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Ponencia
“En resumen. Cuentan ustedes con un clima maravilloso y unos atractivos naturales fuera de serie. También puede considerarse un tesoro extraordinario la idiosincrasia. Su concepto popular del tiempo, su amabilidad. En lugar de insistir en el camino equivocado que parecen empeñados en emprender, mi sugerencia, la de mi equipo de expertos, es que deberían no sólo detenerse, sino desandar lo recorrido y recomenzar partiendo de concepto distinto de su oferta. No deben tender a atraer un número extraordinario de visitantes, sin importar las características del cliente, sino todo lo contrario. No publicitarse como un destino fácil o una meta al alcance de todos, sino al revés. El éxito de su futuro está en la exclusividad. En imponer todas las barreras posibles a quienes pretendan venir a gozar de los atractivos de estas Islas. Convertirlas en leyendas inalcanzables. Que venir sea un sueño. Establecer un númerus clausus de turistas anual. Conseguir que las grandes fortunas del mundo suspiren por pasar aquí una semana y que para ellos y sus afortunados invitados sea un hecho insólito ?acaso irrepetible- presumir en sus países de origen de haberse acercado al Teide, de haber paseado sus pies desnudos por Maspalomas, de haber probado una uva ardiente de La Geria? Esa selectividad turística preservará los paisajes, impedirá la masificación, fijará el empleo para la población nativa y ésta podrá sostener, a su vez, la tradición de sus costumbres y su envidiable carácter?”
El ponente hizo otra larga pausa antes de llegar al final. “Desde un punto de vista medioambiental además, un archipiélago tan pequeño como éste es un ecosistema de una extrema sensibilidad. Aunque ya he oído algunas alertas sobre la superpoblación de las islas, los políticos no aceptarán fácilmente que mucho más dañina para ese ecosistema que la demografía propia será la presencia de una población flotante altamente consumista y ajena a preocupaciones ecológica. Las islas no pueden estar en una urna, protegidas por sistemas acristalados y de climatización, como ciertas pinturas rupestres, pero sus bellezas y su naturaleza están tan en peligro como aquéllas, susceptibles de deteriorarse simplemente con la acumulación de respiraciones cercanas? La idea final es ésta: seleccionar la demanda, recortar la oferta. Convertir nuestro mercado no sólo en exclusivo, sino en exclusivista”.
No hubo muchos aplausos ni les cuento un relato de retroficción. La propuesta se lanzó en unas jornadas -Turismo y Sociedad- a principios de los 80 en Tenerife. Ya era, de todos modos, y aunque nadie lo tomase en serio, demasiado tarde.
José H. Chela
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