Sobre este blog

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona y Master en Periodismo y Comunicación por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Fue Jefe de la Sección Política del periódico Canarias 7, Jefe y analista de la Sección de Economía del periódico La Provincia, Jefe de las secciones Nacional, Internacional, Edición y Cierre de La Opinión de Murcia,  Corresponsal y analista económico en Canarias del periódico La Gaceta de los Negocios, Director del diario La Tribuna de Marbella, Jefe del Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Director del diario La Gaceta de Las Palmas, Cofundador y director del peridico digital CanariasAhora.com. Director del Canal Canarias de la productora Media Report y Director de la Televisión Canaria Internacional. Como escritor, ha publicado cinco libros.

¡Que 'me se' quitan a Franco! Sainete grave

Adolf Hitler junto a Francisco Franco en Hendaya

Jorge Batista Prats

“Todo aquel que no viva por encima de sus posibilidades sufre de falta de imaginación

Oscar Wilde

El día comenzó como si el general Herbert Norman Stormin Norman Schwarzkopf hubiera dado desde el más allá la orden para que amaneciera. Escuché un ENI (Estruendo No Identificado) cuando todavía estaba en la cama. De modo que me incorporé de inmediato. Sé que estamos en zona vulcanológica y, además, muy cerca de un área de actividad sísmica de baja a media intensidad que ocupa el norte de África y desciende por el Sahara Occidental, su Tropic, telurios, polonios y ferromanganesos. Aún dentro de ese fugaz atontamiento, ese tardolerdismo, ese papanatismo reaccionario, que separan el sueño de la vigilia, pensé de inmediato en el Teide. ¿Habrá entrado en erupción en protesta por la Ley del Suelo? ¿Tal vez se han sublevado los cráteres de La Isleta apoyando la reivindicación de que desaparezcan las milicias para acoger senderos utilizables por la sociedad civil? Lo que me pareció evidente es que no se trataba de un terremoto. Las tubular bells no habían emitido sonido alguno y la estampa de Santa Rita de Casia, patrona del imposible, continuaba vertical en la mesa de noche. Oh poderosa Santa Rita, llamada Abogada de los Casos Desesperados, socorredora en la última esperanza, refugio y salvación en el dolor, que conduce al abismo del delito y de la desesperación: con toda la confianza en tu celestial poder, recurro a ti en el caso difícil e imprevisto que oprime dolorosamente mi corazón. ¿Qué estaba pasando? Corrí hacia el despacho y encendí el ordenador. Que no había manera. Abría los navegadores para buscar periódicos digitales que me pudieran informar, pero sólo aparecía un tal Vidal – Manolo, no – haciendo guarreridas. ¿Un hacker salido y salido de madre? No. El asunto parecía mucho más grave. ¿Habrá estallado la III Guerra Mundial, cogiéndome con un pijama de Tom Ford ajeno a los misiles balísticos? No había otra: cafeína de entrada, sí y a esperar acontecimientos. Asomado a la cristalera advertí una tranquilidad total. La Policía Local ponía multas, los vigilantes de la zona azul – nada se sabía del bando republicano – también multaban, dos indigentes diseccionaban varios contenedores de basura, el camión del Agua de Firgas se liberaba de cajas de botellas con gas y con menos gas y algunos ciudadanos ejercían la profesión de transeúntes. Normal. Ya saldrá el sol por Antequera. Luego, me enteré que a esa hora los yogures Danone estaban ardiendo como respuesta, se presumía, a que Maduro hubiera hablado con las vacas. La globalización tiene esas cosas. Que todo se sabe. Ha desaparecido la intimidad en favor del chisme indocumentado.

De repente, cuando leía tranquilo la reciente biografía de Juan Rulfo – Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo – escrita por la argentina Reina Roffé; de sopetón, la pantalla del ordenador se llenó de esa lluvia ácida similar a la que caía de vez en cuando sobre los televisores del siglo pasado. Y se hizo a continuación la imagen, el plató y el set (lo ganó Nadal). Así pude conocer lo que había sucedido. Lo presentía. Las guerras, lejos de desaparecer, se sofistican con el avance de la tecnología. Como unos amortiguadores que compré en lejana ocasión para la moto. El mecánico insistía una y otra vez: “Llévate éstos. Hazme caso, tío. Los usan en competición y son muy sotisficados”. Que el gran estruendo escuchado ni era volcánico ni sísmico, sino un ciberataque utilizando un bichejo tipo WannaCry evolucionado (algo parecido a un Pittbull o un American Stanford criados con fórmulas binarias en vez de pienso seco). Al parecer, el virus ataca a sistemas con Windows, infecta y cifra. Así que leo: “El programa Wanna Decryptor es conocido entre los expertos informáticos como un ransomware, una clase de virus informático que puede ocultarse tras enlaces de correo electrónico de apariencia inofensiva. Ese software codifica los ficheros del ordenador y amenaza con borrarlos si no se paga en pocos días una cantidad en bitcoins, una moneda electrónica”. Y dicen que llegarán nuevas oleadas como las golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar. Que vamos a escuchar hablar más del ransomware que de los vintage Lolita Pluma o Pepe Cañadulce. Y de paso que nos infectan tecnológicamente, lo hacen también lingüísticamente. Pronto la mayoría de la población hablará spanglish … ¿Oíste bro…?

Farsa al otro lado del tabique

Paso a la cocina. ¡Horror! Se han terminado las cápsulas de Intensso. Me ha pasado lo mismo que a Neil el lunático, porque el tiempo no transcurre en vano ni en vena. No obstante, hice de inmediato – 49 años después – la extrapolación que me convenía. La imaginación al poder. Cogí un calcetín de hilo de Escocia, vertí en su interior unas cuantas cucharadas de Tirma tueste natural y sumergí al buzo en agua hirviendo, o mejor, petillante mais pas bouillante. Un poco de leche y listo. En esas estaba junto a las galletas de avena, cuando llegan ecos de una conversación al otro lado del tabique. Juro por todos los dioses que en los cielos han sido y ejercido, incluído el Dios Pan de Molde, que no había tomado alucinógenos, pero mi pared sin cámara de aislamiento no era frontera con otra vivienda sino con el Valle de los Caídos, botados, derrengados o acoquinados. ¿Tuvo influencia en ello el ciberataque? La verdad, no lo sé. Lo que sí afirmo es que pegué la oreja al gotelé para escuchar qué diablos se decía al otro lado.

- ¡Coño Don Franco, lo veo muy nervioso …! ¿Qué le ocurre?

- Que me quieren sacar de aquí, de mi Valle de los Caídos, después de 42 años de plena tranquilidad al lado de la cruz más grande del mundo cristiano

- ¿Por cojones?

- No, por los cojones, no, que ya los tengo resecos. Quieren sacarme por la osamenta como si fuera el jumento de Sancho Panza …

- ¡Carajos! ¿Y por qué?

- ¡Yo qué sé! … a los rojos, esos que han vuelto con coleta y hasta extensiones rastas, les ha entrado una paranoia tal que, después de cambiarme los nombres de las calles que puse a mi gente, ahora dicen que soy el único fascista asesino que sigue siendo motivo de adoración … ya no recuerdan que yo convocaba en la Plaza de Oriente a más gente que los Rolling y Bruce Springteen juntos. Qué culpa tengo de que a Hitler y a Mussolini no les hagan ni puto caso. Ya le advertí al Führer en Hendaya que como no se lo montara bien lo iba a pagar caro. Se lo dije claramente: No te pases gaseando, utiliza la orografía Adolf; sé inteligente, usa pozos, paredones, cunetas, fosas, barrancos … utiliza el paisaje joder, ¿o no sabes lo que es el ecologismo? No me hizo ningún caso y, encima, abrió un frente con Rusia … pero tampoco podía darle el coñazo continuamente después del favor que me dispensó en Guernica.

- En fin, así acabó el pobre, suicidándose. Yo me mantuve y eso que me mandaron a Carrero a la azotea. Lo que te digo, me mantuve firme hasta que me entubaron como a una red de saneamiento y caí tieso después de pasarlas canutas en una agonía que conoce todo el mundo. Menos mal que dejé al Campechano a cargo de las tomateras, aunque me salió rana y se dedicó al adulterio entre las sábanas y a matar a todo bicho que encontraba por la sabana. Lo que te he comentado siempre: ¿No dicen los franceses cherchez la femmme? Pues eso. Aquí, en las reuniones que tenemos los viernes – ya sabes que también hay rojos – uno hizo un intento de referirse a los cuernos de Sofía, pero yo le corté el rollo de inmediato. ¡Respeto y respeto! Yo jamás dije ni diré nada de Carmen.

- ¿Qué Carmen, excelencia?

- ¿Cuál crees tú …? Pues la del Polo, leches.

- Ah sí, ya he visto las camisetas. Polo Ralph Lauren. Con el caballito … el de Espartero supongo, generalísimo.

Menudo cretino … No sé ni por qué te dirijo la palabra. Menos mal que siento debilidad por Canarias … porque tú eres de Seguridad Integral Canaria, ¿No?

Sí. Nos dieron la concesión para guardar estas instalaciones.

- ¿Conoces el Hotel Madrid?

- Claro, Caudillo.

- Pues allí dormí yo una noche, antes de que se montara el lío. Aquí, la verdad, y entre nosotros, hay unas humedades de espanto, pero no sé qué demonios quieren … que manden unos fontaneros, o unos paletas como dicen en Cataluña. Somos más de 30.000 y nadie ha pronunciado palabra ni queja en 42 años. En cambio, ahí afuera, no paran con ese rollo de la memoria histórica … por cierto, ¿sabes tú qué es eso de las pruebas de ADN?

Creo que es una cosa que llaman desoxirribonucleico para que nadie se entere de lo que significa. El que sabía muchísimo de ese asunto era Dalí. El pintor que tenía los huevos en Port Lligat, que luego copiaron en una casa que está en Agaete y que fue de Ildefonso Ramírez. Muy cerca de donde a Dios le truncaron un dedo por la tercera falange. Justo por la IPD.

- Pues vaya casualidad, porque José Antonio está aquí cerca. Ahí enfrente. A él también le fastidiaron la Falange. El próximo 20 de noviembre se cumplirán 81 años de su fusilamiento en la cárcel de Alicante, a los 33. Una pena.

- Mi generalísimo: esa fue una historia un poco turbia, ¿no?

- Turbia es la cerveza Franziskaner, que debe significar Franco en alemán. Allí lo que pasó es que los anarquistas y comunistas lo llenaron de agujeros. Y después, algunos han querido endosarme el muerto a mi. Encima, antes de venir aquí se pasó sus buenos años contemplando tapices en El Escorial. Como Felipe II, que, por cierto, al final de su vida le prohibieron comulgar porque se atragantaba con las hostias consagradas.

- ¿Ah, sí?

- Lee un poco de Historia, alma de Dios y cántaro. Cuando acabamos la cruzada contra el rojerío, el cuerpo de José Antonio lo llevaron a hombros desde Alicante hasta El Escorial. Exactamente en 1939 y allí permaneció hasta 1959, que veinte años no es nada. Luego se vino para acá, a los pies del altar mayor de nuestra basílica del Valle de los Caídos, que acababa de terminarse. Bajo la sierra del Guadarrama, nada menos. Fue en 1975 cuando me vine yo a vivir aquí frente por frente. Para que luego digan que no nos tragábamos.

- En Alicante también, si no me equivoco mi general, le dieron pasaporte al poeta Miguel Hernández.

- Eso fue otra cosa. Oyes campanas pero no sabes dónde suenan. Ese era un analfabeto. Un activista, como dicen ahora. A cualquier cosa le llaman poesía y a cualquier llorón, poeta. A Miguel Hernández, quién, según me han contado, era un gran amante de la cebolla, con el mal aliento que da, no lo fusiló nadie. Se murió él solito. Lo trincó Salazar y se lo entregó a la Guardia Civil. Yo fui precisamente quién le conmutó la pena de muerte por la cadena perpetua para ver si se regeneraba, pero a los 31 años estaba ya hecho un guiñapo. Tenía bronquitis, tifus y tuberculosis. Murió en la enfermería de la prisión y por ahí dicen que no lograron cerrarle los párpados. No sé si será verdad o es otra argucia de la propaganda comunista.

- Caudillo: ¿Usted cree que lo sacarán de aquí?

- Esa recomendación del Parlamento al Gobierno para que proceda a mi exhumación de mi mismo no es de obligado cumplimiento por el Ejecutivo. Tranquilo muchacho, esta democracia está atada. Puedes pedir la hipoteca de la que me habías hablado. Tu puesto no corre peligro. De momento no hay problema. Para empezar, te diré que aquí en este glorioso monumento, al que se han atrevido a llamar fosa común, vivimos 33.833 personas y sólo hay identificadas 21.423. De modo que, primero tendrán que aplicar ese invento de Dalí a 12.410. Si Rajoy se mantiene, ya sabrá cómo darle largas al asunto, igual que Suárez y Felipe González. Además, los rojillos esos esconden que hace falta la aprobación de la Iglesia. El Derecho Canónico no permite al poder estatal violar la basílica. Eso sí, que nos quiten las humedades, que tenemos hongos hasta en las pestañas. Aquí hace falta inversión pública. Si tuviera a mano a Fraga o a López Rodó se iban a enterar …

- Y qué me dice de las pretensiones de los catalanes y vascos. Quieren darse el bote …

- Ya lo expuse claramente hace mucho tiempo y no me gusta repetir las cosas. España, una Grande y Libre. Y punto. Al que no esté de acuerdo, que lo fusilen.

Bueno, excelencia, voy a seguir con la batida …

- Ten cuidado, que el invierno pasado se abrió una brecha allí en el suelo y todo el mundo se tropieza. Y no te olvides de cantar Soy el novio de la muerte antes de pasar a verme mañana. O el Cara al Sol, que eso da mucho ánimo y energía. Supongo que cuando joven formaste parte de la OJE y estudiaste Formación del Espíritu Nacional … si no, vas listo…

De 'El Vaquilla' a 'Niño Sáez'

Aprovechando que la Unión Europea ha concedido la bandera azul a mi bañera, decidí tomar un baño relajante. Pero me llevé el I Pad sumergible para echarle un vistazo a la prensa. No lo tenía previsto, pero entre la espuma del presente me encontré con una parte del pasado. La picaresca, los bandoleros y los bobos son consustanciales a este país desde hace tanto tiempo que ya no me acuerdo. Por ello, vuelven a estar en la cresta de la ola el tocomocho y el timo de la estampita y pronto la Historia acogerá a muchos – no los nombro por ser de todos conocidos – para seguir la estela de los grandes ladrones, aunque con el agravante de cobardía e hipocresía. El Tragabuches, El Tempranillo, Pasos Largos, El Vivillo, Luis Candela. El Pernales, El Barbudo … ¡Qué tiempos aquellos de pólvora, mujeres, vino y guitarras!

Han matado a Niño Sáez y pareciera que esa muerte tuviera tintes lorquianos: “El conocido y peligroso alunicero y butronero Francisco Javier Martín Sáez, conocido como Niño Sáez, de 36 años, ha sido asesinado esta mañana a quemarropa en la calle Laín Calvo del barrio La Latina de Madrid, donde a plena luz del día, sobre las 11.30 horas, ha recibido tres tiros, uno en el cuello y dos en el hemitórax izquierdo, según fuentes policiales. Pese a recibir tres disparos, el Niño Sáez llegó a andar varios metros hasta llegar a la calle Juan Tornero, perpendicular a Laín Calvo, donde se desplomó a la altura del número 24. Una llamada a Emergencias 112 alertó de que una persona perdía mucha sangre y estaba agonizando”. ¡Que no quiero verla! Dile a la luna que venga, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena. ¡Que no quiero verla! Más cornás da el hambre. Y la vida.

Para ir del hoy al ayer basta con girar el cuello. Bajaba yo Las Ramblas de Barcelona y El Vaquilla subía la calle Muntaner en dirección contraria seguido por policías y guardias civiles. A tiro limpio. Al igual que Niño Sáez, era un magnífico piloto de automóviles. Desde los 9 años robaba coches que conducía como Fangio casi sin llegar a los pedales. Varias veces burló a las fuerzas de seguridad por las sinuosas costas de Garraf para después refugiarse en el barrio de La Mina donde, decían, la policía no se atrevía a entrar. Como los taxistas de Las Palmas de Gran Canaria en El Polvorín que fue.

Por esas cosas de la vida y ese palpitar que tiene tu mirar, estuve muy cerca del celuloide en los años de Universidad. No sólo era alumno de Romá Gubern y amigo de los dueños de un autocine a la americana ya desaparecido sino que compartía piso los fines de semana con un canario que trabajaba como ayudante de dirección o de producción – no recuerdo bien – del director español José Antonio de la Loma, quién estaba comenzando a rodar la película Perros Callejeros. Como quiera que El Vaquilla no podía protagonizar su propia historia, De la Loma conectó con Ángel Fernández Franco, amigo del anterior, a quién puso como apodo El Torete, para que encarnara el personaje central del filme. Una tarde estaba yo en el piso de la calle Amigó, en el barrio de Gracia, muy cerca de la Plaza de Calvo Sotelo, cuando recibí una llamada: “Jordi, esta noche se viene a quedar a casa un personaje muy especial. Ya te contaré”. Efectivamente, estimo que serían alrededor de las 21.00 horas cuando mi amigo apareció con un chico que llevaba un cinturón cuya hebilla era la cabeza de un león. Se trataba de El Torete y tenía que quedarse con nosotros, ya que la Policía lo estaba buscando y si era detenido se frustraba el plan de rodaje. Puesto que yo sólo usaba la casa de viernes a domingo, dormía en un sofá cama nido en el salón. Así que sacamos el somier de abajo, pusimos el colchón y allí se acostó Ángel, con un Colt Magnum deslumbrante debajo de la almohada. Fue muy educado y, antes de apagar la luz – una cama al lado de la otra – hablamos unas horas de su vida y los fuertes encontronazos con la ley. Me dijo que en una ocasión, en una persecución policial con tiroteo incluido, murió un amigo suyo. No parecía que tuviera miedo a nada. El Vaquilla falleció de cirrosis en 2003 a los 42 años de edad. El Torete, de sida en 1991, con 31. Ambos se inyectaban heroína. El primero está enterrado en Girona junto a su familia. El segundo, en un nicho del cementerio de Montjuic, en Barcelona. Lou Reed no vivía en España y no pudo componer una canción, aunque sí conocía lo que es caminar por el lado salvaje de la vida.

La muerte viaja en bicicleta

Fue tras una noche de fiesta. Ella conducía el coche del yayo, un Ford Mondeo gris, no muy pendiente del tráfico mientras por las venas, de los pies a la cabeza, circulaba el alcohol y la cocaína. 8.38 de la mañana en el kilómetro 206 de la N-332. Seis ciclistas circulan también. Sin saber que la Parca estaba en acechanza. Mavi, de 28 años de edad, conocida por la Policía por haber sido detenida varias veces conduciendo ebria, invade un carril que no es suyo sino de ellos. Y desplaza a tres al otro mundo. Jaime Escortell fue el único que resultó herido leve del atropello: “Habíamos salido los seis a la carretera como hacemos muchos domingos e íbamos tranquilos por una gran recta. De repente, un coche que iba a unos 90 kilómetros por hora nos ha arrollado. (…) Vi el coche cuando estaba a dos metros de mí y me dio el tiempo justo para echarme a un lado. El vehículo me habrá pasado a 30 centímetros”, ha contado Jaime. “El coche siguió por el guardarrail durante cien metros. Fue un impacto brutal”. Mavi sólo permaneció allí en cuerpo, que no en mente: “Levantaba la cabeza y la bajaba. Estaba ida. No respondía”. Según cuentan, cuando compareció ante el juez en Gandía, submarinistas de la Guardia Civil buscaban en el canal de Barranquet un antebrazo sin cobijo ni conexión con este planeta. Las historias son hermanas de la música. Y hacía tiempo que no me acordaba de Ian Dury.

Epílogo

Para la libertad sangro, lucho, pervivo. Para la libertad, mis ojos y mis manos, como un árbol carnal, generoso y cautivo, doy a los cirujanos. Para la libertad siento más corazones que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas, y entro en los hospitales, y entro en los algodones como en las azucenas (…) Retoñarán aladas de savia sin otoño, reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida. Porque soy como el árbol talado, que retoño: porque aún tengo la vida.

Miguel Hernández

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Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona y Master en Periodismo y Comunicación por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Fue Jefe de la Sección Política del periódico Canarias 7, Jefe y analista de la Sección de Economía del periódico La Provincia, Jefe de las secciones Nacional, Internacional, Edición y Cierre de La Opinión de Murcia,  Corresponsal y analista económico en Canarias del periódico La Gaceta de los Negocios, Director del diario La Tribuna de Marbella, Jefe del Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Director del diario La Gaceta de Las Palmas, Cofundador y director del peridico digital CanariasAhora.com. Director del Canal Canarias de la productora Media Report y Director de la Televisión Canaria Internacional. Como escritor, ha publicado cinco libros.

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