Magia, rito y tradición en la noche de San Juan
Llegó la noche más mágica del año. En la víspera de San Juan, las hogueras se adueñan de playas, laderas y rincones para servir de purificador tras el solsticio de verano y de llamada a la luna. Una tradición de origen pagano cuyo origen es ancestral. En el caso de La Gomera, los municipios de San Sebastián y Vallehermoso son los que cuentan con un mayor arraigo a la hora de recopilar esos materiales en forma de piras que arderán esta noche.
En la capital, más allá de pequeñas hogueras en los diferentes barrios del municipio, está todo preparado en la playa de la Cueva, donde año tras año se reúnen centenares de personas en este privilegiado entorno para disfrutar del fuego y la música. En esta ocasión, será un tributo a Bob Marley el que acompañe a los vecinos y visitantes durante el prendido de la hoguera y sus aledañas.
En el caso de Vallehermoso, será en ambos cauces del barranco donde se sitúen las hogueras que acompañarán a la procesión del Patrón de la localidad. Una noche especialmente significativa para este pueblo, donde jóvenes y mayores se afanan durante semanas para preparar estas hogueras que competirán entre sí en una de las tradiciones más significativas de La Gomera. Pero también otros municipios como Valle Gran Rey o Alajeró vivirán una noche de magia y rito.
Su origen está ligado a la celebración del solsticio de verano, el 21 de junio, donde se prendía una hoguera y de ahí salían rituales y peticiones para todo el año. Se buscaba “dar más fuerza al sol”, que hasta el invierno va perdiendo cada vez más fuerza. En algunos puntos como España y Portugal, se ha hecho confluir esta fecha con la llegada de San Juan, uniendo así ritual pagano con festividad cristiana.
En el caso canario, según apunta Luis León Barreto, para los cronistas, la recogida de las cosechas o Beñesmén aborigen sería algo más tardío que San Juan. Según Mármol Carvajal, en 1573, “los antiguos africanos de Berbería fueron todos ydólatras y adorauan el sol y el fuego”. En opinión de Hermógenes Afonso de la Cruz, las hogueras que los guanches practicaban a finales de junio en honor al sol, fueron cristianizadas tras la conquista. Según el historiador Marín y Cubas, “entre el 21 y el 22 de junio, los primitivos canarios hacían fogaleras y llamaban a los magos, que eran los espíritus de sus antepasados.” Para Pedro Gómez Escudero, citado a su vez por Francisco Morales Padrón, los canarios “llamaban a los magos, que eran los espíritus de sus antepasados, que andaban por los mares y venían allí a darles aviso cuando los llamaban, y veíanlos en forma de nubecitas”.