Se encendió en su intervención final el presidente Paulino Rivero contra el presidente del Grupo Parlamentario Socialista, Manuel Marcos, al que dedicó varios, muy sonoros y bastante cariñosos epítetos, el más suave “indigno”, por negarse a admitir la “deuda histórica del Estado” con Canarias para que esa millonada no caiga en manos de tan pésimos gestores. Los socialistas se subían por las paredes y a Rivero llamó la atención que al comienzo de su réplica final (la enésima contra el PSOE), el portavoz, Santiago Pérez, se levantara y abandonara el salón de plenos. Pérez iba corriendo a registrar las propuestas de resolución para conseguir que la suya fuera la primera fuerza en intervenir en la fase final del pleno. Ya desde su escaño, y en el momento en el que el presidente teorizaba sobre la necesidad de que “España salga de la crisis para que pueda salir Canarias”, Santiago Pérez hizo una petición a Rivero: “Díselo a Pepe Rodríguez”, en referencia a don José Rodríguez Ramírez, director y editor de El Día, quizás para que reservara la primera página de este miércoles para aseveraciones tan solemnes.