“La niña que nos robaron está en La Palma y la queremos encontrar para abrazarla”

Esther R. Medina / Esther R. Medina

(Gloria Rodríguez Triana y Heriberto Camacho Camacho en su juventud)

El testimonio es estremecedor. “Estamos casi convencidos de que nuestra hija” supuestamente robada “está en La Palma y deseamos encontrarla para abrazarla; queremos que sepa que fue muy, muy deseada, que no la regalamos ni la dimos en adopción, la deseamos muchísimo y nos alegramos de que fuera una niña”, ha relatado LA PALMA AHORA Heriberto Camacho Camacho, un agricultor de Las Manchas, en Los Llanos de Aridane, quien, junto a su esposa, Gloria Esther Rodríguez Triana, han denunciado ante la Fiscalía Provincial de Santa Cruz de Tenerife la presunta sustracción de su hija nacida por cesárea el 14 de septiembre de 1984 en la antigua Clínica de Las Nieves de Santa Cruz de La Palma. El caso lo lleva la prestigiosa abogada tinerfeña Natalia Domínguez, comprometida con las miles de familias que buscan a sus hijos desaparecidos.

Cuando sucedió este drama familiar, Heriberto tenía tan solo 24 años y su esposa 19. “Mi mujer en principio creyó que la niña había muerto, porque era prematura, nació con siete meses, y ella nunca llegó a verla; pero yo sí, estaba en la incubadora pero no entubada como los demás niños, y eso me hizo pensar mal, tuve dudas; la vi, la niña estaba muy bien, se movía mucho y lloraba”, ha asegurado Heriberto, que hoy tiene 55 años y sigue con la duda que le atormenta desde aquel fatídico mes de septiembre de 1984.

A la pareja, que no tuvo más descendencia, nadie le comunicó oficialmente en el Hospital el fallecimiento del bebé. “Una amiga se quedó esa noche con mi mujer y preguntó a una enfermera que cómo estaba la niña, y esta le dijo que había muerto”, relata Heriberto. “Al día siguiente nos encontramos por el pasillo con los médicos y nos dijeron que era una pena, pero que como éramos jóvenes podíamos tener más hijos”, recuerda. “Incluso nos comentaron que el Hospital se hacía cargo del entierro, que dice que costó 10.000 pesetas, para ahorrarnos la pena”, añade.

Heriberto siempre tuvo sospechas sobre el fallecimiento de su hija. “Yo no me podía imaginar que una cosa semejante pudiera pasar en La Palma, estábamos educados en otra época, pero las dudas siempre las tuve, aunque el tema lo dejé pasar”, reconoce. A raíz de las declaraciones en televisión de padres a los que les arrebataron a sus hijos nada más nacer y la creación de una plataforma nacional de afectados, Heriberto y Gloria se animaron y “el verano pasado empezamos a investigar”. “Con los documentos que tenemos ya hay indicios claros de que algo hicieron mal, porque la cesárea fue el 14 de septiembre, y en el juzgado el fallecimiento está registrado el 6 del mismo mes y, además, aparece como varón muerto antes del parto”, subraya Heriberto.

La pareja tiene “sospechas de personas concretas” y asegura que “nos podemos equivocar, pero estamos casi seguros de que nuestra hija está en La Palma”. Heriberto conoce otros casos como el suyo en la Isla, pero sus progenitores no se han atrevido a denunciar. “En La Palma esto es un tema tabú, la gente te puede tomar por loco, pero tenemos bastantes amigos y mucho apoyo, aunque un sector minoritario no nos cree”, admite.

Heriberto y Gloria, y un testigo, ya han declarado en el juzgado de Santa Cruz de La Palma. Falta por hacerlo una amiga de la pareja que reside en Tenerife. “A la Fiscalía le hemos pedido que declaren ahora los responsables sanitarios de la época del Hospital, que todo el mundo sabe quiénes son”, apunta.

El cuerpo de la niña, según le han comentado a los padres, está depositado en una tumba en la tierra en un pasillo no especificado del cementerio de Santa Cruz de La Palma, con fecha de fallecimiento el 6 de septiembre de 1984 y sexo varón.

Heriberto y Gloria están en trámites para registrarse en el banco de ADN y “si alguien tiene sospechas de su origen, que se pongan en contacto con nosotros para hacer las comparaciones; lo que queremos es encontrar a nuestra hija, que fue muy deseada”, concluye este padre que no pierde la esperanza de abrazar a aquel bebé que vio en la incubadora hace 30 años y que “estaba muy bien, se movía mucho y lloraba”.

La fotos facilitadas por la pareja a LA PALMA AHORA son de la época en que ocurrió el caso para que se pueda establecer algún parecido físico entre los progenitores y su hija.

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