El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Una mariscada en Canarias
Fue la noticia más leída y más movida en las redes sociales este fin de semana en Canarias: la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, programaba una opípara cena para treinta comensales en el restaurante Rías Bajas, de Las Palmas de Gran Canaria, coincidiendo con su visita para presidir un simulacro de salvamento en los buques-hospital Esperanza del Mar y Juan de la Cosa. Al verlo en nuestro listado de noticias, el director de eldiario.es, Ignacio Escolar, la tuiteó y se armó.
Naturalmente, a la mañana siguiente ya se habían movilizado los servicios de prensa del ministerio que trataron inicialmente de hacer pasar por falsa la noticia y, al comprobar que tenía consistencia, a matizarla o maquillarla de algún modo: “Esa cena se propuso a principios de semana pero fue descartada de inmediato por inadecuada”; “se dio orden de que se cancelara el martes o el miércoles”. Pero lo cierto es que hasta el mismo sábado del mentís del jefe de prensa de la ministra, la reserva seguía en pie y nadie sabía nada de una contraorden.
Del Gambrinus al Rías Bajas
Prueba de que la cena para treinta en el reservado de la planta alta del Rías Bajas se incluía en el itinerario de la señora ministra de Empleo a la segunda región con más parados de toda España es que ya habían sido distribuidos los atentos Saluda del director del Instituto Social de la Marina (ISM) a los afortunados convidados en nombre de la mismísima Báñez. A partir de este lunes es muy probable que empiece a desmontarse la cuchipanda, se cambie de lugar la cena y probablemente se reduzca el número de comensales. Inicialmente la cena se iba a celebrar en el restaurante Gambrinus, en la calle Secretario Artiles de la capital grancanaria, pero a los organizadores les pareció muy pequeño el reservado, que además está al lado de los baños del establecimiento y era una ubicación inapropiada para una autoridad con unas determinadas exigencias de seguridad. Los propietarios del Gambrinus, familiares directos de los del Rías Bajas, recomendaron entonces esta última marisquería, situada en las inmediaciones. Y allí se cerró la reserva.
Rodarán cabezas
Desde el Ministerio de Empleo se trató de transmitir en todo momento que, de existir esa reserva en el Rías Bajas, se había hecho sin el consentimiento del gabinete de la ministra y, además, contraviniendo unas supuestas instrucciones giradas a principios de la semana pasada de que no se celebrara una cena con “ese formato y de ese calibre”, en palabras textuales del portavoz autorizado de Báñez. En todo momento ese portavoz intentó convencernos de que no se cambiaba la agenda por la publicación de la noticia, sino que en todo caso habría sido una decisión de algún departamento ajeno al gabinete de la ministra que había actuado por su cuenta desobedeciendo las instrucciones. Nadie en el Instituto Social de la Marina, departamento del que salió expresamente la reserva en el restaurante, sabía nada el sábado de una contraorden, y mucho menos de que hubiera sido desautorizada esa cena en Las Palmas de Gran Canaria. La sorpresa era mayúscula, y se tornaba perplejidad cuando conocieron esas mismas fuentes que el cabreo en el ministerio iba a desembocar, como se llegó a insinuar, en alguna reprimenda. La mariscada finalmente no se celebrará, o al menos no en el restaurante inicialmente escogido, ni con ese formato ni con “ese calibre”. Pero habrá cena de la señora ministra la noche del martes en un lugar ignoto que a partir del viernes sólo conocen los responsables de su seguridad y sus más allegados colaboradores.
A Canarias, ni agua
Pero siendo grave que la ministra que se ocupa del problema más grave que tiene Canarias, con un 34% de paro, fuera a presidir una cena en una marisquería de lujo, no debe pasarse por algo otro desplante aún mayor: que no tenga previsto ni un solo acto referido al empleo, ni siquiera atendiendo a la invitación de la consejería canaria del ramo de suscribir, aprovechando el viaje, un convenio para la lucha contra el empleo sumergido, una lacra que castiga a los trabajadores en tiempos de crisis. Un convenio que ya está suscrito con otras autonomías, las gobernadas por el PP, y que se le resiste a Canarias. Hasta este mismo domingo no había en la agenda de Báñez ningún acto de ese tipo, ni siquiera para dar explicaciones a los canarios del por qué se ha suprimido de los Presupuestos Generales del Estado la partida destinada a políticas activas de empleo a través del famoso PIEC. Ni una reunión con sindicatos o patronales para animarles a crear empleo. Nada. O estamos ante una ministra zombi que cree que puede visitar una región tan castigada por el paro sin hacer el mínimo esfuerzo de implicación, o también calan en ella las consignas de José Manuel Soria de no dar a Canarias ni agua.
Anatemizan al PP (pero menos)
En el peor momento posible, con más circunstancias sobrevenidas que las que en diciembre aconsejaron su aplazamiento, este sábado se celebró en los locales de Caja Siete, en Santa Cruz de Tenerife, el Comité Insular del PSOE tinerfeño. Los últimos acontecimientos palmeros, con los expulsados respaldados por un auto judicial de medidas provisionales que los mantiene al frente del Cabildo de la isla, y con Izquierda Socialista reclamando del máximo órgano entre congresos la readmisión de los cinco concejales de Tacoronte también irradiados, la reunión no resultó tan penosa como se temía para la Ejecutiva Regional del PSOE. O al menos esa es la lectura que se pretende hacer desde ese órgano tras presenciar cómo un miembro de la Ejecutiva Federal, José Miguel Rodríguez Fraga, se reunía a las puertas del cónclave con los cinco de Tacoronte para explicarles que lo mejor era que no entraran allí, que se podía armar. Que una cosa es aprobar una resolución reclamando su readmisión y otra bien distinta es un desafío de ese calibre que la Ejecutiva tinerfeña no podría explicar jamás en la vida. En un ambiente que algunos definen como de principio de reconciliación, las distintas familias del socialismo tinerfeño encontraron en la Regional, y más concretamente en su secretario general, José Miguel Pérez, y en el de Organización, Julio Cruz, los enemigos comunes a los que repartir un poco de estopa. La dirección insular salvó su gestión pactando con Izquierda Socialista su resolución en favor de los de Tacoronte. Para que no quedaran dudas de la complicidad y del apaño, la propuesta la defendió el presidente insular, Rafael Yánez. También salvó sus muebles Paco Spínola, el hombre que siempre estuvo allí, que aprovechó para dar un paso más hacia la defenestración de José Miguel Pérez, o al menos esa es la valoración que hacen observadores privilegiados. Spínola consiguió que, por mediación de Rodríguez Fraga, se rebajara una propuesta envenenada, la de exigir a su consejería que rebaje el pistón con los sindicatos. Y dejó el resto para el análisis: no tiene mucha explicación que el secretario de organización de Tenerife, Manuel González, viceconsejero en su Consejería de Presidencia, saque adelante un desafío como el acordado el sábado contra un expediente disciplinario votado por la Regional y tramitado por la Federal. O que en la misma Ejecutiva se siente la hermana de Rodríguez Fraga, viceconsejera spinolista también, haciendo bueno el empeño de anatemizar las políticas antisociales del PP y arengando a los rebeldes a pactar con ese partido siempre que se meta el dedo en el ojo al enemigo histórico de Coalición Canaria. Deberían mirarse de vez en cuando las encuestas y comprobar cómo en Tenerife va subiendo el PP y bajando CC, a ver si un día se convencen de que con el estómago no se debe hacer política. El único síntoma de que piensan más allá de su ombligo y en algo que entusiasme un poquito a los ciudadanos fue la resolución de Bases 2020 de celebrar unas primarias “vanguardistas”.
Sobre este blog
El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora