Enfocar los senos y las nalgas de las trabajadoras y usuarias del aeropuerto de Gran Canaria con las cámaras de seguridad ya tiene precio: 90.101,21 euros. Ese es el importe de la multa que ha recaído sobre la empresa Segur Ibérica tras una denuncia cursada por la Guardia Civil, que detectó que uno de los empleados de la compañía hacía un uso indebido del zoom de las cámaras instaladas en el recinto aeroportuario. La Agencia de Protección de Datos ha sido absolutamente inflexible, y tras analizar una grabación de más de dos horas de duración ha decidido imponer esa sanción a la compañía, que decretó el despido fulminante del empleado dedicado a perseguir esas partes de las anatomías femeninas que caían en el radio de acción de las cámaras instaladas por motivos de seguridad en el aeropuerto. La sanción viene a confirmar el tamaño de la psicosis terrorista que nos invade y los desvelos de los que se ocupan de la seguridad por protegernos de esas amenazas. De carne y hueso, pero amenazas.