Crece un 300% las aportaciones a Cáritas en tiempos de crisis
Las aportaciones económicas y en especie que ha recibido Cáritas Diocesana de Canarias en la provincia de Las Palmas de particulares y socios durante los cuatro primeros meses de 2009 han aumentado un 300% respecto al mismo período de 2008 por la coyuntura de crisis.
Así lo destacó este jueves la directora de la organización diocesana, Francisca Bonny, quien agradeció la gran solidaridad de los canarios para con los más vulnerables, una colaboración que también hizo extensible al Cabildo de Gran Canaria y al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
Sin embargo, la coordinadora de Acción Social, Ana Margarita Rivero, aludió a lo anquilosada que está la Administración en su propio sistema burocrático y a los problemas que se suscitan a la hora de tramitar las ayudas de emergencia, cuyo plazo mínimo de resolución se sitúa en los tres meses, aunque pueden transcurrir hasta seis, dijo, para que sean concedidas, mientras que en 2004 se otorgaban en mes y medio.
Esto obedece al aumento del desempleo, lo que ha provocado que en lo que va de 2009 se haya duplicado el número de familias atendidas en muchas de las parroquias que conforman la red de Las Palmas.
Ana Margarita Rivero destacó que, a falta de contar con datos definitivos, ya que está en proceso la implantación de un nuevo sistema de información a nivel nacional, en 2008, Cáritas Diocesana de Canarias asistió en la provincia de Las Palmas a 8.631 personas, de las que el 35 por ciento fueron personas inmigrantes, fundamentalmente magrebíes de entre 20 y 40 años, la mayoría de ellos sin permiso de residencia o de trabajo, lo que les impide acceder a los servicios sanitarios o al mercado laboral.
El 90 por ciento de las personas que llegan a Cáritas son mujeres muy jóvenes que, o bien se deciden a pedir ayuda porque su pareja se ha quedado sin empleo y salen a la calle a buscar un trabajo alternativo o bien son cabezas de familia con niños muy pequeños, que no poseen cualificación profesional alguna y tienen unas necesidades económicas muy urgentes que solventar, dijo.
Rivero y Bonny destacaron que el pasado año el 89,54 por ciento de las personas que trabajaron en Cáritas fueron voluntarios, un colectivo que integraron 900 personas y que creció en 51 en relación a 2007.
Francisca Bonny agregó que la corriente de solidaridad que ha despertado la época de crisis entre la población canaria también se ha reflejado, además de en el número creciente de donaciones y en el aumento de socios, que sólo en lo que va de 2009 ha rebasado la cifra de todo 2008, en el aumento de voluntarios, que también ha sumado 65 nuevas incorporaciones durante los cuatro primeros meses de este año.
Rivero detalló que entre las demandas que atiende Cáritas figuran las necesidades de alimentación de buena parte de las personas que son atendidas en su red de centros, pero también el pago de recibos y el de recetas de tratamientos de enfermos de salud mental.
La responsable de Acción Social de la institución llamó la atención sobre la necesidad de que las personas excluidas y en situación de vulnerabilidad con las que trabajan los profesionales y voluntarios de Cáritas puedan contar con oportunidades de empleo y condiciones estructurales para que su integración socio-laboral sea efectiva y no se trunque al final de un proceso en el que se ha invertido mucho esfuerzo.
Y es que Cáritas ha detectado cómo han disminuido las ofertas de empleo debido a la crisis económica, lo que afecta a la inserción de las 1.967 personas atendidas en 2008 en el programa de formación que desarrolla la institución.
Su delegado episcopal, José Domínguez, explicó que el lema del Día de la Caridad 2009, que se celebra el 14 de junio, será el de “Si no quieres formar parte de una sociedad limitada, facilita la participación de todos”.
Con él, Cáritas quiere recordar que todos los ciudadanos, y también la Administración, son portadores de capacidades para hacer y que la sociedad necesita de la aportación de todos, especialmente de los excluidos, que no pueden ser contemplados sólo como personas relegadas a los programas de asistencia social, sino ciudadanos con derecho a la participación en la construcción del bienestar común.
Domínguez también consideró necesaria la “purificación del debate político” y pidió a las distintas formaciones que tengan en cuenta a la sociedad y que busquen el bien común con propuestas que generen justicia e igualdad a través de una gestión pública transparente.