Aragón ha registrado en la jornada de este sábado lluvias intensas en distintas zonas, si bien las incidencias que se han producido han sido puntuales y la situación ha mejorado en toda la comunidad, según fuentes del ejecutivo autonómico. De hecho, la AEMET ha desactivado al final del día las alertas; la roja en las primeras horas de la mañana había llevado al Gobierno de Aragón a enviar un aviso ES-Alert a los ciudadanos que se encontraban en el Bajo Aragón. Por la tarde solo se mantuvo la alerta amarilla en los Pirineos y el sur de Teruel y se ha podido restablecer la conexión ferroviaria con Cataluña una vez que se ha aliviado la situación de sus comunicaciones, muy afectadas por las tormentas.
La AEMET había desactivado esta tarde todos los avisos naranjas en la comunidad autónoma y únicamente quedaban activos avisos amarillos por lluvias y tormentas en el Pirineo, Gúdar, Maestrazgo, Albarracín y Javalambre. No obstante, el Gobierno de Aragón ha mantenido activada la fase de emergencia en Nivel 2 del Plan Especial de Protección Civil por Fenómenos Meteorológicos Adversos (PROCIFEMAR) y este domingo se volverá a reunir el Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI) en el Pignatelli tras el encuentro que ha mantenido este sábado por la mañana.
La tarde ha transcurrido más tranquila que la noche pasada, aunque se han registrado incidencias puntuales en Alcañiz, Caspe, Quinto, Calanda, Rafales, Ejea de los Caballeros y Teruel. En Motorland se ha suspendido, por precaución, la prueba deportiva que se iba a celebrar este sábado.
Entre las incidencias registradas desde las 12:13 horas, se encuentra el desbordamiento en la carretera TE-730 en Alcañiz; la presencia de agua en la calzada en la A-230 en Caspe; vías ferroviarias anegadas en Quinto; agua y barro en la calzada en la A-1407 en Calanda; un desprendimiento de piedras en la carretera TE-V-3005 en Rafales; agua en la calzada en la A-127 en Ejea; también en la A-1512 en el kilómetro 5 en Teruel y la salida de un vehículo, por agua en la calzada, en la TE-V-9011 en Cella. En este municipio se ha producido, a las 16:39 horas, desprendimiento de piedras en la carretera A-2515. Por otro lado, a última hora de la tarde se reabrió al tráfico la N-211, entre los puntos kilométricos 253 y 259 en Alcañiz, que se había cerrado por inundación.
Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias y de bomberos han seguido interviniendo en aquellos puntos donde es necesario y se solicita su ayuda.
El Gobierno de Aragón ha convocado este sábado una primera reunión del CECOPI para analizar la situación causada por la dana en la comunidad autónoma, que en las últimas horas ha provocado afecciones severas en el oeste de la provincia de Zaragoza, con calles anegadas por el agua en la localidad de Tarazona y aviso naranja en las tres provincias, y ha llevado a desplegar la UME por todo el territorio. El consejero de Hacienda, Interior y Administración Pública, Roberto Bermúdez de Castro, y el de Sanidad, José Luis Bancalero, han encabezado el encuentro donde se ha realizado un diagnóstico y se han fijado las siguientes medidas a tomar.
“Puede ser un día más o menos preocupante, pero el CECOPI ha funcionado de forma muy coordinada para que las afecciones a los ciudadanos sean las menores posibles”, ha valorado Bermúdez de Castro, que ha confirmado que algunas personas que el viernes se habían quedado bloqueadas en sus vehículos debieron ser rescatadas los bomberos, sobre todo debajo de puentes en los entornos de Figueruelas y Pedrola. Se registró asimismo una pequeña inundación en un almacén del 061 de Tarazona, con goteras debidas a “muchos años sin mantenimiento”. Bancalero sostuvo que ninguna de estas incidencias había mermado la atención sanitaria en Aragón, y se reforzó la zona de Tarazona con un Soporte Vital Avanzado. Se reportaron afecciones “menores” en la planta de Stellantis en Figueruelas y se tuvo que evacuar a 120 niños de una competición deportiva de triatlón en Tarazona.
Bermúdez ha explicado que, a partir de las recomendaciones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para la jornada del viernes, se decidió poner Aragón en fase de alerta. “Comunicamos a los municipios que pudieran tener afecciones que estuvieran atentos a lo que pudiera suceder”, ha detallado. Las tormentas de la mañana, que entraban dentro de lo esperable, dejaron paso por la tarde a otras de “mayor intensidad”, con una acumulación de más de cien litros ; Tarazona registró las incidencias más graves, con garajes y bajos anegados, “imágenes espectaculares” pero sin incidencias comparables “a lo que sucedió en Azuara” hace un mes.
Además, por la noche se dio otra tormenta “importante” en la zona de Figueruelas, Alagón y Pedrola que “descargó con mucha intensidad y de manera estacional en un punto concreto durante un largo periodo de tiempo, lo que conllevó ”afecciones más importantes“ en los municipios: bajeras, garajes, comercios y vías como la A-68, que debió ser cortada a la altura de Pedrola. Los Bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza y del Ayuntamiento de Zaragoza colaboraron para evitar que algunas situaciones que se dieron no pasasen de ”sustos“.
Pasadas las 23:00 horas, la AEMET activó el nivel rojo de alerta en la Ribera del Ebro, con la petición de que se evitasen desplazamientos por carretera y permanecer en zonas de sótanos y bajos. El Gobierno de Aragón transmitió “el peligro que podía existir y eso hicimos atendiendo el protocolo y mandando una alerta roja a las localidades afectadas” a los móviles encuadrados en las antenas de móvil de esta zona y que “funcionó bastante bien”, a juicio de Bermúdez de Castro.
El presidente aragonés, Jorge Azcón, se ha reunido con los consejeros Bermúdez de Castro y Bancalero y los responsables del 112 en la sede del centro de emergencias del Pignatelli para evaluar el desarrollo de la jornada y la situación, como ha difundido el ejecutivo en respuesta a las críticas vertidas por el PSOE en su cuenta de la red social 'X', donde le ha acusado de de ignorar a la comunidad en plena tormenta, volviendo a estar “ausente” en la “segunda catástrofe en un mes”, y de “desentenderse” de los problemas y las necesidades de los aragoneses, aplicándole el apodo de 'MAzcón'.