La supuesta víctima del concejal socialista de Santa Cruz contradice a todos los testigos de la agresión, incluido su hijo

José Ángel Martín momentos después de la supuesta agresión en un campo de fútbol de El Tablero, en Tenerife

Carlos Sosa

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No es que haya dos versiones, la del agresor y la del agredido, es que hay cuatro. La supuesta víctima de la agresión perpetrada por el concejal socialista de Santa Cruz de Tenerife José Ángel Martín ha dejado en evidencia las que han sostenido su hijo y otros dos testigos supuestamente presentes en el lugar de los hechos el pasado miércoles por la tarde en un campo de fútbol de El Tablero, en la capital tinerfeña. El hijo de la víctima y un matrimonio que se encontraba allí clavaron sus declaraciones hilo por pabilo ante la Policía Nacional, muy perjudiciales para el concejal socialista, pero el dolorido Manuel H. D., desde el Hospital Universitario de Canarias (HUC), se despegó de tal versión.

La declaración más espontánea, desde luego, cabría pensar que fue la que la víctima prestó ante los médicos que lo recibieron en Urgencias del HUC, adonde fue trasladado en ambulancia. Según el parte médico en poder del juez, a los facultativos les dijo que su lesión se produjo al ser agredido a la entrada del campo de fútbol de San José de El Tablero, agresión “durante la cual lo empujan y cae al suelo produciéndose dichas lesiones graves”, es decir, un esguince y la rotura de la tibia y el peroné del pie derecho. Nada se dice en esta primera versión plasmada en el parte médico de la persona más perjudicada por los incidentes de que sus graves lesiones vinieran provocadas por una violenta patada que el concejal José Ángel Martín propinó a una puerta metálica que, a su vez, golpeó fuertemente el pie de Manuel H.D., que se encontraba detrás. Que es la versión que sostienen su hijo y dos personas más.

Ya atendida en Urgencias y estabilizada, la víctima recibe en el mismo hospital a la Policía Nacional, que le toma declaración. En ella, Manuel H.D. transforma levemente su versión para lograr mencionar una puerta, pero no llega al dramatismo de otros testigos amigos. En concreto se limita a hablar de que José Ángel Martín “golpea la puerta” y lo empuja “con sus dos manos en el pecho”, lo que provocó entonces su caída al suelo, donde se percató de que su pierna estaba deformada y le dolía bastante, según consta en la declaración en poder del juez. 

Como puede apreciarse, el afectado añade al elemento “empujón”, que relató a los médicos que lo atendieron, el elemento “puerta”, necesario para acercarse al menos a la versión que ya habían prestado los otros testigos, entre otros, su hijo. Pero no llega a la versión dura de que fue la patada a la puerta la que, en conjunción seguramente con algún otro factor determinante tronchó el pie de Manuel.

Su esposa, que se convirtió en su portavoz desde el hospital en las primeras horas del conflicto, repitió en varias emisoras de radio que su marido sufría un esguince con rotura de tibia y peroné. El esguince es más compatible en la medicina forense con una torcedura que con un golpe, y menos de un golpe de la categoría que los testigos afines describieron ante la policía.

Pero es que en  la primera versión que todos los testigos ofrecieron en el lugar de los hechos a los agentes de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife que se personaron casi de inmediato referían solamente un empujón de José Ángel Martín a las personas que le estaban agrediendo en una tangana que se montó en esas instalaciones del Ayuntamiento a las que acudieron varios socialistas a comprobar que era cierto que se encontraban cerradas para el uso vecinal. El hijo de la víctima, Levi H.G., dijo a los policías municipales que el concejal empujó a su padre, “cayendo de espaldas al suelo”, según consta en el atestado policial incorporado a la causa y en poder de este periódico. Levi, que presentaba lesiones en los nudillos de una mano, negó a los agentes haber agredido a José Ángel Martín, que tenía una herida en el labio. 

Tanto Mónica del Cristo C.S., como su marido o pareja Tomás D.C., coincidieron plenamente en sus declaraciones ante la Policía Nacional describiendo los malos modales que a su entender mostró el concejal socialista  al reclamar que le abrieran los baños porque su hijo “se estaba meando”, como consta en las diligencias. El descuadre de versiones empieza cuando estos dos testigos refieren al inicio de sus declaraciones que a las 17:45 del miércoles se encuentran en el campo de fútbol a “cuatro personas, dos hombres y dos mujeres”, entre los que no refieren a ningún niño o niña, lo que difícilmente podría respaldar que alguien pidiera la llave de un baño para un hijo. Pero, además, José Ángel Martín no tiene hijos, lo que complica aún más la versión.

Ni el hijo de Manuel H.D. ni los otros dos testigos que relatan la agresión al primero dicen haber oído los insultos previos a José Ángel Martín, ni mucho menos las agresiones de las que fue objeto antes de que la presunta víctima rodara por el suelo. Y eso que, en ambos casos, en declaraciones que la Policía Nacional calcó, aseguran haber estado a menos de dos metros de los hechos.

Efectivamente, Mónica y Tomás (y en menor medida Levi) refieren en sus declaraciones casi exactamente lo mismo, aunque Mónica va un poquito más allá al reconocer a “Patricia” del PSOE entre las cuatro personas, lo que no hace ningún otro testigo. “Patricia” es Patricia Hernández, actual concejala y candidata a la alcaldía por el PSOE, caza mayor para sus adversarios políticos, que han visto en este incidente una oportunidad única para desgastarla. Pero el PSOE decidió casi sobre la marcha defenestrar a José Ángel Martín haciendo que presente su dimisión de cualquier cargo y renuncie de antemano a tomar posesión del acta de concejal cuando la consiga a partir de este domingo. Su más directo rival, el actual alcalde, José Manuel Bermúdez, de Coalición Canaria, se apresuró a anunciar que el Ayuntamiento se personará en la causa como acusación.

La última versión, la de los acompañantes de José Ángel Martín, difiere sustancialmente de la de las personas allegadas a la víctima. Hablan de insultos por parte de Manuel H.D. y su hijo Levi, de continuas provocaciones, e incluso de agresiones de este último al concejal luego detenido. Hasta dos puñetazos, dice el testigo 4, Raúl M.M., que acompañaba en esos momentos a Martín, que se sacude a los agresores provocando la caída de Manuel. No hay puerta, no hay patada. José Ángel Martín también presenta parte de lesiones.

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