Más de 200 lápidas vandalizadas para robar cobre y ornamentos en el Cementerio de Torrero de Zaragoza

Candela Canales

14 de octubre de 2025 13:50 h

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El cementerio de Torrero de Zaragoza ha sido escenario en las últimas semanas de una serie de actos vandálicos que ha causado alarma entre los vecinos. La Policía Nacional ha registrado unas 200 lápidas con daños de diversa índole, la mayoría estropeadas para arrancar figuras de cobre, bronce y otros metales con valor económico.

Los ataques se han producido principalmente de noche, sobre todo los fines de semana, aunque en los últimos días se han detectado también robos entre semana. Los autores rompen lápidas y ornamentos para llevarse crucifijos, vírgenes y otros elementos metálicos, además de arquetas de luz, que fueron el primer objetivo de los ladrones.

El Ayuntamiento de Zaragoza ha presentado una denuncia ante la Policía Nacional, que dirige la investigación. Por su parte, la Policía Local ha puesto en marcha un operativo especial de vigilancia para reforzar la presencia de agentes en el camposanto. “Estamos trabajando de forma coordinada para tratar de identificar a los responsables”, apuntan fuentes policiales, que confirman que la Policía Científica ha realizado inspecciones en la zona y mantiene un dispositivo activo.

Desde el Consistorio se ha expresado una “enérgica y rotunda condena” a los actos vandálicos registrados en el recinto. Los daños fueron detectados por las brigadas municipales del cementerio y toda la información se trasladó de inmediato a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Un usuario de tiktok denunció los hechos en un vídeo que ya supera las 370.000 visitas y los 1.000 comentarios. Los usuarios de la red social exponen su preocupación ante la falta de vigilancia en el cementerio.

El Gobierno municipal recuerda que “estos actos no solo representan un delito contra el patrimonio público y privado, sino que constituyen una grave falta de respeto a la memoria de nuestros seres queridos y a un lugar de descanso y recogimiento”. “El vandalismo en un camposanto trasciende el daño material y causa una profunda indignación entre todos los zaragozanos”, añade el comunicado.

Reparaciones, denuncias y medidas de refuerzo

Aunque el cementerio es de titularidad municipal, los nichos son propiedad privada, por lo que los desperfectos deben ser asumidos por las familias afectadas. Desde el Ayuntamiento se anima a los propietarios a interponer las correspondientes denuncias ante la Policía Nacional para facilitar la investigación.

El Consistorio ha anunciado además que, en los próximos días, se publicará en la web municipal y se facilitará a través del teléfono 010 un listado actualizado de los espacios afectados, elaborado por las brigadas del cementerio, con el fin de ayudar a los ciudadanos a localizar posibles daños. Asimismo, el área de Urbanismo estudia soluciones de obra para reforzar el perímetro del camposanto, con el objetivo de dificultar el acceso ilegal y evitar nuevos robos.

El suceso ha generado una fuerte indignación entre los vecinos y especialmente entre quienes tienen familiares enterrados en el camposanto. En redes sociales, muchos usuarios han calificado los hechos de “vergonzosos” y “una falta total de respeto hacia los difuntos”, reclamando más control y cámaras de seguridad: “La barbarie en el cementerio de Torrero. Destrozadas lápidas para arrancar los adornos de bronce. Hemos llegado hasta la profanación. He ido a ver a mis abuelos y me he encontrado con esto”, ha expresado un usuario de X.

El cementerio de Torrero, que lleva funcionando 191 años, es el más grande de Aragón, con una superficie de 519.000 metros cuadrados —equivalente a unas 22 veces la plaza del Pilar— y cerca de 700.000 personas enterradas. El recinto cuenta con 115.000 nichos, 9.027 columbarios, 147 panteones, 1.084 capillas y 19.408 sepulturas, además de 5,7 hectáreas de zonas verdes.

El camposanto zaragozano conserva un valioso patrimonio escultórico y artístico, con sepulcros que datan del siglo XIX. Los destrozos, además del impacto emocional, suponen una pérdida patrimonial y cultural que preocupa tanto a los familiares afectados como al propio Ayuntamiento.