Espacio de opinión de Canarias Ahora
El precio de una canción
No nos engañemos. Seguro que la SGAE ya mira con ojos golosos esa sentencia. De una forma u otra sienta un precedente que autores y discográficas quieren importar a España. El camino ya está abierto. Primero, y gracias a la nueva ley de propiedad intelectual, cobrarán nuestras descargas, las hagamos o no las hagamos, pero por si acaso, a través del canon que está a punto de caernos encima y que repercutirá en todo tipo de aparatos, desde cámaras de fotos, cedés, impresoras, ipods, ordenadores, etc. Depués, la intención es ampliar ese impuesto destinado a particulares y aplicarlo a la línea adsl. Y, mientras, asistimos poco a poco a diversas denuncias, algunas con detective de la SGAE por medio, porque ha habido quien celebró su boda con música sin pasar por caja, quien compartió canciones con sus amigos a través de internet o quien se niega a pagar el canon sobre un cedé que va a utilizar para grabar las fotos de sus hijos o sus diatribas de amor.
No me parece mal que los autores cobren por su trabajo como cada hijo de vecino. Pero considero intolerable el estado de sitio que nos estás imponiendo, donde tararear una canción ya tiene precio. Un médico cobra por realizar una operación, pero si desarrolla una técnica nueva no exige que cualquier galeno que la aplique le pague un canon. Si yo compro un disco y después quiero grabarlo en mi ordenador y pasarlo a mi mp3 o enviarle una canción a un amigo tengo todo el derecho. No obstante, ahora tendré que pagar cuando compre el disco, cuando compre el cedé virgen, cuando compre el ordenador, cuando compre el mp3 y, si me descuido, cuando me multen. Me temo que ninguna canción vale tanto.
Esperanza Pamplona
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