El sector agrícola canario afectado por el Brexit negocia que la ayuda al transporte se mantenga para envíos al Reino Unido
El Gobierno de Canarias y el sector del tomate de exportación en las islas, junto a otros productos hortofrutícolas, han propuesto en Madrid a representantes de los ministerios de Transporte y de Agricultura una serie de medidas para compensar los efectos del Brexit en el sector agrícola canario, especialmente en las actividades del tomate, pepino, flores y plantas, las labores más afectadas por la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea (UE).
Entre las medidas propuestas por la delegación canaria, destacan la compensación de la comercialización fuera de Canarias, independientemente del destino de esas producciones locales, y que para ello se aplique una excepción en las ayudas estatales al transporte de mercancías para tales cultivos, de manera que se dé cobertura a los envíos al Reino Unido, que quedaría fuera de esos apoyos, según la regulación actual de las medidas, una vez se convirtiera en país tercero.
El viceconsejero de Sector Primario en el Gobierno de Canarias, Abel Morales (CC), e integrantes de la Federación Provincial de Asociaciones de Exportadores de Productos Hortofrutícolas de Las Palmas (Fedex) y de la Asociación de Cosecheros Exportadores de Tenerife (Aceto) se reunieron este miércoles y jueves en Madrid con los secretarios generales de Transporte y de Agricultura, María José Rallo y Fernando Miranda, respectivamente, para abordar las consecuencias de la salida del Reino Unido de la UE y conocer los detalles del plan de contingencia en el que trabajan el Estado y los aún Veintiocho.
También se aprovechó la cita para exponer las propuestas de las islas dirigidas a paliar los daños a las exportaciones de productos canarios a causa de la retirada de Reino Unido de la UE, lo que se producirá el próximo 29 de marzo de forma abrupta (sin aceptar los términos del acuerdo definido con la UE), salvo que los nuevos acontecimientos modifiquen esa previsión y se produzca una prórroga o retraso en la salida.
Canarias envía un promedio anual de 37.500 toneladas de productos vegetales (hortalizas, frutas, tubérculos, flores, plantas, especias y plantas medicinales) al mercado británico, que además es el destino de casi el 50% de la producción de tomate del archipiélago, o sea, de unas 25.000 toneladas por zafra.
Los productos canarios que se dirigen al Reino Unido se benefician principalmente de tres líneas de ayudas para paliar las condiciones de ser producidos en una región ultraperiférica: al transporte de mercancías agrícolas -ayuda de Estado que si se deja de percibir supondrá una pérdida de competitividad de 0,09 euros por kilogramo para esas producciones- y, en el programa Posei, las acciones I.2, para apoyar la comercialización fuera de Canarias -pero dentro de la UE- de los mencionados productos, y la I.5, aplicable solo a los productores de tomate de exportación (el subsidio por hectárea cultivada).
La pérdida de parte de esos fondos públicos, según aseguró el viceconsejero Morales, “pondrá al subsector del tomate canario en graves dificultades”. Tras las reuniones, el viceconsejero explicó que en esta coyuntura “es imperativo entrar en contacto con la Comisión Europea para abordar de manera urgente posibles soluciones”.
Para ello, además del diálogo permanente mantenido con el Estado a través de las comisiones de trabajo del Brexit convocadas por Canarias (la última celebrada a finales de febrero con la presencia del secretario de Estado de la UE, Luis Marco Aguiriano), el consejero Narvay Quintero participará la próxima semana en el Consejo Europeo de Agricultura en Bruselas, en representación de todas las comunidades autónomas españolas. Ahí mantendrá un encuentro con representantes de la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural, cita en la que se abordarán estos mismos asuntos.
Ejecutivo y productores destacaron que otra cuestión a tener en cuenta es la probable aplicación de aranceles por parte del Reino Unido, cuando ya esté fuera de la UE, a los productos canarios, y que el posible miedo al desabastecimiento por los compradores británicos pueda originar una tendencia a buscar otras fuentes de suministro en países terceros.
A esto se une la incertidumbre en cuanto a la remuneración a percibir vía ayudas públicas, lo que sin duda limitaría mucho la capacidad de los operadores canarios.
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