Cuando Maradona soñó con jugar en la UD
“Tengo sueños imposibles, como jugar en el Real Madrid, en el Valencia con Romario, en Las Palmas con el Turu Flores, en el Barcelona con Ronaldo, o en el Atlético de Madrid con Simeone y Esnaider”.
La declaración de intenciones que encabeza este artículo la realizó, en 1996, Diego Armando Maradona y aparece recogida, en la página 67, del libro Diego Dijo (Editorial Distal), en el que los periodistas Marcelo Gantman y Andrés Burgo recopilan 1.000 afirmaciones que el actual seleccionador argentino realizó entre 1976 y 2005. La antología de frases revela la contradicción constante, que oscila entre extremos (blanco o negro, nunca grises), en la que siempre se maneja el Pelusa.
Ese apunte, obra del propio astro argentino, aporta un episodio más a una fábula que acompaña a la UD Las Palmas desde hace más de 30 años: la posibilidad de haber fichado a Diego Armando Maradona, primero -en 1977- cuando era un pibe que apuntaba maneras de genio en Argentinos Juniors; y luego -en 1996- cuando ya apuraba su extraordinaria carrera como futbolista.
La leyenda sitúa a la UD Las Palmas como el primer club de Europa que negoció el fichaje de Maradona, que este viernes cumple 49 años (Buenos Aires, 30 de octubre de 1960). La historia, además del propio futbolista argentino, cuenta con otro gran protagonista: Gregorio González Fulgencio, un empresario grancanario que, tras la recomendación de un político, vio en acción al jugador de Villa Fiorito y no dudó en aconsejar al club amarillo su incorporación.
González Fulgencio, según ha contado él mismo, llegó a negociar con Argentinos Juniors y el propio Maradona las condiciones de un traspaso que, en 1977, habría costado a la UD Las Palmas 18 millones de pesetas. Con la operación encaminada, la entidad grancanaria -que contaba en sus filas con Carnevali, Brindisi y Morete- no concretó el fichaje de un futbolista que, pocos años después, se consagró como uno de los mejores jugadores de la historia -para mí, el más grande de todos-.
Semifinal de la Copa del Rey
De Argentinos Juniors, en 1981 Maradona pasó a Boca Juniors -donde coincidió con Brindisi y Morete- y en 1982, a cambio de 1.200 millones de pesetas, fue traspasado al FC Barcelona. Con el equipo blaugrana, en 1984, eliminó a la UD Las Palmas en las semifinales de la Copa del Rey, en una eliminatoria que se decidió en la tanda de penaltis -tras un error definitivo de Félix Marrero-.
La primera aventura de Maradona en España se cerró poco después de su último paso por el Estadio Insular. Frustrado y efrentado con Josep Lluis Núñez, forzó su venta al Nápoles. Y allí, en el estadio San Paolo, Maradona se convirtió en el mejor futbolista del mundo. Con el equipo del sur de Italia ganó dos scudettos, una Copa de Italia y una UEFA, entorchados que condimentó con su obra maestra: el título de campeón del mundo, con Argentina, en el Mundial de México'86.
Tras alcanzar el punto más excelso de su carrera, las drogas marcaron el ocaso de Maradona como futbolista. Un positivo por cocaína provocó su salida del Nápoles y el inicio de un declive que le llevó por Sevilla, Newell's Old Boys y, de vuelta, Boca Juniors. En 1996, al frente del equipo de La Bombonera, se empeñó en tener como compañero de filas al Turu Flores, un delantero que había despuntado en un Velez Sarsfield dirigido por Carlos Bianchi y que, en el plazo de unos pocos meses, se había proclamado campeón de Argentina, de la Copa Libertadores y de la Copa Intercontinental (tras derrotar al Milan).
Fichaje del Turu Flores
El Turu Flores, al final, no recaló en Boca Juniors. No jugó con el conjunto Xeneize porque Ángel Luis Tadeo -por aquel entonces uno de los accionistas mayoritarios de la UD Las Palmas- se plantó en Sudamerica para fichar a Marcelo Salas (delantero de Universidad de Chile), pero al final acabó comprando el pase del prometedor atacante de Velez Sarsfield.
Durante aquella misión, por la que la UD Las Palmas pagó algo más de 500 millones de pesetas por el Turu Flores, Guillermo Cóppola (en aquel momento agente de Maradona) planteó a los emisarios del club amarillo la posibilidad de afrontar el fichaje de Maradona, que estaba descontento con los directivos de Boca Juniors y que se presentaba dispuesto a lanzarse a una nueva aventura en Europa para jugar en un club sin excesiva presión.
Como ocurrió en 1977, 19 años después la UD Las Palmas volvió a optar por no afrontar el fichaje de Maradona. Si primero rechazó esa posibilidad por las dudas que generaban la juventud de una promesa extraña, luego desechó esa opción por la desconfianza que generaba un genio en decadencia.
Y es que la impuntualidad es una falta de respeto, no de tiempo. Que se lo pregunten a la UD Las Palmas con Maradona.
PD- El libro Diego dijo complacerá a los seguidores más devotos de Maradona. La obra refleja la personalidad paradójica del actual seleccionador de Argentina. Desconozco si en España se ha distribuido, pero en cualquier librería de la calle Corrientes (Buenos Aires) se puede adquirir.