Martínez de Pisón, geógrafo: por su potencia, el nuevo volcán de La Palma será duradero
El catedrático emérito de Geografía de la Universidad Autónoma de Madrid, Eduardo Martínez de Pisón, ha manifestado a Efe que, por la potencia que está demostrando, el nuevo volcán de La Palma da la impresión de que será duradera su erupción.
Una erupción que comenzó el pasado 19 de septiembre y para estar cerca de ella Eduardo Martínez de Pisón ha viajado a La Palma durante tres días acompañado por la profesora de Geografía Física de la Universidad de La Laguna Carmen Romero, cuya tesis dirigió.
Eduardo Martínez de Pisón, que fue profesor en la Universidad de La Laguna y presenció la erupción del Teneguía (1971), ha recordado que no hay métodos ni conocimientos suficiente para prever cuánto tiempo durará una erupción.
Ha explicado que el nuevo volcán tiene una fuente de lava “muy copiosa”, lo que quiere decir que se está alimentado por un caudal “extraordinariamente fuerte”, y la lava además es muy fluida, cada vez es más básica.
Se puede decir que la lava ahora es juvenil, lo que ocasiona que los derrames se multipliquen porque la topografía de las coladas ha cambiado el terreno, ha añadido.
Eduardo Martínez de Pisón ha declarado que es lógico y normal que hayan salido nuevos derrames, porque han aumentado el caudal y la efusividad del aparato emisor.
Premio Nacional de Medio Ambiente 1991, Eduardo Martínez de Pisón ha reconocido que si bien da la impresión de que esta erupción no tiene un fin inmediato, se trata de una conjetura.
Ha recordado que, salvo la erupción de Lanzarote que duró de 1730 a 1736, el resto de las que se han producido en Canarias han sido breves.
Un aspecto curioso es que las erupciones históricas de La Palma han disminuido en su duración, de forma que las más antiguas han durado más, hasta llegar a la del Teneguía, y no se sabían los motivos, pero se pensaba que era porque las cámaras magmáticas eran menores.
Por ello cabía suponer que una erupción posterior en la misma fisura en La Palma durase menos tiempo que la del Teneguía, pero “no tiene el aire de ser así, y lo que ha hecho ha sido contradecir una especie de tradición de tendencia”, ha comentado.
Eduardo Martínez de Pisón ha indicado que, al principio, las coladas que emitió este volcán eran “extraordinariamente” viscosas, y con una gran cantidad de bloques que eran de un tamaño descomunal, propias de una lava envejecida que ha cristalizado en el interior de una cámara magmática.
Y luego, ha proseguido Martínez de Pisón, se ha producido un cambio en las coladas porque la alimentación es más profunda, de lavas más jóvenes, que proceden de más del interior del planeta.
También ha comentado que tras la erupción del Teneguía pensaron que la siguiente en La Palma sería marina, y “no pasábamos” de que sería al norte del volcán de San Juan (1949).
En cuanto al caudal de lava del nuevo volcán, ha señalado que ha bajado por donde tenía mayor facilidad, algo que tiene “pura lógica”, y ha agregado que puede haber pluralidad de bocas porque la fisura puede abrirse por diversos sitios.
Además, ha señalado que en todos los volcanes ocurre que la desgasificación tiende a ir por el cráter principal y colocarse arriba, mientras que la emisión de productos se va por una fisura que se abre por donde primero encuentra una salida.
En tono irónico ha subrayado que “siempre, las cosas se observan mejor a toro pasado”.
Se ha referido asimismo a que este volcán ha salido en una zona muy ocupada y por eso ha producido mucho daño, y ha dividido la isla, y ha añadido que todas las erupciones volcánicas son terribles y fascinantes, de forma que son un horror y a la vez un gran espectáculo.
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