Cuando ‘Lucy’ encontró a Scarlett

Fotograma de la película 'Lucy'.

Gara Santana

Las Palmas de Gran Canaria —

Lucy es una de esas películas que cuando una termina de verla una se siente más inteligente, creyendo que puede mover caramelos del Candy Crash con los ojos o modificar las conductas de los demás a su antojo. Luego tras el tradicional golpe contra la esquina de la mesa de noche vuelves a darte cuenta que tan sólo sigues usando el 10% de la capacidad neuronal (y eso en el mejor de los casos). La película parte de la siguiente pregunta: ¿Qué pasaría si usáramos el 100% de nuestro cerebro? Primero, que no haríamos una película como Lucy sino otra mejor y segundo, que ya sabríamos que realmente los seres humanos sí que usamos el 100% de nuestro cerebro, el problema está en que no todos conocemos cómo.

No solo pensar es lo importante

La película parte de una premisa falsa difundida hace unos años donde se atribuía a Albert Einstein la conclusión de que el ser humano sólo usa el 10% de su cerebro y supuestamente Einstein se preguntaba qué pasaría si el ser humano fuera capaz de usar el 100%. Albert Einstein no pudo decir esto porque él sabía que los seres humanos usamos el 100% de nuestro cerebro lo que pasa es que no todo ese porcentaje lo usamos para pensar porque entonces no podríamos hacer otras cosas necesarias para la vida como la digestión, caminar, respirar... Si una persona usara el 100% de su cerebro para pensar moriría por no poder realizar otras actividades necesarias para la vida.

‘Lucy in the sky with diamonds’

Si aceptamos que el argumento parte de una premisa falsa y aceptamos también que en ciencia ficción todo vale podremos sentarnos a ver una película amena con más peros que halagos pero que plantea ideas interesantes.

Lo mejor de la cinta es el precioso guiño que hace el título a Lucy, la Australopithecus Afarensis encontrada en 1974 por Yves Coppens y Donald Johanson que vivió 3 millones de años antes del presente y debe su nombre a la canción Lucy in the sky with diamonds de los Beatles, que escuchaban en el coche sus descubridores cuando la encontraron en el este de África. Está considerada como la primera mujer anatómicamente moderna y su hallazgo abrió todo un nuevo campo de investigación sobre el momento en que comenzamos a caminar erguidos y sus consecuencias. Además significó el hallazgo del ancestro más próximo al género Homo.

Un cambio inesperado

La vida de Lucy (Scarlett Johanson) está a punto de cambiar por completo de forma inesperada al verse envuelta en una operación de tráfico de drogas donde es obligada a servir como mula. Antes de llegar a su destino el contenido de la bolsa se abre dentro de su cuerpo y Lucy en vez de morir adopta poderes sobrenaturales. Al percatarse de ello, Lucy decide ponerse en contacto con un prestigioso profesor de una universidad francesa especializado en neurociencia (Morgan Freeman) y contarle qué cosas está experimentando.

La inteligencia generará violencia

Es un mito muy extendido entre la literatura y la filmografía que trata el tema de un futuro inteligente: el hecho de estar convencidos de que si fuésemos más inteligentes, usaríamos esta habilidad para la destrucción, la venganza, la mentira... Y es en este sentido que la película deja caer su mensaje más certero: “La manifestación más violenta del ser humano, es la ignorancia”.

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