La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Mila Álvarez: “Estudiar antigüedades egipcias en La Habana ha sido uno de mis mejores momentos profesionales”

En la imagen, Mila Álvarez Sosa junto a un papiro del Libro de los Muertos, una de las piezas más relevantes de la colección que contiene láminas de oro. Foto: DAVID RODRÍGUEZ CAMACHO

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

La prestigiosa egiptóloga palmera milagros Álvarez Sosa y su colega italiana Irene Morfini se encuentran en La Habana, bajo el patrocinio del Gobierno de Canarias y el Cabildo de La Palma, desarrollando un proyecto de cooperación con el Museo de Bellas Artes de la capital cubana que tiene como objetivo la publicación de un catálogo sobre la colección egipcia que alberga este espacio museístico desde los años 60 y que perteneció al doctor Joaquín Gumà Herrera, más conocido como el Conde de Lagunillas.

El citado proyecto forma parte de las labores de investigación que la Misión Arqueológica Canaria-Toscana realiza en el campo de la Egiptología a lo largo del año. El catálogo sobre la colección egipcia del Conde de Lagunillas, de carácter científico, se publicará el próximo año y será presentando en La Habana y en Canarias. “Independientemente del gran atractivo que tiene el estudio y publicación de esta colección de antigüedades egipcias hasta el momento poco conocida, este proyecto toma para nosotros un cariz especial debido a las relaciones que hemos establecido los canarios con Cuba a lo largo del tiempo”, ha manifestado desde La Habana a LA PALMA AHORA la egiptóloga palmera. “Esta cooperación en un campo de tanto interés como es la Egiptología, será una buena carta de presentación para la Egiptología canaria y cubana, que van de la mano en este proyecto”, ha asegurado.

El doctor Joaquín Gumà Herrera (La Habana, 1909-1980) era “descendiente de familias de la nobleza criolla y tenía una amplia cultura; además, supo aprovechar el momento idóneo -finales de la Segunda Guerra Mundial- para iniciarse en el coleccionismo. Adquirió en el mercado de arte norteamericano las primeras piezas egipcias y griegas en casas comerciales de prestigiosos anticuarios donde los precios eran relativamente bajos debido a la poca demanda de obras a causa de la guerra. Años más tarde también viajaría a Europa con la misma intención de adquirir piezas”, cuenta Mila. “Hacia los años 50, la colección del Conde de Lagunillas gozaba ya de un prestigio que rebasaba los límites insulares y hasta continentales. El conde acabaría ofreciendo al Palacio de Bellas Artes llevar allí su colección en condición de depósito permanente. La apertura de la sala fue anunciada para el 30 de mayo de 1956 y su actividad inaugural constituyó un hecho importante en la vida cultural cubana de aquellos momentos”, expone.

Mila Álvarez Sosa, que pasa largas temporadas en campañas de investigación en Egipto, ha confesado a este digital que “estudiar antigüedades egipcias y copiar jeroglíficos en La Habana ha sido una experiencia única e irrepetible”. “Cada día, después de finalizar el trabajo, es un regalo escuchar música en las calles; nos recuperamos inmediatamente y nos olvidamos del cansancio; es un lujo trabajar así”, afirma la investigadora palmera, quien, desde que era pequeña, sentía atracción por la cultura cubana debido “a todas las historias que me contaba mi abuela de aquellos familiares que habían emigrado a Cuba; recuerdo también que mi abuelo ponía los discos de Machín y fue entonces cuando nació mi amor por la música cubana”. “Siempre desee conocer Cuba, y fue agradable descubrir, cuando me encontraba realizando mi tesis doctoral sobre el Libro de los Muertos, que en La Habana había un papiro”, apunta con emoción.

El trabajo que desarrollan las egiptólogas Mila Álvarez e Irene Morfini ha tenido varias fases. “La primera de ellas consistió en un primer contacto hace un año para conocer la colección y discutir en persona con la curadora del Museo la línea de investigación que queríamos llevar”, explica. “En este segundo viaje estamos fotografiando la colección con un fotógrafo que el Museo ha puesto a nuestra disposición; paralelamente, llevamos a cabo el estudio directo con las piezas para la copia de los jeroglíficos y la descripción precisa de cada una de ellas, y ahora falta por desarrollar la última parte: la redacción del catálogo para su impresión”, detalla.

Mila resalta que “desde mi primer contacto con el Museo encontré las puertas abiertas para esta cooperación; en estos días, tanto la directora del Museo de Bellas Artes, la doctora Ana Cristina Perera Escalona, como diferentes responsables del espacio museístico, nos han facilitado todo lo necesario para realizar nuestro trabajo sin contratiempo y hacer que lo disfrutemos mucho. La experiencia ha sido uno de los mejores momentos profesionales de mi vida”, confiesa.

En la actualidad, la colección de Joaquín Gumà Herrera “la componen unas 150 antigüedades egipcias que representan casi todos los periodos históricos de esta civilización, desde la Época Predinástica hasta piezas que nos hablan de la dominación romana de Egipto. Entre sus antigüedades egipcias el Museo cuenta con esculturas, relieves de tumbas, vasos de carácter cotidiano y funerario de diferentes periodos y un magnífico Libro de los Muertos de la Dinastía XXI, así como nueve retratos del Fayum en perfecto estado que pertenecieron a momias de época romana”, precisa.

La publicación que se está elaborando sobre esta colección en cooperación con el Museo de Bellas Artes de La Habana, forma parte de las labores de investigación que la Misión Arqueológica Canaria-Toscana realiza en el campo de la Egiptología. La directora del Museo, Ana Cristina Perera Escalona, en el momento de la firma del convenio, manifestó expresamente a la egiptóloga palmera su entusiasmo con este proyecto por la proyección internacional que tendrá la colección egipcia una vez se publique el catálogo en lengua española e inglesa.

Mila y su colega Irene están viviendo una experiencia inolvidable en La Habana, tanto desde el punto de vista profesional como personal. “Todos los días vamos a almorzar a la Casa Canaria, muy cerca del Museo de Bellas Artes, donde cocinan muy bien; es muy divertido comer en un salón con la foto de todos los presidentes de Canarias, imágenes de las islas y de la Virgen de Candelaria; aquí me he sentido como en casa”, concluye la egiptóloga palmera, una entusiasta investigadora que está proyectando a La Palma y a Canarias en foros científicos de relevancia internacional.

Etiquetas
stats