Sube la temperatura política en el Ayuntamiento de Mogán gracias a los cada vez más agrios enfrentamientos entre la oposición, mayormente la que encabezan Nueva Canarias y Ciuca, y el alcalde popular, Francisco González, nuestro insustituible Paquirrín. El empeño de éste por interpretar de modo restrictivo los derechos de los concejales desafectos a la hora de hablar en los plenos, de acceder a información pública o de permitir que las sesiones puedan ser grabadas por las cámaras que sea menester, han conducido ya a cinco demandas ante los tribunales de justicia, una de ellas con éxito para los demandantes. El rechazo de las otras cuatro iniciativas ha servido para que este jueves el PP moganero sacara pecho de la manera acostumbrada y arremetiera duramente contra las concejalas de Ciuca y Nueva Canarias, algunas de ellas destacadas protagonistas de otros tiempos peperos en el municipio. González, o quien en su nombre redactara el comunicado, no tuvo el menor inconveniente en acusar a esos grupos de haber emprendido “una evidente campaña de acoso contra el alcalde” mediante una “estrategia con la que se intenta desprestigiar” su figura “y amedrentar al Partido Popular y a la ciudadanía en general (sic) utilizando permanentemente insultos, mentiras y falsas acusaciones”. El comunicado, que no deja una rendija para la especulación, señala como “cabecillas” de esa “campaña orquestada” a Onalia Bueno y a Isabel Santiago, la primera de Ciuca y la segunda de NC, ambas compañeras de viaje del PP hasta que se produjeron dos rupturas distintas. Porque Isabel Santiago se marchó del PP en 2005 después de plantarse en la Fiscalía Anticorrupción con una denuncia que originó el caso Góndola. La segunda, Onalia Bueno, denunciada e imputada aún por aquellos hechos, tuvo una salida más accidentada porque supuso que pasara de mano derecha, ojito derecho y paño de lágrimas del alcalde a una de sus más fieras enemigas.