Izquierda Unida Canaria pide al Gobierno que exija responsabilidades a Marruecos por la muerte del activista Brahim Saika
Izquierda Unida Canaria ha condenado el asesinato del sindicalista y preso político saharaui, Brahim Saika, que falleció este viernes en un hospital de Agadir, “tras ser brutalmente torturado por la policía marroquí” y ha pedido al Gobierno de España que exija a sus homólogos del Gobierno de Rabat la realización de una autopsia que determine las causas de la muerte y, asimismo, el desarrollo de una investigación que permita “juzgar y condenar a los responsables de esta nueva atrocidad”.
La formación considera inaceptable “la connivencia reiterada de las autoridades españolas con la ocupación marroquí del Sáhara, que se materializa en la inacción y el silencio ante las repetidas violaciones de los derechos humanos”. Así, explican que esta situación debe revertirse “de inmediato”.
IUC recuerda que el derecho internacional obliga a España a cumplir sus compromisos internacionales con la descolonización del Sáhara y a velar por el respeto a los derechos humanos en la ex colonia española.
Según cuenta la Delegación Saharaui para España, Saika falleció en la costera ciudad marroquí después de estar en coma “después de ser detenido de forma arbitraria y torturado en la misma comisaría de Gulemin”.
El activista era licenciado universitario con máster en sociología y fue uno de los dirigentes de la Coordinadora de desempleados saharauis. Fue detenido el pasado 1 de abril al salir de su vivienda en la ciudad de Gulemin, según narran desde la Delegación Saharaui “en el momento que intentaba llevar a cabo una protesta pacífica para llamar la atención sobre la situación de los desempleados saharauis”.
“De inmediato fue llevado a la comisaría en donde le torturaron durante horas. Brahim decidió entonces comenzar una huelga de hambre para protestar también por el maltrato al que estaba siendo sometido y que es la forma común en la que son tratados los presos políticos saharauis”, recuerdan y añade que unos días más tarde, el 6 de abril, su estado de salud se había deteriorado mucho y fue ingresado ya grave en el hospital de Gulemin, para luego ser trasladado al hospital provincial de Agadir, donde ha permanecido “en un estado de extrema gravedad, sin que haya sido tratado ni atendido para salvar su vida, hasta que ha muerto”.