Los estudiantes de la Universidad de Zaragoza también acampan para mostrar su apoyo al pueblo palestino

David Chic

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Varias decenas de estudiantes se han encerrado en el edificio Interfacultades de la Universidad de Zaragoza para protestar por los más de 34.000 muertos en Gaza -en su mayoría, niños y mujeres-, y levantar la voz ante un conflicto que va en aumento, como demuestra la actual invasión de Rafah por parte de Israel a pesar de las advertencias de la comunidad internacional. La protesta, impulsada por la Red Universitaria por Palestina, reclama “romper todas las relaciones” con Israel y abandonar lo que consideran una “equidistancia absurda” por parte del Estado español y el conjunto de las universidades públicas.

El portavoz de la Asamblea Popular de la Universidad de Zaragoza, Iñaki García, indica que la movilización busca solidarizarse con un conflicto “que no va a terminar” si no se toman decisiones drásticas. “En España notamos una buena respuesta de apoyo a la causa palestina, pero no es suficiente”, destaca. En la tarde del viernes 10 de mayo casi medio centenar de estudiantes se sumaron a una protesta en la que se corearon lemas como “Israel asesina, Europa patrocina” o “Boicot a Israel”. La mecha del hartazgo social parece a punto de prenderse. “El movimiento estudiantil de Zaragoza no es tan pasivo como nos han hecho ver”, destacan.

Con este movimiento, los estudiantes de la Universidad de Zaragoza culminan el trabajo que se viene realizando desde hace tiempo desde el movimiento pacifista de la comunidad. Además de las concentraciones y las marchas que han recorrido con asiduidad las calles de las ciudades aragonesas, se está fraguando una red de apoyo que busca una movilización mayoritaria de la sociedad para detener la barbarie y mostrar solidaridad con las las protestas de las universidades y los gestos de grupos civiles en muchos países de todo el mundo. Y todo teniendo en la mente las multitudinarias concentraciones contra la base de la OTAN de los años ochenta, cuando Zaragoza se convirtió en el espejo de todo el Estado para exigir un cambio de rumbo en una políticas belicistas que ahora parecen asumirse con naturalidad.

El profesor de Filosofía e histórico del movimiento vecinal, Santiago Villamayor, indica que se está dando una reacción ciudadana a la que se acabará sumando “gente de todo tipo, mentalidad y clase” para clamar contra la barbarie impulsada por Israle. “Es como el masivo no a la guerra cuando la invasión de Irak, se trata de animar a plantarnos una vez más contra el genocidio de Gaza”, insisten. 

Por su parte, el también zaragozano y Relator Especial para los derechos humanos el agua potable y el saneamiento de la ONU, Pedro Arrojo, considera que todos estos movimientos que están fraguando en diferentes colectivos auguran un “reventón pacifista” que desborde las movilizaciones contra la guerra. “Nos gustaría aportar nuestra experiencia para reforzar la convocatoria universitaria”, destaca. En su opinión, la sociedad muestra “indignación y perplejidad” ante los terribles acontecimientos que están sucediendo en todo el mundo y es necesario canalizar estos sentimientos para que no cunda la imagen de que las movilizaciones no tienen sentido.

Con todo, la realidad de los bombardeos es tozuda. Y eso hace que los ánimos de algunas asociaciones más cercanas al pueblo de Palestina se mantengan en un optimismo moderado. Es el caso del portavoz de la comunidad islámica, Fawaz Nahhas, que destaca que el conflicto lleva “más de diez años en marcha” y que es necesario mostrar una gran fuerza social para hacerle frente. “Notamos que los ciudadanos españoles cada vez son más conscientes de la realidad en la franja de Gaza”, asegura.

Los estudiantes de la Universidad de Zaragoza, que han decidido acampar en la zona del estanque mientras rompen las vías de diálogo con la Conferencia de Rectores de las universidades españolas, redoblan el esfuerzo con su encierro bajo la pancarta “Viva Palestina libre, por una universidad libre de apartheid y genocidio”.