Los socios acuerdan no disolver Ecopalma

M.m. / M.m.

Los socios de Ecopalma (Asociación de Productores y Consumidores Biológicos de La Palma), referente en la Isla en agricultura ecológica, en la asamblea extraordinaria celebrada este martes para intentar evitar la desaparición de la misma por un “descuido burocrático”, acordaron por amplia mayoría no disolver la entidad. En esta reunión, su presidente, Alejandro Hernández, presentó la dimisión por motivos “personales”, aunque, según precisó a LA PALMA AHORA, la renuncia, que ha de ser aceptada en una próxima asamblea, se debe a que, en estos momentos, a consecuencia del citado problema administrativo, “a la Asociación le falta una cuña y más implicación para sacar adelante los objetivos” propuestos. Hernández dijo que seguirá como socio.

En la asamblea, explicó, se acordó “el compromiso de buscar la solución” al referido desliz formal “a través de una gestoría o con la ayuda del consejero de Agricultura del Gobierno de Canarias”. En este sentido, entiende, al decidirse no disolver la asociación y permanecer sin solventarse el “problema burocrático, se ha dejado a Ecopalma en el limbo” ya que, en la actual situación, en la que “no están diligenciados los libros de actas, socios y cuentas, no se ve que vaya a tener actividad en los próximos meses”. Considera que es un tema administrativo “sencillo de arreglar”.

Indicó que el funcionamiento de Ecopalma ha sido “algo caótico” y reiteró que, en la asamblea general comentada, sus miembros se mostraron “dispuestos a continuar” y, al efecto, se aprobó “buscar a las personas válidas que, como mínimo, tienen que ser cinco”.

La cuestión administrativa o, como la definió Hernández, 'descuido burocrático' que llevó a plantear la necesidad de reflexionar sobre la existencia de la entidad, según explicó hace unos días, se deriva de “la asamblea general extraordinaria celebrada el 15 de febrero de 2011, donde se eligió una nueva junta directiva”. Expuso que “el acta no se notificó al Registro Canario de Asociaciones, y los libros que se transmitieron no estaban debidamente diligenciados como marca la normativa, hecho que tampoco se comunicó a la nueva junta”.

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