El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Petrodólares en Santa Catalina Park
La imagen idílica que ofrece #Repsoria del futuro de las Islas bañadas por el oro negro es para guión de películas del Oeste. Resulta que los petroempleados que vengan a sacar ese petróleo en aguas canarias pasarán su tiempo libre en las Islas, repartiendo sus petrodólares en un remozado Santa Catalina Park por obra y gracia del alcalde Cardona, comiendo en los restaurantes de Arrecife y Corralejo o Costa Calma, gastando sus billeteras repletas en las tiendas majoreras, conejeras y de toda Canarias, porque los petroempleados tendrán un inusitado interés en conocer todas y cada una de las islas, hasta el fenómeno vulcanológico de El Hierro y el hipotético desplome de La Palma, tsunami americano de por medio. Pero aparte de ocio y disfrute, todos los petroempleados de #Repsoria tendrán que reparar sus petroplataformas, hasta el último tornillo, en talleres eléctricos y mecánicos de las Islas, como si esas plataformas, desde el último de sus engranajes hasta el más sofisticado de los sistemas de navegación, no tuvieran su propio mercado específico que, como mucho, dejará hacer chapucillas y migajas a estos nativos talleres dispuestos a reparar la economía de las Islas por la vía de sorianismo. Ah, y no nos olvidemos del turismo, que para eso también es ministro: los petroempleados, tan hartos de viajar tanto, preferirán siempre pasar sus vacaciones en la isla de enfrente [de la plataforma] que en cualquier otra parte del mundo. Porque, ¿qué otro atractivo turístico tendría la explotación petrolífera en las Islas si no que sus explotadores conozcan el interior? ¿Un museo de catástrofes naturales como hilillos de plastilina, por ejemplo? Fuerte pasteleo.
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