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Morir en La Palma discriminada por la Covid

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Me gustaría llamar la atención con relación a un hecho ocurrido el pasado 6 de febrero de 2022 en Santo Domingo de Garafía. Ese día tuvo lugar el entierro de mi santa madre, una de las más longevas del municipio. Falleció el sábado en el Hospital General de La Palma después de 15 días de una agonía triste y solitaria debido a los dichosos protocolos Covid. Recibió las mejores atenciones y cariño de su médico y de todo el personal de la planta, a quienes expreso mi agradecimiento. Sin embargo, ni yo, su único hijo, ni sus nietos, ni sus hermanas, ni sus sobrinos ni los familiares más allegados pudimos hacerle llevadera su agonía y su tristeza de verse morir sola y creerse abandonada por su familia. Pero, además, al morir todos sus objetos personales fueron desechados arbitrariamente, y su cuerpo fue enviado a un depósito de Los Llanos de Aridane y sepultado, sin la presencia de ningún familiar y sin la bendición post mortem.

 Si alguien en la vida vivió bajo la profunda fe cristiana, la católica, fue mi madre, lo certifico, pues yo soy fiel creyente gracias a ella. Para completar esta penosa situación, también se le negó el derecho a recibir una cristiana sepultura con la correspondiente bendición de un sacerdote.

Es muy triste y doloroso ver cómo se discrimina a un difunto, en este caso a mi madre, que muere de leucemia, neumonía y Covid sin la bendición de un sacerdote. Por no mencionar otros tantos fallecidos en La Palma en iguales circunstancias. ¿Tan importantes eran las obligaciones del sacerdote y tanta su autoridad como para decir quién recibe la bendición de Dios?

Da pena, me da mucha tristeza sentir que nuestra religión católica cada día se aleja más de sus fieles.

Espero que de algo sirva, espero que no le pase a ninguna persona más, y espero que se tome en consideración la gran tristeza en la que mueren nuestros ancianos y tantas otras personas que, bajo los dichosos protocolos Covid, fallecen soledad y son sepultados sin la presencia de sus familiares.

Agustín Piñero Capote

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