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Una espiral de 12 metros de diámetro construida con piedras lleva seis años atentando contra el Monumento Natural de los Volcanes de Teneguía

En la imagen, la espiran realizada en el Monumento Natural de los Volcanes de Teneguía.

La Palma Ahora

Fuencaliente —

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El arqueólogo Jorge Pais, jefe de la Unidad Insular de Patrimonio Histórico del Cabildo, denuncia la realización de “una espiral enorme” dentro del Monumento Natural de los Volcanes de Teneguía.

“La Montaña del Lajío, en Llano Centeno, en Fuencaliente, es un precioso cono volcánico que forma parte del Monumento Natural de los Volcanes de Teneguía. Así mismo, está enclavado en medio de una interesante zona arqueológica con asentamientos permanentes (abrigos reutilizados, cabañas etc.) y hasta un conjunto de canalillos y cazoletas)”, explica.

“Pues bien, en el fondo del cráter nos encontramos con esta aberración que, como mínimo, lleva allí seis años, aunque las fotos las he tomado hace un par de días. Y es que alguien, no sabemos cuántos, ni para qué o por qué, han realizado esta enorme espiral, de unos 12 metros de diámetro, en medio de un precioso paisaje volcánico con representaciones de la flora típica de estos parajes como tajinastes, retamas, margaritas, tabaibas, verodes, salados, una colonia de bejeques rojos y líquenes como la orchilla”, señala.

“La elaboración de la espiral les llevó bastante tiempo y está realizada con cuidado y esmero, a pesar de lo cual causa un impacto visual tremendo y totalmente fuera de lugar. La anchura de las calles oscila entre 40 y 90 centímetros. Pero, lo más grave de todo, es que todas estas piedras, de mediano y gran tamaño, fueron removidas de su posición originaria para dar forma a la espiral. Además, es muy posible que algunas rocas formasen parte del aparejo de cabañas o abrigos benahoaritas, tal y como indica la presencia de materiales superficiales y restos de construcciones artificiales en las inmediaciones”, subraya.

“Hemos de dejar constancia de que la espiral solo es visible para los que suben a los bordes del volcán. No se aprecia desde ningún otro lugar. Y, a diferencia de otras espirales dispersas por la Isla, donde la gente se pone a dar vueltas siguiendo las calles, aquí no aparecen rastros de un uso continuado, ni siquiera esporádico. A pesar de todo es denunciable que se creen estas figuras, ajenas al entorno y espacio natural en que están inmersas, que provocan un impacto notable y ajeno a la belleza intrínseca del lugar que, por otro lado, no necesita de ningún aditamento extraño para ser bello y sobrecogedor”, afirma. “No podemos obviar las afecciones, conscientes o no, al patrimonio cultural de La Palma”.

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