Jesé despunta en su retorno al Bernabéu pero se le resiste el gol
Meses después de su salida rumbo al París Saint-Germain, el canario Jesé Rodríguez volvió al estadio Santiago Bernabéu defendiendo los colores de la UD Las Palmas, equipo en el que juega cedido por el conjunto francés.
Había una gran expectación por ver con otra camiseta al joven futbolista, considerado por muchos el mejor producto de la cantera blanca en los últimos años, y su actuación no defraudó. El diez amarillo se mostró vertical y desequilibrante, como en los tiempos en los que se colgó sobre él un cartel de 'elegido' en Valdebebebas.
Cincelado con mimo en las categorías inferiores desde su aterrizaje con 14 años, potenciar sus virtudes fue tan importante como domar su carácter. La paciencia tuvo recompensa y fue subiendo todos los escalones de La Fábrica hasta llegar al filial cuando este aún se encontraba en Segunda División B.
Junto a él en la plantilla nombres como Morata, Nacho o Lucas Vázquez. Todos ellos le acompañarían a la categoría de plata comandados por Alberto Toril.
Una vez allí, Jesé tiró la puerta abajo en la campaña 2012-2013. Sus veintidós tantos le convirtieron en el segundo máximo goleador de la competición por detrás de Charles, actualmente delantero del Málaga. No solo eso sino que muchos creyeron ver en él al sucesor de Cristiano Ronaldo, al que siempre reconoció como un modelo a seguir.
Finalmente acabaría recibiendo la oportunidad de jugar de manera continua en el primer equipo. Sin embargo el 18 de marzo del 2004 la que parecía una imparable progresión se vio frenada a los tres minutos del duelo de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones que medía a los suyos contra el Schalke 04 alemán. Una acción con Kolasinac le produjo la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y le obligó a estar casi nueve meses fuera de los terrenos de juego.
A su vuelta le costó volver a hacerse con el puesto y finalmente, el pasado verano, acabaría poniendo rumbo a Francia, donde los problemas de adaptación le motivaron a embarcarse en la aventura de Las Palmas.
En esta ocasión Jesé saltó al verde con aspecto relajado junto al resto de sus compañeros y fue abrazando uno por uno a todos los jugadores del equipo local. Era un día especial y cumplió con lo esperado, exhibiendo algunas de las virtudes que le hicieron ganarse una oportunidad con el conjunto madrileño.
De hecho estuvo cerca de poner por delante a los suyos en la primera parte cuando disparó por encima del larguero tras tocar el balón en un contrario. No fue la única acción en la que se dejó ver ya que, al filo de la media hora, firmó una excelente progresión individual culminada con una gran asistencia para Boateng, quien disparó fuera.
En la segunda parte, con el partido roto y más espacios, dispuso aún de mayor protagonismo convertido en el mejor futbolista de su equipo y en uno de los referentes ofensivos. En esas circunstancias dispuso de dos disparos a puerta que fueron desbaratados con acierto por Keylor Navas. No tuvo el premio del gol pero sí el del reconocimiento de los aficionados de Las Palmas desplazados hasta la capital, que acabaron coreando su nombre merecidamente.