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Una yincana para mostrar el día a día de las personas con movilidad reducida

La consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales, María Victoria Broto.

ElDiarioAragón

El pasado martes hubo sonrisas en la plaza de Navarra de Huesca. Fue un día de fiesta. Ciudadanos y autoridades, sentados en sillas de ruedas o con los ojos y oídos tapados, participaron en una yincana en la que debieron sortear múltiples obstáculos: pasos de peatones con desnivel, cubos de basura, bordillos, rampas, cajeros automáticos, estanterías de supermercado... Era un juego y todos se divirtieron; también los que habitualmente han de superarlos para ir a su trabajo, a comprar el pan o a tomarse una caña.

Desde la Fundación DFA quisieron mostrar la realidad que viven, cada día, todas las personas con movilidad reducida. Invitaron a otras personas a ponerse, por un momento, en su lugar. Vivir, en sus propias carnes, la odisea rutinaria de todos ellos. En la capital oscense, y por octavo año consecutivo, DFA preparó una yincana con motivo de la celebración del Día del Consumidor. Hasta la plaza de Navarra se acercaron ciudadanos anónimos y también autoridades, que no dudaron en participar en el experimento: la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto; y el alcalde de Huesca, Luis Felipe, fueron dos de ellos.

A lo largo de la mañana se fueron creando pancartas: “Accesibilidad para todos” u “oportunidad de conocer las limitaciones de las personas con discapacidad” es lo que rezaban algunas de ellas. El objetivo estaba claro: mostrar las barreras arquitectónicas existentes todavía en la sociedad y continuar trabajando por la accesibilidad“. En 2015, la Fundación DFA organizó hasta 101 yincanas de este tipo en distintos colegios y entidades de Aragón. 

El director del Área Social de la Fundación, Luis Molina, apuntó que es una actividad con la pretenden recordar “la necesidad de la accesibilidad universal en los servicios públicos y privados, que beneficia a toda la sociedad”. Todo el mundo, destacó, ha de ser “consciente de esas necesidades y de las dificultades de acceso a diferentes servicios”.

La Fundación DFA atendió en 2014 a casi 2.700 personas en sus centros de apoyo social; 730 alumnos pasaron por sus centros de formación; consiguió un puesto de trabajo, a través de su agencia de colocación, a 394 personas con discapacidad; sus centros de ocio y tiempo libre tuvieron 427 beneficiarios, y 1.305 personas eligieron sus centros asistenciales.

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