Noventa minutos para un título
En una de las Ligas más disputadas que se recuerdan, un FC Barcelona de récord llega a la última jornada sin el título y con la necesidad de ganar a un Real Valladolid (19.00 horas) que se juega la vida en búsqueda de la permanencia, y es que la gran temporada de los blaugrana y de Real Madrid ha propiciado que 96 puntos no sean sinónimo de alirón.
Por ello, el Barcelona podría ser campeón de Liga y revalidar el título conseguido la temporada pasada con una nueva cifra récord, 99 puntos. A uno de la centena, cifra que quizá se vea el año próximo de seguir ambos rivales tan fuertes. El Valladolid, que con Clemente en el banquillo pondrá las cosas difíciles a los de Guardiola, tiene 36 puntos y está a 60 -20 victorias- de su rival de este domingo.
Tan solo 90 minutos, eso sí, de infarto, que separan a unos del título y a otros de la salvación, o de quedarse en blanco tras haberlo ganarlo todo y de bajar a la Liga Adelante, respectivamente y en función de los resultados. Si bien los blaugrana dependen de ellos mismos, y eso “no tiene precio” como indicó Andrés Iniesta, los del banquillo del Pucela tendrán su atención dividida entre el partido y la radio, pendientes de los rivales directos -Racing, Málaga, Tenerife y Xerez-.
La actual plantilla del Barcelona ha ganado la Supercopa de España, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, cierto, pero todo son títulos que se jugaron gracias a la gran temporada 2008/09, primera de Guardiola en el banquillo. En esta, el equipo cayó en Copa y llegó a semifinales de Champions, donde no pudo con el Inter de Mourinho y Eto'o, por lo que conseguir la Liga daría sentido a un año en el que el fútbol ha seguido siendo bueno.
Todos los cambios necesitan un cierto tiempo para acoplarse a la perfección. Es el caso de Ibrahimovic, fichaje más caro de la historia, o de Maxwell y Chygrynskiy. Sin mucha presencia los dos últimos, el delantero sueco empezó muy bien el año pero ha visto como el canterano Bojan le quitaba en los últimos, y decisivos, partidos la titularidad. Este domingo será toda una incógnita ver si sale el gigante o el pequeño en la punta de ataque.
Un cambio forzado será el de Xavi Hernández. La quinta amarilla que vio en Sevilla, donde los blaugrana dieron un golpe de autoridad a la Liga (2-3), no ha sido perdonada por ningún órgano competente y el de Terrassa, que la vio por protestar, no podrá jugar el último partido. Quien podría reaparecer es Iniesta, quien ayer demostró a la prensa las ganas que tiene por jugar pese a estar todavía recién salido de su lesión. Titularidad, “difícil”, pero el de Fuentealbilla podría despedirse de su afición con unos minutos de juego.
Un ojo en La Rosaleda, otro en el Camp Nou
El Real Madrid se aferra al milagro que le permita este domingo conquistar el título liguero, sueño que pasa por ganar al Málaga y que el Valladolid arranque un punto del inexpugnable Camp Nou en los dos partidos en los que estarán en juego (18:00 horas) la lucha por el título y la salvación.
Suceda lo que suceda mañana, la certeza es que uno de los dos grades de la Liga se quedarán sin títulos, algo dramático para ambos, ya que el FC Barcelona pasaría de ganar seis en un año a ninguno, mientras que el Real Madrid demostraría que le había valido de poco la inversión millonaria del pasado verano.
Los azulgrana tienen todo a su favor, ya que desde que ganaron en el Bernabéu han llevado la delantera en cada jornada, y dependen de ganar a un Valladolid que, aunque se juegue la vida no parece capaz de inquietar el feudo blaugrana.
Los puntos que podrían alcanzar cada equipo, 99 y 98, son números de récord histórico, pero de poco le serviría eso al Real Madrid si termina la temporada sin añadir nada a su palmarés, como sucediera la campaña pasada.
El proyecto de Manuel Pellegrini, que, para muchos dirigirá mañana su último partido en el banquillo del Real Madrid, recibió el primer disparo letal en el flanco en Alcorcón y comenzó a hundirse sin remisión ante el Lyon. Ni siquiera ganar la Liga, por complicado que sea salvaría al chileno, que ya tiene a Mourinho presto para sentarse en su banquillo, y no sólo en la final de la Liga de Campeones del próximo sábado.
Los jugadores se han cansado de pedir “continuidad” y el propio Pellegrini ha recordado que por el banquillo del Real Madrid han pasado numerosos entrenadores que en los últimos años han demostrado que los cambios no son la mejor medicina, pero sus deseos serán desoídos.
Lo mejor de la temporada ha sido sin duda la confirmación de la acertada inversión de Cristiano Ronaldo, que en unos meses se ha confirmado como goleador y líder dentro y fuera del vestuario, y eso pese a que se perdió más de un mes de competición por lesión.
El portugués está dando la sensación de terminar sobrado, caso muy distinto el de Benzema, a quien todavía le queda un largo futuro en el que debe consolidarse, ya que su discreta temporada le ha dejado incluso fuera del Mundial.
Más cuestionado ha sido Kaká, el tercer tridente, que no ha conseguido acoplarse y que, desde la derrota ante el Lyon no ha vuelto a integrarse en el equipo. Los demás nuevos sí han estado a la altura, destacando Xabi Alonso, director de orquesta, y los defensas, Albiol, Garay y Arbeloa, que no han desentonado.
Éste último se perderá el partido de este domingo por sanción, mientras que tampoco estará Raúl, a falta de despejar si se producirá su adiós al club, lo mismo que podría sucederle a Guti, duda por una gastroenteritis igual que Van der Vaart, en su caso por una lesión muscular. El chileno no ha dado pistas y ha optado por llevarse a toda la plantilla a Málaga.