En el día de ayer abandonamos Hushe, la última de las poblaciones situadas en nuestro recorrido hacia el Humbroq Peak.
Después de dos días de aproximación alcanzamos el campo base, situado a 4.100 metros de altura, ya encima de la parte terrosa del glaciar. Ya empezamos a ser conscientes de las dimensiones de esta cordillera. Se refuerza el ánimo, nos quedamos solos con nuestra montaña, nuestro reto.
Aunque la meteorología reinante no nos permite verla en todo su esplendor, parecen confirmarse nuestras sospechas, el glaciar, para alcanzar el collado, va a requerir de un intenso trabajo, pero eso será mañana, cuando hagamos los primeros reconocimientos y podamos hacernos una idea real del trabajo que nos espera.
Ahora, desde el campo base y mientras miramos el glaciar, es momento de charlar sobre posibles itinerarios, puntos de ataque, posibles puntos débiles pero, sobre todo, es un momento de ilusión, empieza de verdad nuestra aventura.
Antes de empezar, un recuerdo al Comandante Yarto, desde arriba nos estará viendo y seguro que nos guía y ayuda en esta aventura de la que él forma parte importante.