Víctor Rodríguez Gago, que ya hizo un simulacro de marcha hace unos meses, cuando se paseó por Madrid tocando en timbres que no debía, sentará sus reales desde esta misma semana en una institución muy neocon, el Instituto Juan de Mariana (no confundir con Juan de Mairena), que lidera un canario que siempre ha admirado al periodista metido a tareas goebbelianas, Gabriel Calzada. Además de este instituto, que se nutre de las aportaciones voluntarias de sus socios físicos y jurídicos para extender las doctrinas liberales, Gago colaborará con el periódico de Federico Jiménez Losantos, con el que coincide en tantos y tantos planteamientos políticos y no tan políticos. No nos imaginamos a Larry o a cualquiera de sus teresianas redactando las pastorales dominicales de Soria y llevándolas, como hizo Gago el otro día en un último servicio a la causa, en mano hasta El Sebadal. En cualquier caso, deseamos a Rodríguez Gago mucha suerte en su nueva andadura. Y que cruce los dedos para que Uche no lo señale como autor intelectual y material de algunos artículos que están en los juzgados.