El colapso de la retama (Spartocytisus supranubius)
No es la única afectada
por la pertinaz sequía,
el mal que se predecía
sigue su cruel escalada.
La retama es destacada
como especie estructurante,
su falta afecta bastante
a todo el ecosistema,
su muerte es un anatema
de la crisis circulante.
Jócamo, 7.X.2023
NOTA: Desde hace no menos de una década se venía anunciando: “La mortandad de la retama (Spartocytisus supranubius) en el Parque Nacional del Teide, es superior a la que recordábamos del pasado”.
Ya por entonces algunos hablaban de ser reflejo del cambio climático que se avecinaba. Los más optimistas tratamos de buscar explicación en otras razones más directamente relacionadas con la actividad antrópica: por ejemplo, debido al no aprovechamiento tradicional para leña, carbón y cama para el ganado (actividades prohibidas por la ley de Parque Nacional), era lógico que envejecieran y murieran, como todo ser vivo. La presión de los herbívoros, conejos y muflones, que se comen las plántulas, impedían la regeneración.
También se habló de la hiperexplotación del acuífero insular y el alarmante descenso del nivel freático en las cumbres.
Se pensó en posibles hongos que le estuviesen afectando; o en el déficit de agentes polinizadores; y, por supuesto, en el descenso “coyuntural” de la pluviometría en general y de las nevadas en particular.
Al margen de que todos los factores comentados contribuyen a la pérdida de vitalidad y crisis del retamar, hoy cada vez son menos los que dudan en achacar el problema al cambio climático global, que afecta sobremanera a los ecosistemas criófilos de la alta montaña subtropical y templada.
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