No fue un cigarro mal apagado, como se había elucubrado en todo momento, sino la batería de un móvil sobrecalentado. La Guardia Civil ha concluido la investigación sobre las causas del incendio en Villafranca de Ebro (Zaragoza) que causó la muerte de diez personas el pasado 15 de noviembre y ha desechado la que hasta ahora era la hipótesis principal, al igual que el hecho de que hubiera cualquier tipo de intencionalidad.
Peritos del Instituto Armado llevaban estos casi seis meses investigando qué pudo originar las llamas que surgieron en una de las habitaciones de la instación psicogeriátrica Jardines de Villafranca. Tal y como adelantan este viernes 'Heraldo de Aragón' y 'El Periódico de Aragón', los especialistas de la Guardia Civil –una unidad de criminalística proveniente de Logroño– han determinado que la causa fue accidental.
Surgió por un teléfono móvil que llevaba “horas” cargando junto a las sábanas de una cama, junto al cabecero. El términal se sobrecalentó y dio lugar a la “ignición de la batería”, lo que a su vez generó “un rápido y violento incendio con llamas”. En todo caso, fue según el informe “una concatenación de circunstancias o hechos”.
En la habitación donde surgió el fuego dormía una de las residentes, I. M. A. C., que era fumadora. Por esto y por el hecho de que utilizara una máquina de oxígeno, en la confluencia de ambos factores, se barajó en un principio la hipótesis del cigarro mal apagado. La propia presidenta de la Asociación Aragonesa para la Dependencia (ARADE), Paquita Morata, apuntó públicamente a esta posibilidad el mismo día del suceso, en declaraciones a los medios. I. M. A. C. fue una de los diez fallecidos.
Al hecho de que el teléfono móvil llevara mucho rato enchufado se habría unido, según el estudio de la Guardia Civil, “conexiones deficientes del propio cableado” o incluso “degradaciones” del aparato. Esto origió un fuego que se propagó con gran rapidez, un factor –la velocidad de propagación– que también contribuye, tal y como apuntan los investigadores, a desechar un cigarro mal apagado como causa.
Fue en torno a las cinco de la madrugada cuando se originó el fuego en la residencia psicogeriátrica Jardines de Villafranca, que acoge a personas mayores y a jóvenes con problemas psicológicos y que tenía alojada en ese momento a 69 personas. Aunque las llamas no se extendieron, el intenso humo generado se convirtió en una tumba para diez personas en el ala izquierda del edificio. Otras dos fueron trasladadas en estado grave al Hospital Royo Villanova de la capital.
Posteriormente, el fiscal jefe de Zaragoza abrió una investigación para conocer las circunstancias del suceso. La decisión del representante del Ministerio Público se produjo en respuesta al requerimiento hecho por la Asociación del Defensor del Paciente de apertura de una investigación de oficio sobre un incendio respecto al que expresaron su “asombro e incredulidad” ante el elevado número de víctimas registrado.