Presentarse a oposiciones del Estado desde Canarias: discriminatorio para las mujeres y más caro

Ruth, opositora que se encontraba en un avanzado estado de embarazo en el momento de hacer la entrevista.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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“Tengo un bebé lactante de dos meses y hasta ahora no nos habíamos separado”. Así cuenta Esther, una canaria que aspira a una plaza de administrativa del Estado, el estrés que le está produciendo tener que desplazarse a Madrid para hacer un examen práctico que mide las competencias en el manejo de los programas Word y Excel y de solo 30 minutos de duración. Acudirá a realizarlo después de haberse presentado a la primera parte de la oposición en Gran Canaria sin ningún problema y en una prueba mucho más ardua que mide sus conocimientos teóricos. El horario del examen práctico se notifica solo unos días antes, lo que supone una auténtica desventaja para las personas que residen en Canarias y que siguen encontrando precios desorbitados en los vuelos, a lo que se suma la reserva de un alojamiento y la comida para esos días. 

Los opositores consideran que se encuentran en una situación de desventaja con respecto a los de otras comunidades autónomas, ya que una persona de Madrid se gastará entre diez y veinte euros como máximo el día del examen. A otras comunidades de la Península, aunque también les supone un esfuerzo desplazarse, no les influye tanto conocer tarde la fecha y hora de los exámenes porque los precios del transporte no varían tanto, al tratarse principalmente del uso de coche compartido, tren o guagua, por lo que gastarán una media de entre 70 a 120 euros en acudir un día a la capital. Las comunidades más afectadas por estos traslados son Baleares, Canarias y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Al precio que pagan hay que añadir que muchas de estas personas llegan al examen más cansadas, y en el caso de Canarias, la diferencia horaria, que trastoca si quieres ir y volver el mismo día al examen. La mayoría opta por quedarse el fin de semana completo para descansar la noche anterior y no jugársela con el traslado al lugar de la prueba.

El sistema, además, no contempla la conciliación familiar, entre otros aspectos. Ruth está embarazada y también tiene que acudir el 23 de febrero a Madrid para presentarse al examen. En el momento de realizar la entrevista acababa de salir de cuentas. Lejos de ofrecerle la posibilidad de realizar la prueba en el Archipiélago, la única alternativa que asegura le ha dado la Comisión Permanente de Selección es la de presentarse un poco más tarde, una vez presente el certificado de nacimiento de su bebé. No obstante, se encontraría en la misma situación que Esther y tendría que separarse ese fin de semana de su recién nacido. 

Se trata de una situación que no solo están viviendo los opositores al cuerpo superior de administrativos. También lo sufren los auxiliares o los aspirantes a una plaza en instituciones penitenciarias, por ejemplo. El segundo examen de esta última oposición también es el 23 de febrero, una fecha que no se dio a conocer hasta nueve días antes. Solo la ida le ha costado a una opositora 85 euros, “no tiene sentido que se exima a las personas que están en paro de pagar los 15 euros del examen y luego ocurran cosas como esta”, afirma. Y es que el horario de los exámenes también se conoce con muy poca antelación, por lo que es muy difícil planificar el fin de semana. 

“Hay personas que se han visto obligadas a pedir un crédito o un préstamo a sus familias”, explica Chicho Mayoral, director de la academia de oposiciones Kuma, en Las Palmas de Gran Canaria, que añade que gran parte de los opositores que se están preparando para estas plazas están desempleados, por lo que supone un gran esfuerzo económico. Señala que organiza los viajes a Madrid con sus alumnos y alumnas para realizar el examen con dos meses de antelación y contando con que es necesario hospedarse todo el fin de semana. “Muchos opositores no han salido de Canarias y al estrés del examen se le añade el tener que pensar en el viaje y organizarlo”. 

El pasado 9 de febrero fue el turno de los auxiliares administrativos. Hasta cuatro días antes del examen no conocieron el horario, que por el volumen de personas suele dividirse en turnos que van desde las 9.00 de la mañana y se pueden extender hasta por la tarde. “El examen fue el mismo para todos, pero en distintos horarios, si pudiéramos hacerlo cada uno en nuestra comunidad autónoma a la misma hora sería más efectivo”, afirma un grupo de opositores, que ya esperan con nervios la nota final que decidirá si han cogido plaza o no. Este año fueron convocadas 1.444. 

“En el examen había gente con la maleta”, explican los opositores, que añaden que el sistema está pensado para que te juegues todo el esfuerzo del último año, a veces incluso más, a un solo examen. Relatan que una compañera del grupo que viajó desde Gran Canaria (15 personas viajaron juntas a través de esta academia, aunque en total se presentaron por las Islas unas 80) acudió a Madrid enferma y ahora se encuentra hospitalizada con neumonía. Subrayan que si hubiera tenido la posibilidad de realizar el examen en el Archipiélago habría supuesto menor esfuerzo. El director de la academia insiste en que “hoy en día, con las nuevas tecnologías, podrían examinarse en cada comunidad autónoma de este segundo ejercicio y enviarse telemáticamente los ejercicios para su corrección en Madrid”. 

Incertidumbre por el destino

La conciliación familiar tampoco se tiene en cuenta a la hora del reparto de destinos. “No barajo la opción de que no me toque plaza aquí”, señala Esther, que con un bebé recién nacido no quiere pensar en las dificultades con las que se encontraría si tuviera que dejar su comunidad autónoma. Las convocatorias ya no se realizan con ámbito territorial definido, es decir, no se conocen cuántas plazas se han convocado para Canarias, por ejemplo. 

Para Chicho Mayoral, lo ideal sería que, al menos, se tuvieran en cuenta casos particulares, ya que hay muchas personas que llegan a tener que estar de baja por depresión al tener que abandonar su comunidad y estar lejos de sus familias. 

También de nombre Esther, otra opositora canaria que consiguió plaza el pasado año en Madrid en el cuerpo general de administrativos, se encuentra muy triste al otro lado del teléfono. Explica que tiene dos hijos y que a su marido le han diagnosticado diabetes por lo que le gustaría estar en casa para apoyarlo y compartir las tareas domésticas y el cuidado de los niños. A ello se le suma que su padre se encuentra enfermo. Señala que, hasta que no pase al menos un año, no puede intentar pedir el traslado y que intenta viajar todos los fines de semana que puede a Gran Canaria para poder estar con sus hijos. “En más de una ocasión he pensado en quedarme en casa y no volver”, afirma con desánimo. 

Chicho Mayoral añade que muchas de estas personas que se encuentran destinadas en la Península pierden la condición de residente canario al tener que empadronarse para poder contar, por ejemplo, con un médico de cabecera permanente con lo cual los billetes de los vuelos les resulta mucho más caro. “Se debería tener en cuenta, siempre respetando el ordenamiento jurídico, estos casos particulares ya que Canarias es reconocida región ultraperíferica”. Así mismo, añade que a los problemas de conciliación familiar se añade el hecho de que por salir de las Islas no existe “igualdad en el trato económico” ya que los traslados son mucho más caros y no existe un plus de movilidad. 

Este director de academia indica que la mayoría de sus alumnos y alumnas se preparan para las plazas de la comunidad autónoma canaria, ya que es “la que te asegura quedarte”. Sin embargo, el sistema de preparación permite estudiar de forma conjunta las oposiciones de cabildos, ayuntamientos, universidad y Estado, ya que los temarios son muy parecidos. Este año al primer ejercicio del cuerpo general de administrativos y auxiliares se presentaron por las dos provincias canarias más de 5.000 personas. Calcula que para el segundo ejercicio se desplazarán a Madrid unas 200. El pasado año, “el 100% de nuestros aprobados se quedaron en Canarias, pero el 60% del total se tuvo que desplazar a Madrid o Barcelona”. 

En cuanto al funcionamiento de las oposiciones de la comunidad autónoma, subraya que desde que entró el nuevo Gobierno se ha notado un cambio en la organización, pues “en las pruebas celebradas para administrativos y auxiliares el pasado mes de noviembre, a cada alumno le llegaba a su móvil un mensaje indicando el edificio y el aula donde se examinaban, además había personal suficiente para cuidar el día del examen. La aplicación de las nuevas tecnologías es muy importante y esto hacía años que no se veía”. Así mismo, celebra la rapidez con la que se han desbloqueado en pocos meses procesos selectivos que el “anterior equipo no logró en años”. No obstante, sí advierte que siguen existiendo carencias a la hora de unificar criterios entre los tribunales a la hora de no contar con una Comisión Permanente de Selección. 

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