Cuando los griegos preguntaban por el futuro al Oráculo de Delfos este solía dar respuestas como: “El rey ganará la batalla, aunque tampoco descartamos que la pierda”. Ustedes, más listos que yo, sí que han adivinado a qué viene esto pues últimamente y en torno a nuestro célebre volcán han proliferado los oráculos, por supuesto que no me refiero a los vulcanólogos, que jamás harían pronósticos sobre la finalización del volcán o el camino que va a seguir la lava, aunque alguno ha dicho que la lava iría hacia abajo por donde más fácil le fuera y hay que reconocer que pa´todo está el Oráculo de Delfos. Me refiero por supuesto a esos catastrofistas que han llegado a vaticinar la fecha del gran tsunami, el hundimiento de la isla en plan Atlántida, y luego cuando le dices que seguimos encima de las aguas te largan que bueno, que fallaron por poco, pues sí que hubo un fuerte temblor, como aquel profeta de la tele que anunció la fecha de su muerte y luego se presentó diciendo que no había muerto pero que había cogido un catarrito. También hay otros que anunciaron la fecha, ya pasada, del hundimiento y dicen ahora que el tsunami no se produjo porque ellos hicieron una meditación cósmica. Hay que ver lo que da de sí el volcán.