Coalición Canaria denuncia la doble vara de medir de los informes de Medio Ambiente sobre las prospecciones
La diputada Ana Oramas y el senador Narvay Quintero, de Coalición Canaria (CC), han presentado iniciativas parlamentarias en sus respectivas Cámaras en las que preguntan al Ministerio de Medio Ambiente por qué preserva en Baleares aquellas especies marinas que, sin embargo, desprotege en Canarias.
Los parlamentarios nacionalistas se refieren al informe de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar, del Ministerio de Medio Ambiente, en el que desaconseja llevar a cabo las prospecciones en aguas de Baleares “por poner en peligro especies protegidas como cachalotes, delfines y tortugas marinas”.
Oramas y Quintero denuncian la doble vara de medir que utilizan los técnicos de Medio Ambiente en sus informes, en los que abogan por la protección en Baleares y la desprotección en Canarias.
El Ministerio de Medio Ambiente señala en su análisis sobre los efectos en Baleares que “el mar de dichas Islas es un punto caliente de biodiversidad marina” y advierte que “el ruido submarino resultante de las prospecciones sísmicas supone una amenaza potencial para muchas especies. Para los cetáceos se trata de una de las principales amenazas: alteraciones del comportamiento, interrupción de la alimentación, varamientos y, en casos extremos, la muerte”.
Oramas y Quintero recuerdan al Gobierno del Estado que “28 de las 87 tipos de cetáceos que existen en el mundo se encuentran en uno de los espacios más ricos para esta especie del planeta: el estrecho que separa las islas de Lanzarote y Fuerteventura del continente africano. Se trata, según la Sociedad para el Estudio de Cetáceos (SECAC), de ”un hábitat singular por la profundidad de sus aguas y las especiales condiciones oceanográficas“.
“Un hábitat de extrema sensibilidad”, añaden, en el que ya trabaja uno de los intrusos más letales para las especies marinas. Junto a las maniobras militares, que también se desarrollan con frecuencia en Fuerteventura, las prospecciones petrolíferas constituyen una de las acciones guiadas por la mano del hombre más peligrosas para la fauna“.
En el caso de los cetáceos, “la contaminación acústica provocada por las prospecciones puede enmascarar los sonidos que emplean para comunicarse, alimentarse u orientarse”.
La SECAC advierte que “la exposición a sonidos de suficiente intensidad, como el que generan las prospecciones, provoca la reducción de la sensibilidad acústica temporal o permanente, el desgaste de las células auditivas y afecciones anatómicas; genera estrés y altera sus canales de comunicación”.
Por otra parte, hasta 25 áreas marinas protegidas podrían verse afectadas por las actividades petrolíferas. SEO/SIRDLIFE detalla en otro informe el impacto que tendría sobre las aves. Concretamente, apunta a dos Áreas Importantes para la Conservación de Aves (IBA) que podrían verse seriamente afectadas: “Los islotes de Lanzarote”, que alberga la mayor población reproductora del territorio nacional de pardela cenicienta, las únicas colonias de paíño pechialbo, y por otro lado, el Estrecho de la Bocaina, por donde pasan varias veces al año los ejemplares reproductores de pardela cenicienta de las islas Salvajes -la mayor colonia del Atlántico- durante sus viajes de alimentación hacia la plataforma costera del noroeste de África“.