Los fuertes vientos y las altas temperaturas hacen prever “una noche difícil” contra el incendio de La Palma
El portavoz del Gobierno de Canarias, Julio Pérez, ha explicado que el principal enemigo para combatir el incendio de La Palma es la meteorología adversa: “El oeste de La Palma ha alcanzado altas temperaturas y la intensidad del viento hace prever una noche difícil”. En una breve rueda de prensa en el Puesto de Mando Avanzado ubicado en el centro de visitantes de La Caldera de Taburiente, Pérez ha añadido que los trabajos de los efectivos terrestres durante la noche “van a ser decisivos para el curso del incendio”.
Durante su intervención también ha explicado que “no se trata de un incendio forestal”, puesto que en la zona no hay grandes masas de combustible, como matorral, que arda, sino que “es una zona urbana y agrícolas habitadas”, lo que se denomina un incendio de interfaz urbano-forestal. En este sentido, resaltó la importancia de la llegada de bomberos urbanos de Tenerife para combatir el fuego.
En este caso “el impacto sobre la población es mayor porque se ven la llamas desde las casas”, pero Pérez ha remarcado que no ha habido que lamentar desgracias personales. “Se han desarrollado las labores de evacuación, de desalojo y de realojo”.
Pérez reconoció que en estos momentos “es difícil hacer un pronóstico” y anunció que cuando amanezca habrá una información más clara“. Aunque el incendio es de nivel 2 y, por tanto, compete al Gobierno de Canarias su control, los técnicos del Cabildo de La Palma siguen dirigiendo el operativo bajo la supervisión del Ejecutivo regional.
Rafael García, técnico de Emergencias de la Corporación Insular y jefe de extinción del incendio, ha relatado que los trabajos de los efectivos terrestres se centrarán en consolidar los flancos norte y sur del fuego, para establizar la cabeza que se extendió hacia los Llano de Aridane empujado por el viento.
Se esperan rachas de hasta 80 kilómetros por hora, sostenido en torno a los 50 km/h, pero la parte positivo, según Rodríguez, es que la dirección del viento va hacia la costa y, por ende, el fuego solo se dirige hacia esa zona.
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