Jesús Cintora: “La búsqueda de la fortuna del emérito llenaría programas en otras democracias, pero en España no pasa”

Jesús Cintora durante la presentación de su libro 'No quieren que los sepas' en la librería Sinopsis, en Las Palmas de Gran Canaria.

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —
24 de noviembre de 2022 18:30 h

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Al periodista Jesús Cintora (Soria, 1977) lo echaron de los programas Las Mañanas de Cuatro y de Las cosas claras en Televisión Española (TVE). Y por eso, como él mismo ha reconocido, estuvo este 23 de noviembre presentando su libro No quieren que lo sepas (Espasa, ya por su quinta edición) en la librería Sinopsis de Las Palmas de Gran Canaria. “Yo estoy aquí, en parte, porque me echaron de TVE, de un programa que iba bien de audiencia”, explicó durante su intervención, acompañado por el director de Canarias Ahora, Carlos Sosa y una sala llena para escucharle. “Muy agradecido que me den un micrófono para hablar, que es algo que a veces no me dan o me quitan”, soltó con ironía al inicio. 

Ha sido la la primera vez que Cintora ha podido presentar un libro suyo en la capital grancanaria, a la que conoce y le une una vinculación especial que se remonta a su infancia. “Tenía una espinita clava porque he publicado cuatro libros y nunca había podido presentar aquí”, señaló. De familia humilde, Cintora contó que vivió en un piso en Soria hasta 1986 que no tenía ni agua caliente, ni lavadora, ni frigorífico. Pagaban el alquiler a los directores de la Casa Rural de Soria, que vivían justo debajo y, un día, le regalaron a su familia una radio que compraron en Las Palmas de Gran Canaria y que su madre ponía cada mañana. 

Con esta anécdota, explicaba el germen de su interés por el periodismo que pudo desempeñar gracias a “una escuela pública en mi pueblo y a un maestro que me puso a recitar a Antonio Machado o a hacer teatro”. Recordaba que con 9 años pudo intervenir en la radio nacional de España gracias a un programa denominado La radio en el cole. “Y me cambió, porque en mi casa no se leía, solo se trabajaba, no había ni vacaciones”.

En su libro, Cintora, o “Cintorilla, el hijo de la Mari Luz la Carrasca” como repitió en varias ocasiones, reivindica sus orígenes y la cultura del esfuerzo. “Nadie me regaló nada. Soy hijo de una ama de casa y de un ganadero de un pueblo de Soria”, relata. Pero, sobre todo, en No quieren que lo sepas reflexiona sobre la actualidad política española, analizando los poderes monárquicos, políticos, judiciales, económicos o mediáticos, es decir, “el estado profundo, esa estructura troncal de un país que ha avanzado en muchas parcelas”, detallaba Cintora, pero que aún está lastrado por la corrupción en diferentes ámbitos y tiene mucho que mejorar. 

“Es un libro duro, muy periodístico, deprime un poco por momentos porque describe un país con todas las alarmas de la corrupción encendidas, aunque acaba con llamadas al optimismo”, resumió Carlos Sosa durante la presentación, recordando que a Cintora lo “fulminan” en tiempos de un gobierno de coalición de izquierdas.

En noviembre de 2020, Cintora comenzó a presentar el programa de Televisión Española Las cosas claras. Duró ocho meses. “Es muy particular lo que yo viví. A mí me llamó el director de actualidad de TVE y me ofreció un programa, con personal propio, una productora y un espacio de actualidad a mediodía. Y antes de firmar nada con nadie, me empezaron a llamar porque querían dar la noticia en algún periódico. Me confesaron que había un grupo de comunicación que insistió en que se diera esa noticia y que se publicara cuanto antes” expuso, estimando que ya antes de empezar había interés en “reventarlo”.

Pero el programa empezó a emitirse, “con gente preparada, con talento, bastante joven y con experiencia”. Tan solo un mes después, le llamó “un periodista de prestigio” para contarle que le iban a apartar de TVE, “del mismo modo que me dijo cuando estaba en Las Mañanas de Cuatro que llevaba una diana en la cara y que iban a por mi”. Incluso Rosa María Mateo, quien ostentó las funciones de la presidencia de RTVE entre 2018 y 2021, le reconoció a posteriori “que estaban pidiendo mi cabeza de manera contundente desde navidades”.

“Se hicieron muchas cosas para que yo saliera corriendo de allí, física y anímicamente. Me sacaron en portada de El Mundo más de un día. Se llegó a publicar que lo que costaba el programa era lo mismo que lo que yo ganaba. Que en mi programa mandaba Pablo Iglesias. Incluso mientras yo estaba haciendo el programa, el nuevo presidente de RTVE estaba en el Parlamento arrastrando el espacio y a mí por el suelo. Y es un presidente de una empresa pública, que no se dignó a llamar a un trabajador que se estaba dejando la piel en una empresa”, contaba Cintora. “Y luego hay una votación del Consejo de Administraciones y el PSOE, el PP y PNV me quitan, me echan a mi puta casa y me envían al paro sin ninguna altenativa”.

Aún hoy, Cintora desconoce el motivo de aquella decisión. “El PP pidió mi cabeza, pero tenía tres consejeros en RTVE. Y la realidad es que me han dado por un lado y por otro, por ser independiente”, subraya. Ya tenía la experiencia de Las Mañanas de Cuatro, y en aquella ocasión se armó bastante revuelo porque gobernaba Mariano Rajoy y, aunque Cintora no tiene constancia de que el entonces presidente dijera “quítalo”, sí se relacionó la decisión con dicho partido. “A mí me consta que un lanzador de aceitunas pidió mi nombre hasta por escrito”, refiriéndose a Teodoro García Egea.

Sobre sus últimos días en Las Mañanas de Cuatro, un programa que ganó el premio onda, lideró su franja horaria y que define como “fresco, maravilloso y a veces hasta punky”, recuerda una anécdota. “Hicimos una noticia: que José Manuel García-Margallo (ministro de Exteriores de 2011 a 2016) se había ido a los toros en mitad de la búsqueda de españoles en Túnez. Lo contamos. Y cuando acabamos y estaba en el coche, me llamó María Claver (jefa de prensa de Margallo) insultándome, diciéndome que eso no era verdad, que no fue a los toros, sino que fue a llevar a su hija a los toros, que además se estaban reconciliando. Intentaba hacerme sentir mal. A los pocos días, dejé de hacer Las Mañanas de Cuatro. No fue solo por eso, pero probablemente fue la gota que colmó el vaso de las presiones que recibía”, relata.

El programa sentaba en la mesa a los líderes de la llamada nueva política, desde Albert Rivera y Pablo Casado, a Alberto Garzón o Pablo Iglesias. Y es en este periodo cuando le cuelgan “el sanbenito de que es de Podemos porque Iglesias brilló en Las Mañanas de Cuatro”. A su juicio, esta postura obedece a intentos de desprestigiarle, “es más sencillo”. Pero en este punto, defiende con ahínco que nunca ha hecho periodismo de partido, ni haría una televisión en la que mandara Pablo Iglesias. “Se puede tener en cuenta la línea editorial y demás, pero el periodista, que es lo que yo cada vez hecho más en falta en el tiempo que vivimos de miedos o autocensuras, debe marcar su territorio periodístico y yo voy a defender mi parcela”, apunta.

Cuando lo echaron de Las Mañanas de Cuatro, era 2015, le llamó Pedro Sanchez para compadecerle, pero ahora dice que aún está a la espera de que le llame el Ejecutivo central tras su marcha de TVE. “Pero después de que me echaran, he escrito una obra como esta porque mi voluntad es seguir haciendo periodismo. Y el libro incluye reflexiones sobre lo que yo creo que debemos mejorar como país”, defiende Cintora. Y hasta en la publicación del libro dice que se ha encontrado con obstáculos. 

“Cuando estaba escrito y entregado, recibí una llamada de la editorial diciéndome que había un capítulo que no podía salir: el que hablaba del rey corrupto. Pero tenía que salir, no tenía ninguna mentira, lo escribí después de hablar con gente de la judicatura y la agencia tributaria. Y dije que si no salía el capítulo, no salía el libro”, afirma Cintora. En este punto, recordó que a lo largo de su carrera ha perdido “mucha pasta” por negarse a hacer o a participar en programas que no concordaban con sus principios. De hecho, explicó que se fue de La Sexta Noche, “donde pagaban mucho por sentarte en esa silla”, porque no quería entrar al fango de Eduardo Inda o Paco Marhuenda.

Cintora considera que el rey emérito “es un caso paradigmático” de lo que quiere exponer y denunciar en el libro. “Es un corrupto, lo sabemos. ¿Qué ocurre? Es jefatura del estado, pero también es corrupción, es dinero fuera de nuestro país… no sabemos aún el dinero que tiene, ni dónde lo tiene. Y ha tenido hábitos de vida con palacetes preparados para que se fuera con prostitutas en plan Esteso y Pajares. Esos hábitos han sido absolutamente protegidos por la política, por partidos que se llenan la boca de progresistas, por partidos de derechas y por fachas”. 

El autor de No quieren que lo sepas se pregunta por qué “siempre hay gente que oculta la mierda del emérito” y considera que es porque “buena parte del silencio que ha habido se debe a que conviene al sistema corrupto en torno a él” y “si se mueve la rama demasiado, pueden caer los nidos”. Buena parte de responsabilidad, según Cintora, es de los medios de comunicación. “Buscando la fortuna del emérito, ¿no es un temazo? Pues no se hace, yo no lo veo. En otras democracias, estoy firmemente convencido, la labor periodística de investigación de la fortuna del emérito llenaría programas y programas de altísimo nivel, en la BBC o en Estado Unidos, pero hay falta de transparencia y excesiva protección del monarca”.

En este sentido, Cintora dice que echa en falta programas de investigación en TV. “El modelo de TV es el de programas ligeros, con calidad dudosa para tener a la gente entretenida”, critica. Esto se debe a que el poder mediático, sobre todo en la TV, “es un monopolio que se reparte la mayor parte de la tarta, que supone decenas de millones de euros”. Además, considera fundamental “poner en la lupa el dinero que a va a los medios no siempre con transparencia” y, sobre todo “que no se censure a periodistas”, porque “el periodismo debe denunciar lo que está mal, denunciarlo es el primer paso para que se conozca y que se conozca es el primer paso para cambiarlo. Lo que no es el camino es censurar al periodista y apartarlo”, insiste.

Pero Cintora aclara que “no todo el periodismo no es una mierda” y reivindica que “es un oficio muy noble, donde hay mucha gente que se deja el pellejo por hacer un trabajo digno, en el ámbito local, nacional e internacional”. Al igual que, a su juicio, ocurre en la política, en el poder judicial o en las empresas. Pero pone el énfasis en la importancia de “ver lo que hace mal cualquiera, independientemente de la ideología, y poder ser crítico y autocrítico”. Para ello, ensalza el conocimiento: “Conocer nos hace mejores, nos ayuda a que no nos tomen el pelo” y para encaminarse hacia ello apuesta por la lectura. “Por eso escribo libros y hago esta gira por España. Porque creo firmemente en que la gente lea, conozca. Hay que hacer un esfuerzo por leer, por conocer, por saber. Es mejor conocer que aceptar lo que nos digan”.

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