Felación a un presidente

Acaban de vender por un millón de euros el video casero grabado en una cinta de dieciséis milímetros en el que se ve a Marilyn Monroe de rodillas realizando la felación a un hombre cuyo rostro no aparece en los quince minutos de película. La cinta original la tiene el FBI, ya sabemos que en esto del control de la vida de la gente los servicios secretos de la que se denomina primera democracia del mundo hacen un gran trabajo. Se dice que cuando vio la cinta el entonces director del FBI un tal Edgar Hoover, se obsesionó en demostrar que el hombre que disfrutaba de la felación era el presidente John Fitzgerald Kennedy. Pero el hijo del dueño de la cinta dice ahora que la grabación se realizó antes de que la actriz conociera al presidente norteamericano.El FBI confiscó la película y la considera material clasificado (no clasificado S o X sino clasificado secreto de Estado). Pero el dueño tenía una copia que ha podido vender.

En Estados Unidos este asunto suele ser objeto de escándalo, pero aquí hay que reconocer que no está mal visto en nuestra sociedad hacerle una mamada a un presidente. Al contrario, los cortesanos siempre están más cotizados que los disidentes. Los cortesanos cobran en metálico o en especie, los disidentes en persecución o castigo. Resulta paradójico que en un sistema donde se denomina cuarto poder a los medios de comunicación, precisamente los que más promueven con su trabajo una alianza entre el poder mediático y el poder político y económico sean los que se mantienen en los puestos más altos y remunerados.

Otra diferencia entre nuestro país ultraperiférico y Estados Unidos es que en Canarias hemos podido ver felaciones a presidentes de gobierno y en lugar de mandar la cinta a los servicios secretos, se han emitido esos momentos pornográficos sin tapar el rostro del beneficiado de la mamada. Al contrario, hemos visto a los presidentes con cara de placer mientras disfrutaban de esos trabajos. Claro que los autores de esas felaciones son capaces de decir que lo hacen por la patria. A lo mejor Marilyn también sintió que estaba haciendo una mamada patriótica, si el señor de la película era John F. Kennedy quizá podamos entender aquella frase del expresidente norteamericano: “no preguntes lo que tu país puede hacer por ti, pregunta lo que tú puedes hacer por tu país”, tal vez Marilyn entendió el mensaje y asumió que dar placer a un presidente era un servicio a la patria.

En Canarias se han emitido esas felaciones en la televisión en horas de máxima audiencia. Ni que decir tiene que los succionadores han llegado a recibir premios gubernamentales de diferente valor, las cintas de sus trabajos políticos/sexuales no se han vendido a un millón de euros, pero la cotización laboral de los promotores de los placeres presidenciales se ha incrementado en los círculos del poder en la misma cantidad que ha disminuido la credibilidad de las televisiones que han emitido los pornográficos trabajos. Por una vez, sin que sirva de precedente, me quedo con los yanquis y con la felación de Marilyn Monroe. Cuestión de gustos.

Juan García Luján