El otro protagonista de la sesión, lamentable protagonista en este caso, fue el presidente del Parlamento, Antonio Castro Cordobez, que tuvo la genial idea de firmar una comunicación oficial dirigida al Rey informándole del nombramiento de Paulino Rivero como presidente horas antes de que se produjera la votación. Lo hizo antes de que se reanudara la sesión de la tarde porque la carta, con copia al presidente del Gobierno de España, la tenía en su portafirmas desde que la sesión de la mañana ya apuntara su final. Castro Cordobez ha cometido un error grave porque ha certificado en un documento público algo que no había ocurrido. El documento tenía sello del Registro de Salida cuando lo blandió Hernández Spínola ante el pleno del Parlamento. El presidente del Parlamento tiene una explicación que dar.