'Vidas Pequeñas'... grandes esperanzas

MADRID, 16 (EUROPA PRESS)

Este viernes llega a los cines 'Vidas Pequeñas', la nueva película del cineasta Enrique Gabriel, un drama coral protagonizado por un grupo de marginados sociales que viven en un cámping a las afueras de Madrid, aunque siempre luchando y manteniendo intacta su esperanza y su ilusión por vivir.

Cuenta con rostros más que conocidos como Alicia Borrachero, Ángela Molina, Emilio Gutiérrez Caba, Francisco Boira, Ana Fernández, Roberto Enríquez, Laura Domínguez, Pep Oliva o Txema Blasco, quienes acudieron, según ha destacado el director, como “abejitas a un panal de rica miel”.

“El guión era un panal de rica miel al que acudieron estas abejitas, porque todos los actores, sea cual sea su fama y su caché, siempre tienen flexibilidad y deseo cuando hay un papel que les atrae”, ha planteado.

Gabriel ha señalado que este proyecto “cargado de metáforas” surgió de la observación de personas reales y cercanas a su entorno, al tiempo que ha apuntado a la película 'Vidas Cruzadas' de Robert Allman como una fuente de inspiración.

Así, ha expuesto que se habla de “piezas que no encajan”, por ejemplo, un sentimiento que “todo el mundo puede tener en un momento determinado de su vida, ya que si las piezas encajaran desde un primer momento la vida no tendría movimiento”.

“Es en realidad un mensaje de esperanza de que algún día encajarás”, ha apostillado. Además, ha añadido que “en la vida todos somos ganadores y perdedores según el momento”, y se trata de “buscar el equilibrio entre extremos”. “Igual que antes todos nos veíamos ricos, por ejemplo, ahora con la crisis nos vemos pobres”, ha añadido.

UNA LUCHA DESESPERADA

Roberto Enríquez, por su parte, ha reconocido que aunque “no hay catarsis con final feliz, los personajes luchan desesperadamente por sobrevivir”, y eso, en su opinión, ya es en sí mismo un “mensaje de esperanza”.

En esta línea, ha agregado que “ahora los comedores sociales están llenos” de gente que antes era emprendedora y tenía empleos, pero igual que los personajes de la película, “la gente no deja de luchar en ningún momento, con sus circunstancias, y eso es bastante potente”.

Alicia Borrachero ha recalcado que la historia “tiene mucho de esperanza, pero es muy triste porque no hay redención ni final dulce”. “A pesar de todo ellos siguen, pues en situaciones terribles aparece el amor. Cuando tocan el dolor dan un paso hacia delante, así que la esperanza está en la posibilidad de transformación al tocar el dolor”, ha planteado.

El cineasta no ha querido afirmar que la suya sea una película valiente, pero sí ha matizado que “hacer cine de por sí es muy valiente hoy en día, puesto que no se sabe cual es el soporte y no se sabe donde está el público”.

Por último, ha afirmado que su única esperanza es “seguir reflexionando y saber reconocer y valorar los privilegios” que tiene. Aparte, claro, de hacerse millonario con su próxima película, la cual será “una comedia vulgar, mordaz y de mal gusto, con muchas caras conocidas”. Así podré después “hacer una de Chejov”, ha sentenciado en tono jocoso.

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