Catarata de mierda y mentiras

A nivel político los acontecimientos desbordan a todos mis colegas. En Canarias y en España. En Cataluña y en Valencia. Para leer estos días Diario de Mallorca o Levante de Valencia, hay que tomarse primero un tranquilizante. Baleares y Valencia es un volcán de mierda, cenizas espúreas, que atenazan y engullen a quienes seguimos las informaciones de todos estos ¿acontecimientos?, de todas estas escandaleras. Me dice un amigo jurista que el juez Luciano Varela, el que quiere enjuiciar a Baltazar Garzón, se ha convertido en un presunto prevaricador, en un presunto delincuente, porque tras el tejemaneje que se trae con las querellas de Falange y Manos Limpias, y después de la relevante pieza jurídica de la Fiscalía del Tribunal Supremo, Luciano Varela sigue en sus trece y decide dictar auto de apertura de juicio oral contra Garzón, confirmaría que es un instructor injusto a sabiendas, lo cual quiere decir prevaricador. Al menos presunto. Las sentencias de los casos Atutxa y Botín son unos antecedentes que pueden meter a Varela en una contradicción jurídica aguda, en una sima y otra cima. Entre la altura de un monte y la profundidad de una cavidad terrestre, entre sima y cima, Varela ha entrado de lleno en la confusión telúrica.

A cuenta de todo esto, me da la impresión que Falange y Manos Limpias se han equivocado y se han metido en la boca del lobo. A cuenta de Garzón ahora resulta que hay una joven generación de treintones y cuarentones, que no sabían apenas nada de los crímenes de la dictadura franquista, que están empezando a enterarse que todo aquello fue un crimen contra la humanidad, un genocidio, y me preguntaba el otro día un joven empresario cuarentón como era posible que después de ganada la guerra civil los franquistas se pasaran cuarenta años asesinando a los españoles que no pensaban como ellos, y cómo era posible que encima muchos de esos franquistas alardearan de ser católicos. Sigo pensando que la izquierda española transiguió demasiado en la transición, y que ahora por el error gravísimo de Falange y Manos Limpias (sic) los hechos pueden convertirse en un boomerang contra los denunciantes de Baltazar Garzón. Ya hay voces que empiezan a apuntar que el Partido Popular, sino denuncia el franquismo, debe ser ilegalizado. Pero antes, a los que han robado, hay que ponerlos a buen recaudo. Lo que está claro es que hay que terminar con la catarata de mierda y mentiras, mentiras que nos estuvieron contando durante cuarenta años, con asignaturas como la de Formación del Espíritu Nacional, para la cual los franquistas eran los buenos y lois republicanos los malos. Encima ahora no quieren oír hablar de Educación Ciudadana. No tienen remedio.