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Una nueva cooperativa de vivienda quiere luchar en Gran Canaria contra la especulación y la soledad no deseada

Paqui Martín y José Miguel Marrero ante el edificio adquirido para el proyecto de la Cooperativa de Vivienda Colaborativa 'El Chinijo', en Carretera el Valle, 7A, Cardones, Arucas.

Gara Santana

23 de febrero de 2025 13:00 h

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Los proyectos de vivienda colaborativa cuentan con una creciente implantación en el Norte de Europa (Dinamarca, Holanda, Suecia) , América del Norte (EEUU, Canadá) y América del Sur (Uruguay) desde los años 80 del pasado siglo, entrando con fuerza en el estado español a principios del presente siglo, contando con unos 200 proyectos en desarrollo en todo el Estado, siendo Catalunya la comunidad que más apuesta por ellos. 

Actualmente, la comunidad autónoma está apostando por el modelo de cohousing con hasta diez proyectos en marcha, cuatro de ellos en la isla de Gran Canaria. El último del que se ha tenido noticia es de El Chinijo, que nace en el municipio de Arucas, con vistas a la montaña de Cardones y de llegar a todas aquellas personas que hayan reparado en que el modelo de vivienda actual y las dinámicas de convivencia que generan no están satisfaciendo sus proyectos de crianza en comunidad o los anhelos de vida más allá de la puerta de la casa.

Con esta perspectiva nace El Chinijo, que apunta en su nombre la intención de no ser necesariamente una comunidad de muchos vecinos -ya que actualmente el edificio que se ha adquirido contará con nueve viviendas más los espacios comunes-, y se inicia desde un proyecto arquitectónico que ya existe al que solo hay que darle forma a la medida que decidan los nuevos vecinos y vecinas.

“Vivir sin compartir para nosotros ya no tiene sentido”, cuenta a esta redacción José Miguel Marrero, miembro de la cooperativa. “Las zonas comunes, que es donde más insistencia se hace, estimamos que sean casi un 40% de zonas comunes”.

Marrero explica que las personas que a día de hoy conforman la Cooperativa no tienen estrictamente un problema de acceso a la vivienda sino el deseo de iniciar un proyecto de convivencia más amplio que el hegemónico. “Aunque ojalá nos apareciera gente joven que no consigue acceder a una vivienda”. 

Actualmente, en el municipio grancanario de Arucas el alquiler está en torno a los 900 euros. “Y no es un alquiler con los beneficios que ofrece este proyecto”.

La vida con la familia elegida

La persona en convivir en este espacio debe aportar un capital social de 40.000 euros por vivienda, quedandosé después pagando una mensualidad de no más de 700 euros, que ayudarán a mantener a flote el proyecto junto con subvenciones. 

La ubicación del proyecto en el casco urbano del barrio de Montaña de Cardones, permite el fácil acceso de sus residentes a los diferentes recursos y servicios que ofrece el barrio: centro de salud, farmacia, supermercado, espacios de ocio, recursos educativos, transporte público.

Del mismo modo, la estratégica situación del barrio permite una fácil comunicación no sólo con el casco urbano de Arucas o Las Palmas de Gran Canaria, sino con el resto de la isla. 

Las personas que actualmente integran la Cooperativa El Chinijo, cuentan con una amplia experiencia en la creación de proyectos de vivienda colaborativa, experiencia que les ha permitido desarrollar el proyecto en un tiempo récord y que garantiza el cumplimiento de los principios y objetivos del mismo. “El arquitecto con el que hemos contado para hacer el diseño, Ricardo García Molina, emplea el diseño participativo, un arquitecto de familia, que escucha a todos los miembros de la familia, incluidos los niños, antes de trazar el lugar donde van a vivir”, explica Paqui Martín, también miembro de la cooperativa.

Cuando esta redacción pregunta a El Chinijo cuando tienen previsto estar viviendo la vida tal como la diseñaron nos responden sin atisbo de duda: “En menos de un año queremos estar viviendo aquí”, dicen desde la azotea del inmueble, dejando al fondo la Montaña de Cardones.

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