Espacio de opinión de Canarias Ahora
Tendrán que pagar
En la pasada legislatura, el PSOE rechazó varias Iniciativas Legislativas Populares y propuestas y proposiciones de ley de distintos grupos de izquierdas del Parlamento que pedían un cambio en la ley. En ésta por la que transitamos, el PP también ha hecho lo mismo con una ILP y con mociones de la oposición. Ahora les entró la prisa y se reunieron ?sin posibilidad de llegar a acuerdos- pretendiendo arreglar el problema con una solución que ya les adelantó la patronal bancaria (“en un rasgo de generosidad”, según la periodista Edurne Uriarte): paralizar los desahucios “extremos” y darles una moratoria de dos años mientras siguen aumentando los intereses bancarios usureros. Con el desmarque del PSOE, el PP ha aprobado el pasado jueves una moratoria de dos años sin modificar la Ley Hipotecaria, la dación en pago, el valor de las tasaciones, los intereses de demora ni la retroactividad. Al final no ha resultado más que una maniobra burda, para acallar las voces en alza de la indignación ciudadana y mantener la deuda eterna de miles de familias. Esto añade más bien poco al Código de Buenas Prácticas bancarias aprobado este año por el Gobierno, una pamplina voluntarista y engañabobos.
La ambición desmedida de la banca y su afán de crecimiento sin límites hizo que, en la época de bonanza, repartiera dinero por doquier, con valoraciones infladas, a ciudadanos que sabía que podrían tener problemas para pagar. Con la estafa de las preferentes robaron el ahorro de miles de familias; no han dejado de especular día tras día con las hipotecas y los desahucios, según denuncian los jueces y los fiscales, y, encima, el país se endeuda y se empobrece hasta el infinito para pagar un rescate por sus ingenierías financieras fulleras (según el último informe de la Obra social de La Caixa, España ha experimentado el crecimiento más importante de pobreza severa en la UE). Se recortan los derechos sociales y laborales, se renuncia a la soberanía del Estado y se pone en entredicho la democracia. Y se provoca la exclusión social y la muerte de mucha gente.
Los suicidios provocados por los desahucios no son un hecho aislado. Según los datos aportados por el XVI Congreso Nacional de Psiquiatría ?que ya cité la pasada semana- cada día se producen en España nueve muertes por suicidios y un tercio de estos se debe a los problemas económicos provocados por la crisis. Es decir, más de mil personas mueren cada año empujadas al suicidio por el paro, la pobreza, los desahucios, etc.
Pero los que han propiciado todo esto, desde el sistema financiero sin control que enmascaraba sus pérdidas y sus actividades fraudulentas, y los que lo han permitido y lo amparan, desde la política, no pueden salir de rositas. No podemos seguir aceptando que no asuman sus responsabilidades. Hace poco Julio Anguita aseguraba con contundencia que “el rescate, como haber cambiado la Constitución para pagar la deuda, es un delito de traición de Zapatero y Mariano Rajoy”. El catedrático de Economía Juan Torres salía poco después a la palestra asegurando que las afirmaciones del excoordinador de IU coincidían con lo que él venía expresando: “este gobierno y el anterior han cometido y cometen una auténtica traición al Estado y al pueblo español (?) Obligan al pueblo a aceptar políticas que lo arruinan y a cargar con una deuda que es verdaderamente odiosa porque se le ha impuesto contra su voluntad por los grandes poderes financieros y, en lugar de rebelarse contra eso, se pliegan a los intereses extranjeros”. Como dice Garzón, “es inaceptable que ni un solo proceso penal esté abierto respecto a quien ha causado esta crisis. Que no se hayan iniciado causas penales contra entidades financieras. Que los responsables bancarios ni siquiera sean molestados”.
Pero no son solo algunos izquierdosos españoles los que plantean esta tesis. El Nobel de Economía y exvicepresidente y economista jefe del Banco Mundial, Joseph Stiglitz, lo ha expresado con nitidez: “o mandamos a los banqueros a la cárcel o la economía no se recuperará”. El economista americano James K. Galbraith habla en parecidos términos: “hay que depurar a los funcionarios públicos que traicionaron la confianza pública y los financieros deben sentir, hasta las entrañas, el poder de la ley. Y la población, que vive con la ley, debe ver clara e inequívocamente que es así”. Robert Elliot, presidente de Linklaters dice que “el mundo juzgará a los bancos por sus acciones”. También Jeremy Kroll, fundador de K2, lo deja meridianamente claro: “hay muchos responsables de la última crisis financiera, sobre quienes, a pesar de haber sido nombrados e identificados, las autoridades no han realizado investigaciones, ni civiles ni penales”. El multimillonario Buffet ha demandado sanciones para los ejecutivos de los bancos: “los banqueros deben pagar un alto precio por su imprudencia”?
No son pocas las voces que se alzan en estos momentos demandando el reconocimiento del crimen económico contra la humanidad o un nuevo Tribunal de Nuremberg “para juzgar a los especuladores por crímenes contra la humanidad” como pide Jean Ziegler, miembro del Comité consultivo de Derechos Humanos de la ONU. El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas establece que “ninguna crisis económica y financiera mundial disminuye la responsabilidad de las autoridades estatales y de la comunidad internacional en el respeto de los derechos humanos”. Aquellos que están llevando a millones de ciudadanos a la pobreza y a la desesperación; aquellos que nos están privando premeditadamente de una vivienda, de una educación estatal de calidad, del trabajo y de una sanidad pública que garantice la salud, deben someterse al juicio severo de la Justicia de este país o a la de un Tribunal Penal Internacional que legitime la persecución de los crímenes financieros contra la humanidad. No pueden quedar impunes sus desafueros. Tendrán que pagar.
Antonio Morales
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