Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La guerra entre PSOE y PP bloquea el acuerdo entre el Gobierno y las comunidades
Un año en derrocar a Al Asad: el líder del asalto militar sirio detalla la operación
Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal
Sobre este blog

El Ojo izquierdo nació en El País en 2010 y prolongó su vida durante diez años en la cadena SER, con vivienda propia en el Programa Hoy por Hoy, primero con Carles Francino, después con Pepa Bueno y finalmente con Àngels Barceló.

Ahora se instala con comodidad en elDiario.es, donde es de esperar que se mantenga incólume la aviesa mirada de su autor, José María Izquierdo.

Los Reyes Magos también tienen sus límites

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.
2 de octubre de 2023 23:06 h

26

Fracaso absoluto, integral, de Alberto Núñez Feijóo. No ya porque su proceso de investidura haya sido un fiasco: la fea maniobra no tenía ninguna posibilidad de salir adelante. El espectacular desplome del político gallego viene de su renuncia total a lo que él mismo quiso representar cuando llegó a Madrid: la moderación, ese giro al centro que el PP lleva prometiendo desde hace décadas, y que nunca se plasma en nada. Feijóo, quien tanto presume de dignidad, se ha arrodillado, él sí, ahí lo tienen a ojos de todo el mundo, ante la feroz extrema derecha que es, de verdad, quien manda en su partido. Aznar dicta el camino, acompañado por su brutal kamikaze Miguel Ángel Rodríguez, siempre a sus órdenes, José Mari, dueño de los hilos que mueven a la reina del vermú, la desinhibida presidenta de la Comunidad, la inefable Isabel Díaz Ayuso. Feijóo no ha ganado nada. Se ha rendido. Aplíquense a su figura los insultos de cobarde que los suyos dedicaron a Sánchez. 

Vapuleado, así le han escrito a fuego el guion a seguir desde arriba, rendido a los pies de Santiago Abascal, la ultraderecha patria más reaccionaria de toda Europa. Y cuidado que hay competencia. Azuzados o acompañados, que nunca se sabe quién manda a quién, por la prensa madrileña de la caverna, más unas cuantas radios y televisiones igual de salvajes. Ese apestoso entramado ha decidido que hay que unir a la derecha y la extrema derecha para acabar, más pronto que tarde y de una vez por todas, con la diabólica izquierda comunista y bolivariana, conjunto de males sin mezcla de bien alguno. Si además añaden al averno la presencia de los independentistas, el drama se agudiza. Puaj, gruñen. Gentuza, dicen. 

Tengan cuidado en la izquierda, porque son muchos, poderosos y no están solos. Por un lado, esos vientos europeos que soplan bajo la batuta del alemán Manfred Weber, tan amigo de Meloni o Le Pen, e incluso de Abascal. Vengan con nosotros, le dicen a Feijóo, que ahora estamos en el machito. No es cierto, pero pueden estarlo. Y aún recibirán más apoyo externo si vuelve a la Casa Blanca el engendro de Donald Trump, el destino no lo quiera. ¿Y dentro? Toda la carcundia, sin excepción. Ahí tienen a los empresarios, a los jueces y fiscales reaccionarios, a los curas –qué barbaridad, ellos que tanto y tan rápidamente perdonan a sus propios pederastas y abusadores sexuales, tres avemarías y vuelva a su sitio, a seguir con lo suyo, en esa aberración moral y ética que es la confesión– e incluso, precaución, precaución, unos militares a los que están constantemente llamando a la acción desde las tribunas de esos panfletos virulentos del facherío que se autodenominan diarios, redes sociales deleznables y programas de televisión surgidos de las más negras entrañas del fascismo. Vean, si se atreven, el Ojo lo ha hecho, el programa estelar de El Toro TV, El Gato al Agua, puro disparate ultraderechista, y allí oirán preguntarse con normalidad absoluta, como si se tratara de irse de cañas, qué harán los militares frente a la tan anunciada amnistía. ¿Golpe militar, tanques a la calle, fusilamientos de los disidentes? Locos, de verdad que están locos. De atar. 

Ese es el reino que tiene que manejar Feijóo. Atado, para siempre, a la colosal piedra de la ultraderecha. Veremos si sus hasta ahora estrechas espaldas, personalidad feble, político inane, serán capaces de aguantar tanto hierro y tanto armamento nuclear. Entiéndalo usted bien: para ser tan feroz como Aznar hay que ser Aznar; para ser tan brutal como Díaz Ayuso hay que ser tan brutal como Miguel Ángel Rodríguez. Diría más: hay que superarlos. El insulto a los oponentes ha de ser mayor, el desprecio a las instituciones, superior, el boicot a la vida democrática, definitivo. Porque sepa que en cuanto levante un milímetro el pie del acelerador de la bajeza y la ignominia, le mandarán a la chatarra del desguace, con la ayuda inestimable de sus cornetas del Apocalipsis, como hicieron hace nada con su antecesor el pimpollo Casado, ingenua criatura que nunca supo quién era ni para qué le habían nombrado. 

Dicho lo cual vamos a entrar de lleno, ahora sí, en el planeta Sánchez. ¿Se acuerdan ustedes de los pobres concursantes que se enfrentaban a las pruebas de Humor amarillo? Pues aquellos tormentos no son nada con los que le esperan al presidente en funciones. Algunos apuntes, que ya tendremos tiempo para bucear en mayores profundidades. De entrada, habrá de solucionar el enfrentamiento entre Sumar y Podemos, que no es cosa baladí y que requerirá habilidad en el regate. Salvemos este primer escollo en el camino en la esperanza de que por una vez la izquierda renuncie al harakiri, tan caro a los muy, pero que muy revolucionarios. ¿Irene Montero, ministra? Impertinente pregunta, sin duda, pero que se ha planteado en serio. Y exigirá respuesta, por parte de Yolanda Díaz, pero sobre todo de Sánchez, que es quien nombra a los miembros del gabinete. ¿Page y otros? Minucias. El partido está con su secretario general.

Pero no retrasemos más encarar la madre del cordero, la escalada del Pica d'Estats, de 3.143 metros de altitud, en Lleida, la cima más alta de Cataluña. Lo primero, por pura higiene mental y democrática, tendremos que esperar a que el Gobierno diga qué ofrece y a qué se niega. ERC y Junts, por la mañana a la gresca y por la tarde amigos del alma, andan como los niños en las vísperas de Reyes: piden en sus cartas la maqueta de Lego del Halcón Milenario, 850 euros. Se romperán los bolsillos los padres cariñosos, modestos pero honrados, y le comprarán al niño una estupenda maqueta de la misma marca, pero de 40 euros. Y ya será un sacrificio. Imposible ser más generosos, no podemos lograr ese imposible que el niño, iluso, ha pedido. Esperemos, pues, que en pocos días jueguen tan contentos con el modelo sustituto, importante, bien hecho y que su gran calidad debe contentar al niño más díscolo. Salvador Illa, qué señor tan serio, lo ha dejado bien claro. Éste y no otro, es el marco: hablamos de amnistía, sea cual sea el acuerdo al que lleguemos, pero no de autodeterminación. Punto final.  

Decíamos someros apuntes porque queda tiempo para las perforaciones en el pozo. Tiene el Gobierno, si así lo ha decidido, que ofrecer algo homologable a una amnistía. ¡Son tantas las variantes que pueden pergeñar las complicadas mentes de los leguleyos! Pero ya hemos dicho en otras ocasiones que los aspectos jurídicos se quedan para los entomólogos. Mejor hablemos de política. Y ahí nos encontramos, no es la primera vez que el Ojo lo dice, con que todo pacto requiere cesiones por ambas partes. Repito, por ambas. En ese punto, quizá, a lo mejor se produce el encuentro. Ya veremos en qué quedan esas altísimas exigencias de consultas independentistas. Menos lobos, Puigdemont, menos lobos, Junqueras. 

Pero saben los socialistas que no sólo deben contentar a los catalanes. Quiá. Deben hacerlo con todos los españoles, o al menos con esos más de doce millones de ciudadanos que han apostado por los partidos proclives al acuerdo, en lugar destacado los propios socialistas, sabido el inútil acercamiento a la virulencia de la derecha, más de un millón de votos menos, por cierto. La oferta del Gobierno debe estar incluida en un pacto global que concierna a todas las Comunidades Autónomas, a todos los partidos, a los sindicatos y a la patronal. A los jueces bastará con no dejarles resquicios para sus acostumbradas maniobras en la oscuridad –ya hay experiencia de errores de bulto– y a los obispos les dejamos que recen, que nada pintan en las cosas de mayores. ¿Es el momento de plantear reformas de verdad en el ámbito territorial? ¿Volvemos a hablar de un soñado federalismo, como ya acordaron los socialistas en 2013 en Granada, en la reunión de su entonces secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, con los 17 barones regionales, incluido el catalán Pere Navarro? ¿Y de todo lo que ese sistema comporta? Ampliaremos. 

Ahí también, en los mimbres para ese gran pacto, hablamos de financiación autonómica, de descentralización efectiva y comprobable, de mejora en las redes de transporte, incluso ferroviario, entre los distintos territorios, sin el obligado paso por Madrid. Comencemos, verbigracia, por convocar de inmediato una reunión de presidentes autonómicos. ¿Que cualquier pacto va a chocar con la intransigencia filibustera de este PP ultrarreaccionario, trufado de Vox, ni agua al enemigo? Por supuesto. Pero el Gobierno debe trabajar y buscar las rendijas, que para eso se les paga.  

Curiosidad: En la explicación del federalismo de la editorial Etecé se lee lo siguiente: “Los Estados federados no pueden separarse a voluntad en cualquier momento, como en una confederación, sino a través de un proceso legal y político complejo”. El Ojo lo deja ahí, al desgaire, por si hay oídos atentos en la sala. 

Adenda. Madrid: un tipo inaudito, el concejal socialista Daniel Viondi, le marca la cara tres veces en mitad de un pleno del Ayuntamiento de Madrid al alcalde José Luis Martínez Almeida. Aragón: la bizarra presidenta de las Cortes, Marta Fernández, cuota graciosamente cedida por el PP a Vox, niega el saludo a una ministra, Irene Montero y a su secretaria de Estado. ¿Respeto institucional, dicen estos patanes y patanas, salidos directamente de oscuras porquerizas? Valladolid: insultos y groserías de un violento ciudadano, reincidente en el escándalo, al diputado socialista Óscar Puente, tan popular estos días. El secuaz de Feijóo, Miguel Tellado, vicesecretario de Organización del PP, pocas bromas, traído de Galicia para estos menesteres de enfangar y sembrar de estiércol la arena política, dice que “el nivel de chulería y agresividad de este PSOE es intolerable. Ya no pueden salir a la calle. Por eso Sánchez viaja en Falcon”. El PSOE echó a la calle a Viondi al minuto. Fernández y Tellado ahí siguen, brindando con albariño con Feijóo. Así los quiere el líder de toda la derecha para esta etapa de descuartizamiento de vísceras que se avecina. Jabalíes.  

Sobre este blog

El Ojo izquierdo nació en El País en 2010 y prolongó su vida durante diez años en la cadena SER, con vivienda propia en el Programa Hoy por Hoy, primero con Carles Francino, después con Pepa Bueno y finalmente con Àngels Barceló.

Ahora se instala con comodidad en elDiario.es, donde es de esperar que se mantenga incólume la aviesa mirada de su autor, José María Izquierdo.

Etiquetas
stats