibir tanto a grupos de escolares como a visitantes en general. Pero la cosa no se queda ahí porque también se recorren las dunas y los humedales cercanos y, por supuesto, la playa. Siempre que sea posible se ven camaleones y se explica que la captura y posesión de esta especie está prohibida, y se informa de las medidas de conservación especiales que se siguen para asegurar su supervivencia y su reproducción. Todo aquel que mantenga un camaleón en cautividad se expone a multas entre 5.001 y 200.000 euros.

En las cabañas hay un especio dedicado específicamente a este animal y los visitantes salen de allí con las ideas claras acerca del porqué de su cambio de color, de su modo de vida y lo que convierte a este reptil en un clásico de las costas andaluzas.

Pero la intención del centro es que el visitante no se quede únicamente con la información concerniente al camaleón. Se exponen tres vídeos y se hace el mismo hincapié en la importancia que tiene el cordón dunar de la zona. Las dunas que lo componen actúan como reservorios de arena que alimentan sus playas y las longitudinales, además, sirven para el crecimiento de una interesante flora con una gran adaptabilidad al medio inhóspito que representa la salinidad del mar. De todo ello se habla y también de los animales y plantas protegidas, subrayando la importancia de la conservación y protección de esos espacios naturales.

Cuando los visitantes son niños se les lleva a la playa para hacer actividades. El objetivo es que quede claro que el sistema dunar sirve de refugio a un elevado número de aves que cruzan el Estrecho. En las dunas es donde los reptiles encuentran un hábitat perfecto para su supervivencia.

La visión del visitante va cambiando conforme van conociendo detalles acerca de esa playa chipionera que suelen visitar cada verano y en detalles en los que nunca habían reparado. Cobra sentido la existencia de los corrales de pesca, que para los no iniciados sólo son piedras molestas en la playa. Algunos, hace años, tuvieron la osadía de ir al Ayuntamiento a pedir su retirada, pero cuando se les informó de lo que eran realmente, se marcharon avergonzados.

Los corrales de pesca son cerramientos artificiales de piedra ostionera sobre la zona rocosa. Suponen un arte de pesca antiquísimo, cuyo origen se atribuye a los romanos. Los corrales están construidos sobre una playa de pendiente suave, para que dejen en bajamar un amplio espacio en seco. En definitiva, son trampas gigantes que funcionan con la marea. Su eficacia es considerablemente mayor durante las mareas vivas, porque es cuando entra más pescado y cuando se vacían casi totalmente en la bajamar, es más fácil recoger la pesca. Esos cuadrados con piedras que se ven en las playas de Chipiona, Rota y Sanlúcar al fin tienen un significado.

Este Centro de Interpretación abre los ojos a muchos que desconocían las tradiciones de una población que tiene mucho valor por ser un punto estratégico al estar a escasos kilómetros del Parque Nacional de Doñana y de la desembocadura del Guadalquivir.  

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