Cuando Disney conoció a Dalí
El Teatro-Museo Dalí de Figueres (Girona) acoge hasta el 8 de mayo de 2011 en la Sala de dibujos la exposición Dalí + Disney = Destino.
En la muestra se proyectará permanentemente el corto Destino y se expondrán 27 piezas: un óleo, una acuarela, 15 dibujos preparatorios -diez de ellos inéditos-, y nueve fotografías de Dalí en el proceso de creación de este material, del matrimonio Disney en Portlligat (Girona) en 1957 y de los Dalí en Burbank (California).
Este cortometraje de siete minutos, que fue nominado a los Oscar, es el resultado de la colaboración entre los Estudios Disney y Salvador Dalí, según ha informado la Fundación Gala-Salvador Dalí.
La colaboración entre ambos se materializa en un contrato de trabajo que se firma el 14 de enero de 1946 y que tiene una duración de dos meses. Durante este tiempo, Dalí trabaja de manera oficial para los Estudios Disney creando los dibujos para Destino. En este proceso también intervienen John Hench y Bob Cormack, con quién Dalí idea y elabora las imágenes que han de ilustrar la historia de amor narrada en el film.
La fuente de inspiración para el proyecto es la canción mejicana Destino, de Armando Domínguez. Su letra da cuerpo al argumento de la película y acompaña las imágenes en todo momento. A través del dibujo animado, el film quiere explicar y remarcar la importancia del tiempo mientras se espera que el destino actúe en nuestras vidas.
La combinación entre las dobles imágenes, las transformaciones de objetos y las constantes referencias a obras que caracterizan la película ilustran un mundo de sueños dónde los dibujos llenos de personalidad de Disney se mezclan con el imaginario surrealista de Dalí.
Laberinto del tiempo
El mismo Dalí explicaba que con Destino trataba de reflejar una “mágica exposición de los problemas de la vida en el laberinto del tiempo”, e incluso describía, explícitamente, alguna secuencia: “la sombra de la campana se confunde con la silueta de la chica y las dos se ponen a bailar. La cabeza de Cronos esculpida sobre una pirámide se libera de la piedra y empieza también a bailar, intentando ahuyentar una lluvia de monstruos que caen del cielo. Cronos aparta los monstruos de su cuerpo y cada vez que se quita uno de encima se le hace un agujero”.
En 1946, Destino no se acabó, sino que solamente se rodó una secuencia experimental de 15 segundos, de lo que se deduce que el conflicto de la Segunda Guerra Mundial y la falta de presupuesto del momento no ayudaron a seguir con el proyecto.
Fue en 2003, cuando gracias a los esfuerzos de un sobrino del fundador, Roy Disney, se decide retomar el proyecto y se procede a recuperar los bocetos y las primeras ideas en que se basaba el cortometraje.