El Tenerife renuncia a tutear al Mallorca y lo paga con otra derrota

Los jugadores del Mallorca celebran el primer gol al Tenerife

José Miguel Galarza

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El CD Tenerife alargó a tres la serie de derrotas consecutivas y cayó en Mallorca (2-0) ante un rival superior que aprovechó un penalti inexistente de Aitor Sanz para apuntillarlo a la vuelta del descanso (m.55). El planteamiento de Fran Fernández —con dos laterales como ‘extremos’ y el debut de Nono con el resultado ya resuelto—lastró a un equipo que repitió errores con valor de gol y solo tuvo el balón cuando el Mallorca se dedicó a aguantar el marcador.

Lo ocurrido esta tarde en Palma comienza a parecerse, preocupantemente, a esos equipos que caminan por la Liga como pollo sin cabeza. Mal agarrado al alambre mientras trata de dar con su once tipo, el entrenador parece liderar el miedo al riesgo y las alternativas para los puestos sin dueño parecen elegidas a destiempo. Hoy, por ejemplo, fue titular Kakabadze —ausente la próxima semana por compromiso con su equipo nacional— y la esperada aparición de Nono debió esperar al minuto 68, con el 2-0, la urgencia asomada y el partido decidido.

En un regreso al tiempo de Baraja, el Tenerife trató de protegerse de un rival vertical que crea superioridades cuando y como quiere con la receta del doble lateral. Con Baraja le funcionó casi siempre porque el grupo se veía cohesionado de esa forma y tenía automatismos que ahora ha perdido. En este octubre, ni Kakabadze es Luis Pérez, ni Pomares mejora a Lasure. Y comparar a Zarfino con Milla es ocioso. El medio juego del Tenerife se cae con esta armadura.

La falta de confianza y el miedo al error se revelaron en los cinco primeros minutos. El Mallorca redujo el campo de juego a cincuenta metros, sumó por fuera a Sastre y Lago Júnior para arrastrar al área a Murilo y empezó a acumular caídas por un área donde se repetían las dudas de los centrales, cuando no se veía Aitor solo para tapar aquí y allá. El Tenerife se quitó el balón con el pelotazo largo, no lo supo aguantar arriba y vuelta a empezar.

El 1-0, y el derrumbamiento, tomaron forma con un doble error, otra vez. Primero una falta lateral de Joselu, habitual cuando un delantero se mete a defender fuera de su zona, y sobre el saque de ésta, una estrategia simple del Mallorca, arrastrando hacia Ortolá a cuatro jugadores mientras Valjent se preparaba un cabezazo plácido que no defendió Zarfino, reaccionando a destiempo a la marca.

Aún con setenta minutos por delante, la reacción de los blanquiazules fue más inconsistente que tímida porque con los elementos que tenía, la fábrica se limitaba a fiarse a alguna conducción de Jacobo —el único de los diez de campo con algo de fútbol— o a una salida limpia para coger la vuelta del Mallorca. En la única que tuvo así (m.39), Aitor la sacó con un pase largo y Álex Muñoz llegó en ventaja para ponerla al área, donde Zarfino la cedió para el remate al larguero de Jacobo. A eso se redujo la amenaza del representativo hasta el descanso.

Y a la vuelta del entretiempo, le puso el estoque el partido un error del árbitro con valor de gol y de resultado. La perdió en su zona Álex Muñoz y corrigió Aitor Sanz quitándole la pelota a Dani Rodríguez, que tropezó con ella, aunque López Toca no dudó en entenderla como derribo. El mismo Rodríguez convirtió el penalti en gol.

Con 2-0 y más de media hora de juego, Fernández cambio el guion con un triple cambio en el que quitó a los dos atacantes y a Álex Muñoz para dejar a Pomares —siempre con sitio en el once— en su verdadera posición. El Tenerife pasó entonces a tener el balón, no tanto porque se lo ganara, como porque el Mallorca se lo entregó para esperarlo en su campo. Se tiró Suso como enganche por detrás de Apeh y luego Moore dejó el puesto a Shashoua, en otro cambio de posiciones que adelantó a Nono mientras el capitán volvía a su zona natural. Y se arrojó el equipo a una sucesión de llegadas sin tino, de lo que solo sacó como productivo un remate de Wilson tras córner, que salvó Reina casi en la línea (m.84).

Tanto despliegue ofensivo es, con todo, engañoso porque no responde a la idea de juego que parece manejar el técnico, como a un intento desesperado por hallar el camino del gol, tratando de tutear al rival a destiempo y cuando solo podía esperar esa respuesta de un Tenerife que, sin el medio juego que solo tuvo en la primera jornada y sin extremos que puedan jugar a campo abierto,se queda sin argumentario.

(2) RCD MALLORCA: Reina; Sastre, Valjent, Raillo, Brian Olivan; Dani Rodríguez (Cufré, m.87), Baba, Salva Sevilla (Ruiz de Galarreta, m.87); Lago Júnior (Febas, m.72), Abdón (Alegría, m.72) y Murilo (Antonio Sánchez, m.67).

(0) CD TENERIFE: Ortolá; Kakabadze (Shashoua, m.67), Bruno Wilson, Sipcic, Álex Muñoz (Suso, m.57); Moore, Aitor Sanz, Zarfino (Jorge Padilla, m.85), Pomares; Jacobo (Nono, m.58) y Joselu (Apeh, m.58).

ÁRBITRO: José Antonio López Toca (Comité Cántabro). Amonestó a Baba (m.51) y a los visitantes Zarfino (m.14) y Bruno Wilson (m.90).

GOLES: 1-0, Valjent (m.20). 2-0, Dani Rodríguez, de penalti (m.55).

INCIDENCIAS: Partido de la 4ª jornada de LaLiga SmartBank 20-21, jugado a puerta cerrada en el Visit Mallorca Estadi.

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