El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Canarias se hace de izquierdas
No ha muerto el bipartidismo en Canarias, que en realidad aquí siempre ha sido cosa de tres, si incluimos a la ineludible Coalición Canaria. Pero ha sufrido un durísimo varapalo en las urnas este domingo de elecciones europeas. El PP sufre una buena pérdida de votos, un 46% respecto a 2009, y el PSOE, pese a compartir gobierno, aguanta el tipo aunque con una pérdida importante de apoyos, un 42%. Su consuelo está en Santa Cruz de Tenerife, donde logra convertirse en la fuerza ganadora, y en la escasa diferencia de votos que le separa del PP, inferior en toda Canarias a los 7.000 sufragios. Es, con diferencia, el partido a los que todos los analistas atribuyen ya el peor de los batacazos, obviando la caída llamativa de Coalición Canaria, que a punto estuvo de ser superada en estas elecciones por Podemos, la verdadera sorpresa, a menos de 7.000 votos de los nacionalistas. Pero la noticia es que Canarias es, desde este domingo, más de izquierdas que el día anterior, porque los miles de votantes de esa ideología hasta ahora alojados en la abstención, han acudido a votar y han aupado a Podemos y a Izquierda Unida hasta lograr que entre ambas fuerzas sumen nada menos que 122.000 votos, acercándose peligrosamente a los 125.000 del Partido Socialista Canario. La eterna dispersión de la izquierda impedirá cualquier tipo de acuerdo, porque esos casi 250.000 votos que sumaron este domingo estas tres fuerzas políticas se llevarían por delante los poco más de 240.000 que suman juntos el PP y Coalición Canaria, los históricos socios de gobierno conservador en las Islas.
110.000 votos menos para PP y CC
Soria ha conseguido mantener victorioso su feudo grancanario, pero en la provincia de Las Palmas sólo ha conseguido superar a los socialistas de José Miguel Pérez en unos 7.000 votos, mucha menos distancia que los 29.000 que les separaron hace cinco años. Un consuelo, sin duda. El PSOE canario ha podido aguantar el tipo, a pesar del natural desgaste por compartir gobierno y del tremendo bajón nacional que ha experimentado el partido de Rubalcaba, sometido desde este lunes a una obligada dimisión. Pero la derecha canaria se deja, sumando todas las fuerzas conservadoras (PP, CC y UPyD) nada menos que 110.000 votos respecto a 2009. La sangría sería de 84.000 votos si excluyéramos a Coalición Canaria, que no necesariamente debe encuadrarse siempre en el conservadurismo, por mucho que su tendencia natural haya sido casi siempre la de unir sus fuerzas a las del PP. Por lo tanto, si de hacer balance ideológico se tratara, Canarias se inclina claramente hacia la izquierda desde este domingo, algo que deberá tenerse en cuenta a la hora de analizar sociológicamente estos resultados y, en la medida de lo posible, extrapolarlos a las próximas elecciones de 2015, las autonómicas y locales en primavera, y las generales en otoño.
El PSOE, a hacérselo ver
Este lunes, como cada lunes, se reunirá la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, y todos los indicios apuntan a que Alfredo Pérez Rubalcaba dará un paso ineludible, el de dimitir o el de adelantar al máximo el relevo con las comprometidas elecciones primarias. Su apuesta por su número dos, Elena Valenciano, como cabeza de lista, era tan arriesgada como plebiscitaria, y a las consecuencias habrá de atenerse. Ganarán terreno las voces internas y externas que le vienen reclamando desde hace tiempo una profunda revisión de sus principios y de sus liderazgos, lo que recolocará de mejor manera a los candidatos mejor posicionados para suceder al secretario general: Eduardo Madina, Carme Chacón, Paxti López y probablemente hasta Juan Fernando López Aguilar, harán recuento de sus efectivos para empezar a dar los pasos necesarios para el relevo. Los acuerdos por la izquierda, hasta ahora imposibles, deberán estar entre los primeros afanes. Los resultados de este domingo lo hacen aconsejable, por no decir que imprescindibles, si lo que se pretende es acabar con el poder de una derecha que, en sus peores momentos y a pesar de su retroceso, mantiene intacto un increíble apoyo electoral.
El fenómeno Podemos
Podemos ha sido la gran sorpresa de estas elecciones. Su carismático y televisivo líder, Pablo Iglesias, acompañado de destacadas personalidades nacionales como el ex fiscal anticorrupción Jiménez Villarejo, ha logrado dar un tremendo susto a todas las formaciones políticas, empezando por Izquierda Unida, que en bastiones tan sagrados como el Ayuntamiento de Rivas (Madrid), donde gobierna con mayoría absoluta, ha salido derrotado. En Canarias, a la espera de nuevas incorporaciones, ha logrado aglutinar a históricos de la izquierda y a mucha gente nueva, algunos desencantados del PSOE, sin duda, pero muchos rebotados de la inveterada división de todas las formaciones que han ido apareciendo con muy corto recorrido estos últimos años. Que le haya ganado en Canarias a Izquierda Unida es también de obligado análisis por esa coalición. La campaña electoral arrojó algunos síntomas del respaldo que finalmente iba a tener Pablo Iglesias: llenaron su acto principal en los multicines Monopol en Jueves Santo, y un domingo hizo lo mismo Juan Carlos Monedero en el Gabinete Literario. Sería un error no tenerlos en cuenta seriamente a partir de ahora, aunque algunos analistas nacionales otorguen de momento mucho recorrido a la formación por su amalgama y por las cualidades de su líder, el único cuya imagen forma parte de su isotipo.
La Policía no sabe/no contesta
Luego dicen que la prensa no informa con rigor. Los portavoces del Cuerpo Nacional de Policía en Santa Cruz de Tenerife se negaron sistemáticamente este fin de semana a proporcionar datos que pudieran completar el patético cuadro montado por dos ultras que irrumpieron el viernes por la noche en el mitin de cierre de campaña de Izquierda Unida Canaria (IUC) en la capital tinerfeña. “Este fin de semana sólo hablamos de las elecciones”, contestaron a un redactor de Canarias Ahora cuando, cumpliendo con su cometido, pidió información oficial sobre los dos arrestados. Eso nos obligó a quedarnos tan solo con la versión de los agredidos, que contemplaron indignados cómo la Policía tardó media hora en personarse en el lugar de los hechos, lo que permitió a los agresores intentar en tres ocasiones reventar el mitin al grito de “comunistas jediondos”. La carencia de información nos impidió confirmar los rumores acerca de la existencia de un machete entre los utensilios esgrimidos por el ex guardia civil y su hijo, o si, en realidad, para completar el grotesco panorama, uno blandía un martillo y el otro una hoz. En la Delegación del Gobierno, donde tampoco nadie quería hablar de otra cosa que no fueran las elecciones, nos remitían a la Policía, siempre con igual frustrante resultado. Aunque pueda parecer tendencioso, debemos preguntarnos qué hubiera ocurrido si en vez de ser IUC el partido destinatario de las agresiones, hubiera sido el PP el que sufriera un escrache o, ya puestos en los extremos, alguien (inmediatamente encuadrado en un grupo antisistema) se metiera en el mitin de cierre de su campaña a repartir hostias entre los presentes. Por cierto, ¿ya condenaron el PP y el PSOE los hechos? Porque muy sueltitos andan siempre para sacar comunicados ante cualquier chorrada, y muy parcos cuando de un atentado antidemocrático se trata.
9.600 euros en teléfono y encima se cabrea
No va a pasar nada porque las dos partes en presencia están bien aferradas al poder municipal en el Puerto de la Cruz, donde gobiernan, mediante alianza no escrita, Coalición Canaria y Partido Popular, el pacto natural del que no se cansa de presumir ese orondo alcalde que responde por Marcos Brito, el de la parte nacionalista del invento. No hace muchos días, Brito fue citado a declarar en un juzgado, junto al interventor y al secretario del Ayuntamiento, para conocer su versión acerca del elevado importe de la factura telefónica del celular de Luis Miguel Rodríguez, la otra parte del pacto, es decir, el del PP, ejemplo viviente de lo que no debe ser un concejal. Y a su ajetreado historial nos remitimos: Rodríguez está incurso en un proceso penal por malversación de fondos públicos instada por la Fiscalía por una denuncia de Izquierda Unida Canaria, tras haberse fundido más de 9.600 euros en un solo año en el móvil de uso corporativo que tiene. Es el mismo concejal que en el verano de 2012 fue detenido por saltarse un control policial y circular en dirección prohibida, y el mismo que cabreó soberanamente a los funcionarios portuenses tras haberles girado una circular en la que les prohibía textualmente que fumaran, consumieran bebidas alcohólicas y se drogaran en horas de trabajo. Pues bien, para explicar su postura, fue citado el alcalde ante el juez instructor, y se ve que su declaración no satisfizo especialmente a su primer teniente de alcalde, Sebastián Ledesma, de la parte pepera del invento, quien enterado de la deposición, bramó contra Brito cosa fina.
Un teléfono de Santa María de Guía
Dicen los conocedores del intríngulis, que lo que el alcalde contó al juez no fue precisamente una justificación de aquel notable gasto telefónico, porque ya se sabe que no es lo mismo la exaltación del socio en un mitin o en un pleno municipal que mojarse ante la Justicia en relación a un delito tan poco elegante como la malversación en los tiempos del cólera. No estamos en condiciones de asegurar que su señoría haya interrogado al alcalde acerca del contenido de las facturas del concejal parlanchín, por ejemplo si le cuestionó acerca de un futuro hermanamiento con la ciudad grancanaria de Santa María de Guía que de alguna manera pudiera justificar que aparezca un número de abonado o abonada allí localizado que se presenta muy recurrente. Ni tampoco podemos sugerir que, acto seguido, se inquietara el pedazo de alcalde ante la remota posibilidad de que también pudiera o pudiese haber facturas de fast-ferry de ida y vuelta Santa Cruz-Agaete. Pendientes de las resoluciones judiciales, en la trama política nos quedamos para contarles lo que sí tenemos confirmado: que la bronca que protagonizaron Brito y Ledesma fue de alto octanaje y que trascendió las paredes del despacho de la Alcaldía. Lo que confirma que a) las relaciones entre los máximos representantes del pacto entre CC y el PP están muy deterioradas, casi al borde de las tortas, y que b) ambos pretenden volver a encabezar sus respectivas candidaturas en las muy próximas elecciones de 2015. Va a ser una pre-campaña muy acalorada.
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